Es curiosa la historia del manga de Marmalade Boy.
Hace 15 años, cuando comence a estar navegando en la red, las páginas de internet (en especial del sitio de Geocities) eran más de tipo informativas, como pequeños diarios o reseñas (como las que hago), sobre todo tipo de tópics, desde leyendas urbanas, hasta anime.
Justamente, había una página que hablaba del "shoujo" que predominaba en aquellos tiempos. La dueña del site, era una chica que lejos de enfocarse en los animes conocidos como Sailor Moon o Magic Knight Rayearth, se iba sobre animes pocos conocidos en nuestro país, pero que en EUA o en España, ya tenían cierta trayectoria.
De estos animes, destacaban Wedding Peach, Fushigi Yuugi, pero en especial, Marmalade Boy.
Fue tal la curiosidad que me desperto este anime, que trataba de como dos familias se separaban y se volvían a juntar, unos con otros, que me dejo un tanto traslocado, pero también con mucha curiosidad.
Quien iba a pensar que años después, mi vida estaría ligada tanto con un manga que solo alcanzo los 8 tomos en Japón, pero tuvo un anime de larga tirada, por alla de mediados de los años noventa.
El manga narra la historia de Miki Koishikawa, una estudiante de 16 años, cuyos padres realizan un intercambio de parejas
con la familia Matsura, que tiene un hijo de su edad, Yuu. Los padres
deciden vivir bajo el mismo techo con sus hijos, y Miki, que se muestra
un poco de inconformidad al principio, poco a poco se enamora del hijo
de los Matsura. Ambos se corresponderán, pero a lo largo de la serie
sortean muchas dificultades, además también conocen a más personas que
complicarán la relación.
¿Como es que conocí este manga? Cosa bastante rara. Ya con la editorial, sabía de que trataba Marmalade Boy, pero era casi imposible por aquellos años saber de que más iba la historia. Aunque había fansubs, estos eran en inglés y aparte los scans de manga aun no se acostumbraban como ahora.
Pero fue gracias a una amiga de aquel entonces, Barbara Checa, que pude conocerla.
Barbara, como un servidor, era una escritora de fanfics. Lejos del estilo peculiar de las hermanas Checa, los temas que tocaban en sus escritos, rompían con los esquemas de aquel entonces, donde las historias se centraban más en Dragon Ball o en Sailor Moon. Justo uno de esos fics de Barbara, fue del manga mencionado (Marmalade Boy II) y que se enfocaba en una especie de continuación de las aventuras de Miki y Yuh.
Gracias a este fanfic, Barbara y yo comenzamos a hablar muchísimo de la serie, que como había sido emitida en España, con un alto nivel de censura pero también como el manga había salido en aquellos lares, por cortesía de la naciente Editorial Glenat.
Marmalade Boy se convirtió en un fenómeno de masas en España. La autora, Wataru Yoshizumi, inclusive fue invitada a varias convenciones españolas (Salones del Manga), siendo de las primeras mangakas reconocidas en el extranjero, en especial en Europa.
Viendo mi ansia por conocer la serie, Barbara me envió por correo varios scans del mismo (seh, las famosas fotocopias), pero enfocados en cierto personaje que le había tomado un enorme gustazo: Satoshi Miwa.
Durante años, Satoshi se convirtió en uno de mis personajes favoritos de todos los tiempos. Y las fotocopias no ayudaban en absoluto en eso, ya que Barbara tuvo el gran tino de pasarme los mejores momentos del pelilargo.
Por años, estas copias del manga se convirtieron en un gran tesoro, hasta que Editorial Vid, se arriesgo a sacar el manga, el primero de tipo shoujo, en nuestro país, entre el año del 2005-2006.
Lamentablemente, en su momento no pude adquirir ni un solo tomo del manga, debido a la crisis económica que tenía entonces, y peor porque el poco capital que tenía, se enfocaba en otros mangas que entonces eran prioridad (Dragon Quest, Samurai X, etc.).
Pero ya para el 2007, comence a adquirir los tomos más importantes y luego, hace un par de años, mi esposa y yo compramos el resto de la serie (ya que tanto de hablar de la misma, la dueña de mis quincenas había comenzado a interesarse en la misma).
¿Pero de que rayos trata este manga? La historia en sí es sencilla, pero también bastante bien contada.
Miki es la tipica chica de prepa. Algo descuidada, algo torpe, pero feliz, hasta que un dia, sus padres llegan de sus vacaciones y resulta que se han divorciado. Para colmo, fue durante las vacaciones, que se dio todo esto y de remate, su padre se casa nuevamente con una señora, de la cual el marido se casa con la mamá de Miki. Lease, todos juntos y revueltos (de allí que en España, la serie se halla titulado "La familia crece").
A la par, Miki conoce al igualmente traumado Yuh, hijo de la otra pareja. De antemano, vemos cierto flirteo entre ambos. Sin embargo, Yuh tiene un carácter sumamente inestable, producto de ciertos traumas que ha tenido, lo cual ocasiona que sus sentimientos hacia Miki sean confusos.
Esto viene a cubrir el primer arco de la historia, donde ambos se van conociendo y a la par vemos a Ginta y a Arimi, que el primero es el mejor amigo de Miki y esta enamorado de ella, mientras Arimi fue la novia más emblemática de Yuh. Con estos, tenemos a la mejor amiga de Miki, Meiko, una chica rica pero incomprendida y Miwa, que es el "sempai" y presidente del consejo escolar.
Como es lógico, las situaciones de comedia romántica estan a la orden del día, donde los personajes van interactuando, creandose parejas nuevas y desechandose las viejas. Lease, otro revoltijo, digno de una telenovela. La historia termina felizmente y todos contentos.
Para haber sido el primer experimento de Editorial Vid en traer a México, al menos en materia shoujo, fue bastante acertado, ya que se acerco más a un publico femenino que comenzaba a crecer y donde mangas como Fruits Basket y Karekano, se vieron beneficiados de manera importante.
Aparte, otra ventaja de este manga, es que solo son 8 tankobou, por lo cual, es rapido y fácil de leer. El diseño de los personajes de Yoshizumi-san es bueno, bien ordenado, aparte sin tener esa dificultad de viñetas como se ve en la creadora de Furuba, ni tampoco se excede en los elementos shoujo, como en el caso de Karekano.
El problema viene con las diferencias entre personajes, en especial los masculinos, donde Yuh se ve repetido al menos en 3 ocasiones con otros dos personajes, por sus parecidos. Resulta confuso cuando no sabes si esta hablando el protagonista o algun secundario (no tanto en el caso de las chicas, donde los peinados hacen diferencia). Esto igual se ve con el caso de Ginta y de Rokutanda.
Hablando de personajes, es curioso como la pareja protagonista llega a ser tan...insipida. Cierto que tenemos a Miki, que es la tipica chica extrovertida, asi a Yuh, que lo puede hacer todo y tiene ese aire emo que toda femina le encanta.
El problema es que luego de que se da una cierta evolución hasta que se vuelven novios, la cosa se cae horrendamente. La autora se nota tiene que recurrir al tipico malentendido y los chascarrillos entre parejas para sacar la historia adelante. Inclusive, la última parte del Arco, cuando ambos deciden ser novios y decirselo a sus padres, resulta artificioso.
Y es que si lo ponemos en contra parte a lo que la autora explica al final del último tomo (que por suerte, la edición mexicana si incluyo todos los extras), es que ella tenía una idea distinta de como acabar todo. Resulta que Miki mandaba a volar a Yuh y Meiko no se iba con el profesor Namura, sino que estos dos se terminaban enamorando, mientras Miki volvía con Ginta.
Pero como explica la autora, lo expuso a su editor y esto no le vio potencial, por lo cual se decidieron por el final feliz, para todas las parejas (salvo para Miwa, que el pobre se queda solo, sniff).
Por eso luego la historia va bien y termina siendo un tanto cortante. Por suerte, los secundarios hacen de las suyas y se ven genialidades entre los amigos y ex-parejas. Meiko es la chica rica, con familia problemática, que se termina enamorando de su profesor. Este le corresponde, pero debido a las restricciones japonesas por estas cosas, él la abandona y ella por dolor, comienza a escribir. Aquí interviene el casanova de Miwa (Satoshi, Satoshi!), que hace unas apariciones estupendas, echandose dialogos de risa y aparte con su estupida naturalidad de compararlo todo con carrera de caballos (yo literalmente me partía de risa con esto).
Por otro lado, Rokutanda, Ginta y Arimi forman un triángulo bastante divertido. Es más, la pareja de Ginta y Arimi, me gusto mucho más que la protagonista y sigue una evolución preciosa durante la historia. Solo por esta, valía a veces la pena leer el manga.
Notese que no he hablado de la trama o historia, porque realmente no la hay. Todo se basa en la interacción de los personajes y como se funda en la relación entre los protas. Tal vez halla algo de trama con la historia de Meiko y algo del pasado de Yuh, pero hasta allí. Lo demás, es solo vil pretexto para los comentarios y maletendidos.
Como dato curioso, Marmalade Boy es un término que la autora utilizo para describir la personalidad de Yuh. Que puede ser tan dulce a veces, pero también tan empalagosa y fastidiosa en ocasiones (bueeeno, yo si lo entendí, porque la mermelada me produce eso, pero mi esposa que le encanta, no le vió el detalle).
Esto también viene de que un principio de la historia, la sexualidad de cada personaje estaba invertida. Por ejemplo, Miki iba a ser un chico un tanto afemeninado, mientras Yuh era una chica un tanto ruda. Meiko era un chico muy atractivo, mientras Ginta era una chica deportista. Nuevamente, la autora lo consulto con su editor y dijo que la historia era algo predecible (aunque aun así, resulto predecible).
En conclusión, Marmalade Boy es una historia sencilla, divertida, amena por momentos y con esos salpicones de comedia romántica que le dan mucho punch. Lamentablemente, el ritmo tan bueno del manga se pierde del tomo 5 a 7, ya que la autora se centra más en el drama y deja los chistes de lado, lo cual lo vuelve muy serio, melodramático por momentos y uno le pierde cierto interés.
El tomo 8 vuelve a levantar, pero por ser la conclusión de la historia y el cierre de muchos parentésis y tramas.
Para el y la fan del shoujo, les gustará, pero tampoco es renombrada. En opinión personal, me gusto bastante y aparte, tiene un personaje carismático como Satoshi Miwa (aunque Rokutanda me parece igual un personaje muy complejo, pese a sus lloriqueos) y la pareja de Ginta-Arimi, es muy buena.
Como datos finales, el manga tuvo la mencionada adaptación a anime, que fueron como 76 episodios. La razón, es que este tiene un montón de fillers o capítulos de relleno, inclusive una saga nuevamente, donde Miki y Yuh tienen "pretendientes" de origen extranjero. En sí, a mi no me gusto tanto (pero ya la comentare en otra entrada). Lo mejor, fue que le crearon una pareja exclusivamente a Rokutanda (jeje, el pobre inclusive en el material final del tomo 8, lo comenta con tono de victoria).
Por cierto, la autora ha estado sacando un nuevo manga, basado en esta serie. Que cosas.
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Saludos a mi Arimi :3, así a quienes gustan de este tipo de mangas.
Manga viejito? Ay, que mayor me siento de repente...
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