martes, 21 de octubre de 2014

La batalla de Pearl Harbor: el inicio del fin del Imperio Japones

Hablar de Pearl Harbor es tocar uno de los mitos más grandes que existen sobre la Segunda Guerra Mundial. Bien dicen que la historia la escriben los vencedores y este evento fue uno de esos que los gringos se encargaron de adornar y reescribir de tal manera que ellos eran los niños buenos de la historia y los japoneses, como una raza mala y que deseaba el poder a toda costa. Nada más falso. 

Por suerte, pese a la época que vivimos actualmente, la apertura ha permitido disminuir la polarización de los hechos en cierta medida. Claro, no vamos que los japos si cometieron un acto artero, al atacar una flota por la espalda y sin previo aviso, pero también parece que el gobierno de EUA sabía del ataque y no hicieron nada por prevenir esta situación. Si a estas vamos, podríamos compararlo con el ataque a las Torres Gemelas.


Como sea, este evento toca lo mejor de una batalla: tanto el contexto como el desarrollo del conflicto. Vamos a ver esto con mayor detalle.


El ataque a Pearl Harbor fue una ofensiva militar sorpresa efectuada por la Armada Imperial Japonesa contra la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor, Hawái, en la mañana del 7 de diciembre de 1941. El ataque pretendía ser una acción preventiva destinada a evitar la intervención de la Flota del Pacífico de los Estados Unidos en las acciones militares que el Imperio del Japón estaba planeando realizar en el Sudeste Asiático contra las posesiones ultramarinas del Reino Unido, los Países Bajos y los propios Estados Unidos. Los japoneses hicieron coincidir esta ofensiva con el ataque a las posesiones del Imperio Británico en Malasia, Singapur y Hong Kong, todas las cuales estaban ya en su poder a mediados de febrero de 1942.

La base naval fue atacada por 353 aeronaves japonesas que incluían cazas de combate, bombarderos y torpederos que despegaron de seis portaaviones.2 Resultaron dañados los ocho acorazados estadounidenses atracados en el puerto, y cuatro de ellos se hundieron. De estos ocho, dos fueron reflotados y cuatro reparados, por lo que seis pudieron volver a entrar en servicio más tarde, durante la guerra. El ataque japonés también hundió o dañó tres cruceros, tres destructores, un buque escuela y un minador. Los norteamericanos perdieron 188 aeronaves, murieron 2402 estadounidenses3 y 1282 quedaron heridos de diversa consideración. Sin embargo, los japoneses no atacaron la central eléctrica, el astillero, las instalaciones de mantenimiento, los depósitos de combustible y torpedos, los muelles de submarinos y el edificio del cuartel general y de la sección de inteligencia. Los japoneses perdieron 29 aeronaves y cinco minisubmarinos, además de sufrir 65 bajas militares entre muertos y heridos. Asimismo, un marino japonés fue capturado vivo.

Antecedentes: Japón venía de un rápido expansionismo en la esfera de Asia. Los motivos eran varios, desde el rápido crecimiento de su población en un país pequeño y casi sin recursos mineros, agrícolas y petroleros, hasta un deseo inconsciente de ser la raza dominante del Lejano Oriente, este último, el menos hablado y comentado en muchos libros de historia. Cierto que el Imperio japonés tenía un exceso de población y debía darle de comer como sea, pero también en la naturaleza del japonés esta un deseo de conquista y guerra. Un buen ejemplo son los Samurai, que durante más de 500 años dieron suelta a sus instintos, hasta que el Shogún Yosunobu Tokugawa les paro los pies, creando el periodo Edo que duro 250 años.

 Luego de la restauración Meiji, aunque mucha de la filosofía formal Samurai fue descartada, esta todavía se enseñaba en Academias Militares, lo cual permitió a la nación tener un ejército leal, poderoso mentalmente y con deseos de expandir su poder.

 Sin embargo, los funcionarios civiles de aquellos años habían podido restringir la ambición y poderes de la clase Militar, que luego de la Primera Guerra Mundial, había tenido un gran impulso. Pero el Terremoto de Kanto de 1923 y la crisis económica de los Veintes, hizo que la gente se decidiera por el mensaje de los militares, que abogaban por un país unido, fuerte y sobre todo, que necesitaba tener más espacio para una raza que era superior a las demás (de allí que sus ideas las compartiera la Alemania de Hitler y la Italia de Mussoulini).

 EUA e Inglaterra, que entonces eran las potencias más importantes previeron esto e hicieron que Japón en 1923 firmara un tratado que impidiera el rápido avance de la flota japonesa, limitando el número de toneladas que podían embarcar. Japón obedeció parcialmente estas reglas, desguansando sus Acorazados de mayor tamaño, pero entonces se enfoco en el uso de submarinos y portaaaviones, lo cual terminaría por cambiar el impulso que los mismos nipones habían establecido con la batalla de Tsushima: la supremacía del Acorazado.

 Para los años treinta, Japón tenía una población de casi 80 millones de habitantes y pocos recursos para los cuales alimentar a su gente, hambrienta no solo de comida, sino también de triunfos. El primer movimiento fue la ocupación de Manchuko (Manchuria) y de la península de Corea. Esto aumento las restricciones que EUA ya tenía sobre los nipones como la expulsión de la nación del seno de la Sociedad de Naciones.

Japón tuvo un lugar donde poner el exceso de población y muchos nipones se fueron a vivir a Manchuko. Sin embargo, este lugar no tenía las materias primas necesarias como petróleo o caucho. El objetivo, obvio, eran las colonias holandesas en Indonesia, como la misma Indochina, ricas en este material.

EUA desde la década de los veintes había visto con malos ojos la expansión japonesa, razón por la cual comenzo a ponerles freno, desde la regulación de tonelaje a la marina, hasta embargos económicos. Sin embargo, el punto más importante fue álgido llego con el parón de petróleo, el cual no ocurrió hasta mediados de 1941.

 Antes de todo esto, Japón y EUA se miraban con recelo, pero a la par, un gran respeto. Los gringos sabían de la mentalidad nipona y que serían un rival de cuidado, mientras que los orientales conocían de sobra la capacidad de los Estados Unidos. Sin embargo, pese a esto, la necesidad de esas materias primas termino por impulsar la guerra entre ambos países.


Un ejemplo de esta situación fue Isoroku Yamamoto, el gran Almirante de la flota japonesa, que había sido educado en Europa y EUA. Él conocía bien el potencial gringo y en su momento se mostró renuente a una guerra. Sin embargo, cuando se vio que la crisis económica no iba a un buen puerto, termino por decantarse por un ataque "preventivo" hacia los amerikanos y fue su más ferviente seguidor.

 Aunque hoy en día, los rumores sobre espías japoneses son sobrestimados, en su momento eran bastante confiables y es que toda la costa Oeste y el Archipiélago de Hawaii estaban poblados de nipones que inspeccionaban los astilleros y las naves que componían la flota del Pacífico. Este reporte fue presentado a Minoru Genda, el artífice estratégico del ataque.

 Genda en su momento se sorprendió de este informe que le fue presentado en un enorme fajo de documentos. Incluía fotos y diagramas de los astilleros, los tipos de barcos que estaban anclados en Pearl Harbor (y que a principios de 1941, el presidente Roosevelt había movido de su base de San Diego). Genda, como la mayoría de los japoneses, no pensaban en un ataque contra los EUA, sin embargo, al ver dicho informe se convenció que la única forma de expandir el Imperio era paralizar momentaneamente a los Estados Unidos. Sin embargo, que el plan estuviese ya listo, no significaba que Japón fuese a atacar a EUA y ya (cosa que se pone en películas churras como Pearl Harbor, que pese a tratar de manera cierta imparcialidad, era obvio que por ser un filme gringo, no iban a poner todos los pormenores).

 En julio de 1941, los Estados Unidos cortaron el suministro de petróleo y chatarra (ambos vitales) a Japón, debido al peligro que estos representaban en la esfera asiática. Los militares se dieron cuenta de que no podían arreglar las cosas diplomáticamente, así que se opto por el ataque, el cual no fue aprobado por el Emperador hasta noviembre de aquel año.

Objetivos: el ataque preventivo u Operación Hawaii, consistía en hacer un ataque fulminante a la Flota del Pacífico Amerikana, anclada en Hawaii. Se tomo de modelo el raid que hizo la RAF a la flota Italiana en la batalla de Tarento de 1940.

 La batalla consistía en dos objetivos a alcanzar: por una parte que los Estados Unidos se viesen desmoralizados y en lugar de atacar, se planteasen a negociar condiciones con los japoneses, mientras estos se lanzasen por todo Asia, ya sin interferencia alguna.

 Sin embargo, el plan tenía varios defectos de consideración y no era en base a la falta de visión, sino a una versión reduccionista de la misma. Japón creía que un golpe por sorpresa y con autoridad, iba a frenar a los gringos y que destruir muchos acorazados, el cual se consideraba el arma ideal marítima en aquel entonces, lograría tal cosa, desestimando a los Portaaviones (Enterprise, Lexington, Saratoga) que estaban anclados cerca de allí y aparte, dejando de lado los valiosos depósitos de combustible.

Preliminares:
 la flota japonesa zarpo el 26 de noviembre de 1941, con Chuichi Nagumo al mando y lo hizo en total oscuridad, por así decirlo, ya que durante una semana mantuvieron silencio radial u operativo, al grado que sus mismos jefes no sabían donde estaban sus naves.

En su momento, parte de los acorazados y uno que otro portaaviones japones se desvió hacia las islas Aleutianas para hacer un ataque de distracción. Sin embargo, el grueso de los portaaviones (Akagi, Kaga, Sōryū, Hiryū, Shōkaku y Zuikaku), que tenían en sus plataformas hasta 400 aviones, se encargarían del abordaje principal.

El raid consistiría en dos oleadas, donde la primera sería el ataque fulminante, mientras el segundo se encargaría de rematar lo que quedaba y si era posible, destruir los depósitos de combustible y los portaaviones, los cuales apenas estaban regresando a Pearl Harbor para reparaciones.

Apoyando la flota, le acompañaban varios submarinos y mini submarinos que se encargarían de parar cualquier tipo de ayuda que los gringos pidiesen en el momento del ataque. Sin embargo, luego se revelaría que esto no funcionaría mucho, ya que muchos dragaminas estadounidenses dieron cuenta de ellos antes de hacer algo.

A todo esto, ¿Qué pasaba con los amerikanos?

 Aquí es donde comienza la polémica: se dice que el servicio secreto estaba al tanto del ataque japonés hasta con 6 meses de antelación. Japón no era el único que tenía espías y los gringos estaban al tanto de las negociaciones entre la facción militar y la civil, esta última abogaba por una salida diplomática. En su tiempo se vendió la versión de un ataque artero, por la espalda, pero ¿Qué tanto sabía el gobierno de esto? Parece que mucho y que el mito de Pearl Harbor era necesario para que el pueblo estadounidense se alzará y declarará la guerra a Japón y por ente, a los países del Eje. Hay que recordar que en esos años, menos de un 30% de los amerikanos apoyaban una guerra contra Alemania o Italia.

 Aunque aun se considera algo para discutir, también hay otra cosa que nos pone en duda de la famosa puñalada trapera y es la declaración de guerra que Japón envió unas horas antes del ataque. Aunque no era formalmente algo así, el documento era muy explicito, una suerte de amenaza para el pueblo gringo sino aceptaba las condiciones japonesas. Pero aquí es donde la puerca tuerce el rabo y es que el documento no "llego" a tiempo a Washington, aunque se decía que el supuesto papel ya había sido descubierto por los encriptadores del Servicio Secreto. Muy sospechoso.

Como sea, la historia continuo y el ataque no pudo ser evitado/detenido de alguna manera.


El combate: varios minisubmarinos llegaron a Pearl Harbor en la madrugada del 7 de diciembre de 1941. Ahora se ha confirmado que al menos uno de estos logro acertar un torpedo al USS Virginia, uno de los Acorazados anclados en el puerto.

Sin embargo, los demás tuvieron mala suerte, cuando un dragaminas, el USS Condor avisto el periscopio de uno de ellos y localizo al Destructor USS Ward que hundio varios de ellos con cargas de profundidad. Uno de los minisubmarinos, dañado, llego a la costa y Kazuo Sakamaki fue capturado en las playas, convirtiéndose en el primer prisionero de guerra estadounidense.

Pese a esto, el aviso de batalla jamás llego a los cuarteles de Pearl Harbor. El 7 de diciembre era domingo y la oficialia como los marinos estaban de "descanso" y el arreamiento de bandera se retrasaba hasta las 8 de la mañana. Aparte, había habido más señales de alarma, entre ellos, de algunos radares que se encontraban en la parte norte de la isla. Sin embargo, como el radar era un sistema nuevo (apenas implementado por los británicos en 1940), tampoco estaba operativo al 100%.

El ataque aéreo llego a las 7:48 am. La primera oleada se componía en más de dos tercios por bombarderos, tanto del tipo Nakajima como Aichi D34 (los famosos Val, que serían comparados a los Stukas alemanes por diseño y su forma de volar), mientras los renombrados Zeros, eran la escuadra guardaespaldas de los Nakajima y Aichi.

Cuando comenzo la primera oleada a bombardear los Acorazados anclados en la bahía, los marinos y oficiales gringos estaban estupefactos. Muchos decían que eran aviones del ejército que se estaban pasando de la mano con "ejercicios" de práctica ("Dios, están utilizando cargas reales", decían), más porque los escudos "rojos" que traían los aviones eran parecidos a los del ejército gringo.

La alarma se dio, pero ya era demasiado tarde. La primera formación dio cuenta con varios Acorazados fondeados y que a la primera se fueron a pique, sin posibilidad de respuesta. Como los aviones gringos estaban con las alas arriba, fueron hechos pedazos en un instante. Para colmo, la munición estaba bajo cierre y cuando los pocos marinos y soldados fueron por ella, se toparon de bruces con candados y cadenas.

La segunda oleada se lanzo 40 minutos después del primer ataque, mientras los japoneses recibían a la primera en medio de vítores. El ataque había sido exitoso y la segunda salió disparada a hacer de las suyas. Esta tenía mayor composición de bombarderos, en especial de los Vals, por lo cual el objetivo era rematar lo que quedaba de la flota americana.

Este raid fue mucho más amplio y bombardearon pistas de aterrizaje, donde la respuesta gringa al fin llego: el portaaviones Enterprise envió varios P-36 y P-40, así SBD Dauntless que ofrecieron una resistencia más fuerte, aunado a que las ametralladoras de algunos Acorazados al fin abrieron fuego, lo cual ocasiono al menos 20 bajas entre los aviadores nipones.

La parte trágica y que más calo posteriormente es que algunos Nakajima se pasaron de la zona militar y bombardearon áreas civiles y residenciales de Honolulu, lo cual ocasiono al menos 50 muertos, aun cuando el mismo Yamamoto había ordenado a sus tropas solo tocar áreas militares.

Para cuando estaba este raid, los daños eran evidentes. El USS Arizona estallo en pedazos, luego de que una bomba modificada penetrara su casco, provocando más de 1,000 muertes al instante. El USS Nevada, el USS West Virginia y el USS California estaban dañados de manera grave, tanto por combinación de bombas, como de torpedos modificados para ser lanzados en aguas poco profundas. El USS Oklahoma estaba ligeramente dañado, pero ya comenzaba a inclinarse de lado.

Varios cruceros ligeros como el USS Helena o el USS Honolulu también fueron dañados de manera considerable por torpedos o bombas. Los aviones que estaban en tierra y que sumaban más de 400, fueron totalmente aniquilados.

Para cuando regresaron los aviones de la segunda oleada, los capitanes se encararon con Nagumo y le pidieron un tercer ataque. El raid había sido muy éxitoso, aunque se habían perdido varios aviones, apenas representaban una décima parte de los embarcados.

La razón era más que válida: los depósitos de combustible estaban intactos y los portaaviones no habían sido tocados, como la munición aun almacenada en los astilleros.


Pero Nagumo dijo que no, lo cual sorprendió a más de uno y que sigue siendo objeto de controversia hasta hoy en día. Se dice que debemos verlo en temporalidad, es decir, que la situación fue valorada en el momento y que nosotros tenemos la ayuda de la retrospectiva.

Nagumo no quiso lanzar un tercer ataque, primeramente porque la flota nipona estaba al máximo de su autonomía y que estar más tiempo en el mar, implicaría estar al descubierto. Aunado a esto, un tercer ataque podría retrasarse hasta la tarde/noche, lo cual implicaría atacar en la total oscuridad, lo cual ninguna flota en aquel entonces estaba lista. Aparte, Nagumo tenía miedo de los portaaviones, los cuales no sabía donde estaban y que la respuesta amerikana en el último raid había sido más fuerte.

Genda y Fuchida, otro de los arquitectos del plan, solo se miraron y optaron por aceptar las ordenes de Nagumo, dando por terminada la batalla de Pearl Harbor. Aunque Yamamoto si acepto al principio la decisión de Nagumo, posteriormente se lamentaría de esta situación, ya que en palabras de Chester Nimitz, el gran Almirante estadounidense, "si hubiesen destruido los depósitos y portaaviones, habríamos tardado al menos un año en recuperarnos". Cuando se sabe que ya para el verano de 1942, en Midway, EUA le daría un zape tremendo al Imperio Japonés y comenzaría la liberación del Lejano Oriente.

Saldo: pese a lo dicho, el ataque fue exitoso en muchos sentidos...solo al principio. Las pérdidas amerikanas fueron cuantiosas: 8 Acorazados fuera de combate (2 de manera definitivamente, el resto serían reutilizados tiempo después), 3 cruceros ligeros y 3 destructores inutilizados, así otros iguales en mismas condiciones. El saldo de muertos llego a 2,400 y más de 1,000 heridos, incluyendo más de 50 civiles muertos. En cambio, los japoneses perdieron un poco más de 60 personas y 29 aviones derribados, así varios minisubmarinos hundidos, como uno encallado.


Consecuencias: al día siguiente, Rossevelt, con el apoyo de todo el pueblo gringo le declaro la guerra a Japón, todo bajo una furia y deseo de venganza. Cuatro días más tarde, Alemania haría lo mismo, tanto en respuesta al pacto del Eje firmado con Japón como por la subestimación que tenía Hitler hacia el pueblo estadounidense.

 Ese mismo día del ataque, el ejército japones se lanzaría por todo el sureste asiático y menos de 2 meses, habría de conquistar una cuarta parte de la superficie terrestre, derribando plazas como Singapur, Filipinas y Hong Kong con gran facilidad.

 Sin embargo, las consecuencias a largo plazo fueron mucho más potentes: Japón cierto que logro ampliar su imperio de manera considerable, pero el ataque si lo vemos de manera crítica, no logro dañar los barcos más importantes: los portaaviones. Dicen los gringos que los nipones les ayudaron a desechar un montón de chatarra que ya estaba en desuso. Si los japoneses habían puesto en relevancia el uso del Acorazado en la batalla de Tsushima, ellos mismos terminaron por hundir ese mito y fue cuando el Portaaviones se revelo como la nueva arma definitiva, a nivel marítimo, el cual continua hasta hoy en día.

 Pero lo más importante, fue la entrada de EUA a la guerra. Yamamoto ya había dicho que el potencial de esta nación era impresionante y aunado al deseo de venganza, en cuestión de 6 meses, el ejército norteamericano ya estaba listo para combatir, no solo en el Pacífico, sino también en el frente europeo, al grado que Japón sería vencido totalmente por los gringos en 1945.

 Aunque Fuchida y Genda sobrevivieron al conflicto, Yamamoto tuvo un destino muy distinto. Cuando los espías norteamericanos localizaron a Yamamoto, decidieron emboscarlo cuando este se encontraba visitando varios átolones en el Pacífico, llegando a acribillarlo en pleno aire. Tuvieron que pasar dos meses para que el gobierno japones anunciara su muerte.

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 Saludos a mi mujer :3, así a quienes gustan de este tipo de reseñas.


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