sábado, 4 de octubre de 2014

Diario de Hiroshima: un relato crudo pero estupendo del Bombardeo Atómico

Mi comadre me regalo un par de buenos libros para mi cumpleaños y los meses pasados estuve leyéndolos de manera intermitente. Los hubiera acabado antes y habría reseñado ambos, pero entre mis crisis emocionales y económicas, el horno no ha estado para bollos y he tenido que dilatarme en otros tópicos que me son más cómodos. No signifique que reseñar un libro me cueste, al contrario, leer es uno de mis pasatiempos favoritos, es más, hasta un estilo de vida que llevo diario.

Pero precisamente, como es un estilo, se ve influenciado por mi estado mental y lo que traiga encima. Leer se me facilita cuando todo esta tranquilo, es como la cereza en el pastel de un buen día, contrario a la música, que me sirve más para reanimarme cuando las cosas no salen del todo bien.

Como sea, no quise dejar más la oportunidad y por eso me enfoque en este libro, que aunque al principio me costo un tanto iniciarlo, ya luego no paré y debo decir que quede muy contento con el susodicho. Es de esas joyitas que cualquiera debe tener en su biblioteca personal.


"El Diario del médico Michihiko Hachiya comprende 56 días en Hiroshima, desde el 6 de agosto, día en que lanzaron la bomba atómica, hasta el 30 de septiembre de 1945. Está escrito como una obra de la literatura japonesa: precisión, ternura y responsabilidad son sus rasgos esenciales. En este Diario, casi cada página invita a la reflexión. De él se aprende más que de cualquier descripción posterior, pues uno comparte, desde el principio, el carácter misterioso de lo sucedido: todo es absolutamente inexplicable. En medio de su propio sufrimiento, entre cientos de muertos y heridos, el autor intenta reconstruir paso a paso la situación; sus sospechas cambian a medida que se entera de nuevas cosas y que estas van convirtiéndose en teorías que exigen ser comprobadas. No hay una sola línea falsa en este Diario, tampoco ninguna vanidad que no esté basada en la vergüenza." Elias Canetti

Los libros sobre la Segunda Guerra Mundial podrían abarcar un buen librero o al menos dos, en especial en estos tiempos, donde la bibliografía al respecto ha aumentado, no solo en base a historiadores de corte gringo o inglés, sino también de países de Europa del Este, esto debido en parte a la desclasificación de toneladas de documentos que tratan del tema y que provienen de archivos soviéticos. Esto ha permitido enriquecer el panorama y crear un contexto mucho más elaborado y complejo de lo que fue este conflicto.

Sin embargo, hay países donde el "tabú" continua muy fuerte y uno de ellos, es Japón. Pese a ser una nación tecnológicamente y económicamente avanzada, su cultura sigue siendo ancestral, milenaria, lo cual conlleva a que sea un círculo muy cerrado aun hoy en día, pese a la globalización.

Por ente, que un país tan cerrado como Japón se abra o peor, admita defectos o errores en su historia, se antoja difícil. Técnicamente, hoy en día, es uno de los países que aun puede albergar un partido de corte fascista en sus filas, sin sentirse intimidado por ello.
De allí que el tema de la Segunda Guerra Mundial resulte no solo espinoso en este lado, sino también por la diferencia cultural que existe en Occidente. Como prueba de ello, tenemos el tópico que tratamos de "Emperador", donde trataba inútilmente de explicar los modos y costumbres del pueblo nipón para con su Jefe de Estado y figura divina. 

Por ello, la bibliografía japonesa sobre el conflicto es escasa y muchas veces, omite lo sucedido o peor, tiene una tendencia a justificar lo sucedido. Por ello, este libro viene a representar no un cambio de paradigma, sino un trago de agua fresca en medio de tanta aridez. Y vamos a ver porque.

"Diario de Hiroshima, de un médico japonés", fue escrito por el Dr. Michihiko Hachiya a principios de los años cincuentas de una serie de notas que hizo durante su estancia en el hospital de Hiroshima entre el 6 de agosto y 30 de septiembre de 1945. Léase, el autor hace un relato personalizado de lo sucedido entre el lanzamiento de la bomba hasta principios de otoño de aquel año, cuando personal militar amerikano comenzo a llegar a la ciudad para ver los efectos del ataque.


El Dr. Hachiya, nacido en 1903 y fallecido en 1980, era el director del Hospital de Comunicaciones de Hiroshima en el momento del estallido. Comienza narrando como logro escapar junto con su esposa, malherido, de su casa en ruinas. Posteriormente se traslada con su mujer hasta el hospital, donde apenas logra sobrevivir luego de una cirugía que le practicaron para salvarle la pierna. De allí, como comienza a tomar el mando del hospital, tratando de salvar a los heridos y luego ve impresionado como muchos comienzan a fallecer sin motivo alguno. Esto lo orilla a investigar los efectos de la radiación y como ir descartando un posible veneno que tenía el artefacto, hasta ver como llegan autoridades de ocupación estadounidenses para inspecccionar el hospital y los alrededores. 

Si con este resumen uno cree haber abarcado todo el libro, se equivoca. Pese a lo poco extenso del mismo (la edición en español no supera las 300 páginas) y el tipo de formato, no solo se lee de manera rápida, sino también es sumamente rico en experiencias que paso el Dr. Hachiya durante su estancia en el hospital. Quede impresionado por el manejo de las emociones y situaciones que tiene un japonés en este tipo de momentos y como pese a ser una cultura muy distinta a la nuestra, llegan a tener reacciones parecidas, pasando desde el altruismo hasta el vil saqueo.

Lo mejor es que el libro te lo relata de manera limpia, sin recurrir a un exceso de sentimentalismo, solo el necesario. El autor hace un relato, casi un reportaje, de lo que sucedía con los pacientes que ingresaban en el hospital, así las expectativas, miedos y resoluciones que tomaba el personal y población superviviente al ataque. Es casi como si te pusiera en esa situación, haciéndolo de una manera efectiva y sin mayores complejos (notándose el aplomo de un médico en estas situaciones).

Por el mismo, llegas a tomarle cariño a cada personaje que va describiendo el Dr. Hachiya, desde su propia esposa hasta los diferentes médicos que le van apoyando. Claro, el buen doctor tampoco deja de ser crítico y analítico con lo que sucede, juzgando a las personas como lo son, lo cual resulta mucho más realista y crudo. Sin embargo, se agradece, ya que algo de "dulzura" habría amolado el libro, que trata más de una crónica que de una novela de corte histórico.

El libro viene se puede dividir en varias etapas: la primera involucra el escape del Dr. Hachiya de su casa derruida y luego su establecimiento en el hospital, donde casi se muere por los pelos. La segunda etapa, es cuando comienza a recuperarse y hace una narración de las instalaciones del nosocomio y del personal que le apoya así como fue consiguiendo material para no solo alimentar a los enfermos, sino también para realizar las autopsias debidas. La tercera es tal vez la más apasionante, porque el autor comienza a ver a gente morir sin motivo alguno, salvo por algunos síntomas específicos como moretones (petequias) o diarreas sanguinolentas, llegando a pensar que fue un veneno soltado por la bomba y posteriormente inclinándose hacia el efecto radioactivo. La cuarta es cuando el Japón se rinde, por medio de su emperador y comienza un apasionado debate, no solo del autor, sino con otras personas, sobre la rendición y sus consecuencias. La quinta se enfocaría en como el hospital se va vaciando y el Dr. Hachiya se topa de frente con militares gringos que vienen a presentarse y relevarlo.

Como dije, cada parte del libro es harto entretenida, pero remarco que la investigación de los efectos de la radiación y los dilemas que se plantea el autor ante la rendición de mano del Emperador, son de lo mejorcito del libro. En este, vemos reflejada de manera nítida la cultura japonesa, donde una actitud de obediencia y fe están a la orden del día. Ver a Hachiya defendiendo a su Emperador y luego ver el miedo a que lo lastimen o maten, o peor, lo exilien, te llega a impresionar de buena manera.


En el otro punto, el estudio de la radioactividad es harto apasionada. Lejos de la gente que murió por el fuego y la explosión en sí, muchos de los pacientes del hospital van sufriendo o muriendo por causas desconocidas. Pasando por varias teorías, vemos como Hachiya y sus compañeros médicos, van viendo los efectos del ataque y como la distancia entre el punto donde cayó la bomba y donde estaba uno, influye de manera determinante para que una persona se salve o no, esto en base a estudios de patología hechos después de morir o por ciertos síntomas clave (diarrea, estomatitis, petequias, leucocitos disminuidos, dolores constantes de abdoment, etc.). A tal grado que llegaron a ser importantes estos estudios, que en menos de un mes, el autor ya había publicado un artículo al respecto y que llego a ser leído por toda la zona de manera importante. 

Otro detalle que me encanto, fue una cortesía por parte de la editorial, que a veces se ponen sus moños y quieren traducirlo todo. Acá no pasa nada de eso y vemos como algunos términos se traducen literalmente y luego en la parte inferior, vemos notas aclaratorias que nos dan un contexto del término y que resultan muy útiles. Ejemplo están las palabras "Pika" (el resplandor de la bomba) y "Don" (el sonido que provoco al estallar).

En conclusión, "Diario de Hiroshima" es un libro interesante, fácil de leer y aparte muy enriquecedor. Aporta un punto de vista totalmente distinto al que estamos acostumbrados, no solo apoyandonos en un observador japonés directo, sino también como plasma su filosofía en esta situación. Bastante recomendable por donde uno lo vea. 

¿Como conseguirlo? Esta en español, por cortesía de Editorial Turner, en la colección de "Armas y Letras. Curiosamente, es el mismo que termino editando otro de mis libros favoritos: la batalla de Tsushima. El costo aproximado va de 150 a 200 morlacos y como ya se dijo, ronda las 280 páginas. Pese a ello, estas se van volando y fácil uno podría acabarlo en dos sentadas.

------------------------------------------------------

Saludos a mi princesa que adoro =3, así a mi comadre por regalarme este libro, como quienes gustan de la buena lectura.

1 comentario:

  1. Creo que justo el hecho de que sea escrito por un médico es lo que ayuda en muchos momentos a que el tono sea el apropiado, ya que incluso al relatar sucesos cotidianos o emotivos lo hace desde una posición casi científica, con el mismo cuidado que cuando tiene que describir los síntomas de los pacientes y su evolución. Eso no sólo lo diferencia de otros testimonios de este terrible evento sino que resulta en extremo interesante.

    Ya que hablas del tabú japonés sobre la Segunda Guerra, ¿asumo que ya leíste el manga de "Barefoot Gen"?

    ResponderBorrar