jueves, 19 de abril de 2012

La Batalla de Inglaterra

 Los aviones fueron mi fascinación cuando era niño. Esto lo contribuyo en parte mi hermano cuando se hizo con varios lotes de los famosos "Micro Machines" pero afocados a la temática militar. Entonces, como buen niño, me gustaba jugar con las miniaturas de un Spitfire y de un Mustang P52.

 Pero conforme paso el tiempo y aumentaron mis lecturas de la Segunda Guerra Mundial, el gusto por los cazas fue disminuyendo y me enfoque más en el aspecto logístico y claro, en el diseño de los carros de combate, como los T-34, Sherman, Tigers, etc. etc.

 Sin embargo, la "Batalla de Inglaterra", es uno de mis teatros favoritos de la Segunda Guerra, no solo por el uso de los aviones, sino el trasfondo tanto político como táctico que rodeo una de las batallas que costo más vidas inglesas que en cualquier otro frente de batalla.


La Batalla de Inglaterra no fue una única batalla, sino toda una serie de operaciones libradas en cielo británico y sobre el Canal de la Mancha, donde durante cerca de cuatro meses (julio-octubre de 1940) Alemania buscó destruir a la Royal Air Force (RAF) para obtener la superioridad aérea necesaria para una invasión de las islas.

Una de las mayores campañas de la primera mitad de la Segunda Guerra Mundial, la Batalla de Inglaterra (Battle of Britain en inglés), es el nombre comúnmente otorgado al intento de la Luftwaffe para ganar la superioridad aérea sobre la Royal Air Force (RAF), antes de una planeada invasión a Inglaterra tanto aérea como naval (Operación León Marino).



 Como vimos en Dunkerque, uno de los aparentes motivos por los cuales Hitler había permitido el reembarque de las tropas inglesas, era ver a estos la superioridad de sus medios y mostrar una especie de "clemencia", que podría canjearse por una paz entre ambas naciones (claro, con las aristas de una rendición por parte de los británicos).

 Obviamente los ingleses mandaron al diablo a Hitler y decidieron ponerse listos para cualquier eventual invasión.

 Hitler, al ver esto, comenzó a planificar con su estado mayor, la llamada operación "León Marino", que consistía en el desembarco de al menos 6 divisiones en las costas inglesas mientras los famosos "diablos verdes", los paracaidistas alemanes de Student establecían una cabeza de puente en Dover, esto durante una primera etapa, siendo 90,000 hombres en dos cuerpos que atacarían por los flancos de Londres, rodeando la capital y forzando una rápida rendición, mientras un segundo y hasta tercer desembarco sucedáneos harían un total de medio millón de hombres, para reforzar el ataque y ocupación.

 Sin embargo, al momento de ver los medios de desembarco, se vio que la Kriegsmarine no era tan potente como la Royal Navy y que esta última haría pedazos a su rival, no solo en la primera oleada, sino en las dos siguientes. Si acaso lograran desembarcar algunas divisiones, estas con los paracaidistas, serían aniquilados por la RAF (Royal Air Force), el cuerpo aéreo inglés.

 Como la potenciación de la Kriegsmarine no era eventual en corto plazo (aparte Hitler se mostraba distante a las operaciones marinas), enfoco toda su energía en aniquilar a la RAF con su aparente "invencible" Luftwaffe.


 Herman Goering, un antiguo As de la Primera Guerra Mundial, había logrado ascender en el partido Nazi, no solo por su carisma e inteligencia, sino por su amistad "leal" hacia el Fuhrer. Este ascenso se hizo definitivo cuando se volvió el "jefazo" de la  Luftwaffe, cosechando victorias en los cielos de Polonia y Francia.

 Goering, deseoso de impresionar a Hitler, prometio que con 3 "flotas" de la Luftwaffe, haría pedazos a la RAF.

 Motivos tenía de sobra para confiar: las tres Luftflotte sumaban más de 3,500 aviones, entre cazas y bombarderos, mientras la RAF apenas contabilizaba 800 aparatos.  

 Así el 1 de julio, Goering mando todos sus aviones contra Inglaterra, tratando de machacar las instalaciones militares, así las fabricas que producían los famosos "Supermarine Spitfire", los cazas representativos de la RAF.
  Messerschmidt Bf109
 Supermarine Spitfire

 Sin embargo, pronto se revelaron problemas enormes de logística que Goering no había previsto: los aviones alemanes (donde destacaba el emblemático Messerschmidt Bf109) tenían una limitada autonomía, ya que volar desde Francia o Noruega hasta Inglaterra, agotaba su combustible, mientras los ingleses combatían en su propia casa. Estos últimos aparte tenían un nuevo invento, el RADAR, que permitía planificar la defensa y enviar escuadrones de Spitfire en base a la cantidad de aviones detectados.

 Esta flexibilidad, fue gracias a Sir Hugh Downing, que fue el "jefazo" de la RAF durante este periodo y que doto de una capacidad de pelea increíble a los pilotos ingleses.


 Aun con esto, Goering redoblo esfuerzos y se enfoco en destruir totalmente a la RAF, tanto por aire como en tierra, lo cual hizo que por unos instantes, Inglaterra casi se hincara de rodillas.

 El problema vino cuando en un bombardeo, en el llamado "Día del Águila" (15 de agosto de 1940), el puerto de Londres fue tocado y varios civiles resultaron muertos. Aunque se debió a un "error", ya que Hitler había prohibido tocar las poblaciones no militares, esto provoco la ira de Churchill que inmediatamente lanzo un ataque de represalia contra Berlín.

 Este "blitz", fue insignificante. Apenas unos cuantos bombarderos ingleses soltaron unas bombas insignificantes sobre la periferia de Berlín. Sin embargo, esto provoco la ira de Hitler, que cambió el ataque de la aviación alemana, pasando de los preciosos aeropuertos militares, hacia la población civil.

 Nuevamente, se tiene otra versión de esto. Se dice que Churchill esperaba este error y que solamente lo uso de pretexto para llevar un plan maquiavélico: usar la población civil inglesa como un anzuelo para los ataques alemanes, lo cual daría un respiro valioso a la RAF, que estaba en sus límites.

Como sea, Londres y otras ciudades sufrieron raids tan salvajes, que la población civil sufrió muchas bajas, mientras se veía correr y refugiarse en las instalaciones del metro londinense.


 Finalmente, las fabricas inglesas lograron superar la producción de cazas perdidos contra la Lufftware y esto se reflejo en la perdida de alrededor de 1,500 aviones alemanes. Hitler, cansado, decidió suspender el preludio de la Operación León Marino y se enfoco ahora en raids nocturnos contra las ciudades inglesas, una forma de "aceptar" la derrota que había sufrido a manos de la RAF.

 La operación León Marino se siguió cociendo en el Estado Mayor unos meses más, pero luego fue cancelada cuando Hitler comenzó a hacer los preparativos para la Operación Barbarroja, la invasión a la URSS.

 Pese a que Inglaterra se salvo de una invasión (cosa que no ha conocido desde los tiempos de Guillermo el Conquistador en 1066), tuvo su costo en sangre, al tener al menos 60,000 muertos por los bombardeos alemanes durante este periodo.

 Esta batalla fue motivo de grandes momentos, pero todo se reflejo en una frase que Churchill proclamo luego de la victoria de la RAF: "Nunca tantos debieron tanto a tan pocos"


Saludos mi adorable esposa ^^, así a quienes gustan de la Segunda Guerra Mundial.



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