Hablar de la Caída del Muro de Berlín no solo es mencionar las protestas que hubo en 1989 y de la Perestroika instaurada por Gorbachov y que permitió la caída del Muro de Hierro que había en Europa del Este.
No, es hablar de una cantidad de acontecimientos que se fueron interconectando hasta que sucedió tal evento. Claro, este no es un blog de historia, al contrario, trato de tocar estos temas lo más sencillamente posible y también porque mi flojera es muy grande. No obstante, como aconteció con el tópico de Chernóbil, es necesario dar un cierto contexto para luego comentar el evento en sí.
Los ochentas fueron una década colorida, pero también de cambios y muy profundos. Si mucho del mundo actual esta así, es por lo que sucedió en esta década marco a la generación presente. Seh los famosos noventas, los hipsters de la década pasada o los snobs de la actual. Nah, los ochentas fueron la onda y por muchas cosas, como esta. Entonces el mundo estaba dividido en dos y no tardaría en volver a "unificarse" tal como sucedió en Alemania.
El Muro de Berlín cayó en la noche del jueves, 9 de noviembre de 1989, al viernes, 10 de noviembre de 1989, 28 años después de su construcción. La apertura del muro, conocida en Alemania con el nombre de die Wende (El Cambio), fue consecuencia de las exigencias de libertad de circulación en la ex-RDA y las evasiones constantes hacia las embajadas de capitales de países del Pacto de Praga y Varsovia y por la frontera entre Hungría y Austria, que impuso menos restricciones desde el 23 de agosto. En septiembre, más de 13.000 alemanes orientales emigraron hacia Hungría. Poco después comenzaron manifestaciones masivas en contra del gobierno de la Alemania Oriental. El líder de la RDA, Erich Honecker, renunció el 18 de octubre de 1989, siendo reemplazado por Egon Krenz pocos días más tarde.
Tras el 6 de noviembre se hizo público el proyecto de una nueva legislación para viajar, que recibió duras críticas, y el gobierno checoslovaco protestó por vías diplomáticas por el aumento de la emigración desde la RDA a través de Checoslovaquia. El SED decidió, el 7 de noviembre, regular los viajes al exterior, facilitándolos. El 9 de noviembre se promulgó un plan que permitía obtener pases para viajes de visita. Se elaboró un modelo en el Consejo de Ministros, que se decidió ese mismo día antes de las 18:00 y que debía ser publicado y difundido en forma de circular a las 4:00 siguiente por las agencias de noticias, aunque hubo una objeción al procedimiento por parte del Ministerio de Justicia. Paralelamente, el modelo del Ministerio fue estudiado y aprobado en el Comité Central.
Antes de comentar los hechos de otoño de 1989 vamos a hacer un poco de contexto al respecto.
Como bien saben, Alemania quedo partida en "dos" luego de la Segunda Guerra Mundial. Aunque originalmente el país, como Berlín, estaba repartido entre las 4 Superpotencias vencedoras (Francia, Inglaterra, URSS y EUA), EUA y URSS fueron los últimos en quedarse. La razón es que los soviéticos no querían tener un país de eje capitalista cerca de ellos y que tuviesen una nación de "colchón" que pudiera amortiguar un ataque. Mientras, EUA necesitaba alguien que espiase a los rusos. Al final, Alemania quedo dividida en dos naciones que tendrían dos sistemas distintos (Berlín, pese a estar en el bloque oriental, también tendría esta suerte).
Alemania Occidental tendría una economía de corte capitalista, mientras Alemania Oriental sería netamente comunista. Debido al miedo a una guerra, ambas naciones se vieron favorecidas de una naciente explosión económica, resultado del aumento del arsenal de EUA y la URSS, que las hizo crecer en los años cincuentas y sesentas. Sin embargo, Alemania Oriental tenía un sistema centralizado, con escasa propiedad privada, lo cual provoco una caída en la producción en años cincuentas que conllevo a una huelga de trabajadores que fue sofocada. No obstante las autoridades orientales decidieron aumentar los salarios los cuales a la larga fueron minando el sistema.
Para evitar que los alemanes orientales se contaminasen de la mentalidad occidental, en 1963 se inició la construcción de un Muro que dividiría a las dos naciones, el cual estaría vigilado a piedra y canto. Este sería el mayor símbolo de la Guerra Fría durante muchos años.
Aunque en los años setentas, debido a la crisis del petróleo, las economías orientales (como Polonia, Hungría, Rumania, etc.) se vieron favorecidas, la falta de capital y de un mayor nivel de producción, condujo a una crisis que fue orillando a las manifestaciones procapitalistas que iniciaron mayoritariamente en Polonia, gracias a Lech Walesa y el sindicato "Solidaridad".
Sin embargo, Alemania Oriental seguía siendo fiel a la URSS y para mediados de los ochentas, parecía el país que mejor orbitaria al Oso Rojo, hasta que llego Mijaíl Gorbachov a los mandos del mismo y decidió "aperturar" la URSS en un intento de que el modelo comunista siguiera en pie. Este movimiento se diversificó en dos corrientes: Perestroika y Glasnot. El primero consistía en una reforma económica que permitiese mayor mercado pero aun bajo el control del Estado y la otra, se enfocaba en una transparencia en la política y los asuntos, sin tantos secretismos pues. Esto conllevo a que Gorbachov hiciera caso omiso de las protestas o manifestaciones en contra del comunismo.
Si Polonia había entrado en crisis, le siguieron Hungría, donde la gente pugnaba por una mayor libertad, tanto económica, política, de expresión y religiosa. En la RDA (Alemania Oriental), las cosas comenzaron a tomar el mismo cariz, pero el entonces líder del partido, Erich Honecker trato de reprimir con mano dura tales manifestaciones.
Aunque parezca extraño, Honecker era un buen comunista y creía sinceramente en las bondades del sistema. Por lo tanto, vio con horror como sus imposiciones no hacían sino alentar las manifestaciones en contra. Muchos comunistas creían que el Estado era perfecto y que el adoctrinamiento político e ideológico había sido bien hecho, pero los berlíneses orientales en especial, habían experimentado el lado capitalista de sus vecinos, así el contrabando estaba a la orden del día, gracias a la corrupción de las autoridades orientales.
Las protestas se hicieron pan de todos los días y fueron en aumento, no solo en personas, sino en las ciudades participantes, todo esto ante el beneplácito de la Volkspolizei o el Stasi (la policía alemana oriental y el servicio de seguridad respectivamente). Para colmo de remates, en el seno del mismo partido comunista de Alemania Oriental (PSUA, para los cuates) también comenzó a haber fracturas, donde los miembros de línea más dura se enfrentaban a los más moderados.
Para rematar la situación, un elemento externo fue determinante: la apertura de las fronteras de Hungría con Austria.
En aquel entonces, existía un auténtico "telón" de acero en las fronteras de los países orientales con los occidentales. Nadie podía cruzar al lado occidental, salvo que fuese por una misión extraordinaria o un alto político. Sin embargo, en noviembre de 1988, Miklós Németh, fue elegido "Premiere" o líder de Hungría. Este comenzó a llevar una política reformista, pese a las oposiciones de su partido, al grado que en mayo de 1989, decidió abrir sus fronteras con Austria en varias ocasiones. La más relevante fue en agosto de 1989, cuando fue por 3 horas, que recibió el nombre de "Picnic Paneuropeo".
Tal acción hizo que muchos ciudadados de Alemania Oriental fuesen corriendo a Hungría y aprovechando esos dichosos picnics, salieran disparados hacia Austria. Se supone que el mismo Németh había ordenado a la policia militar disparar contra tales refugiados. Sin embargo, como la Volkspolizei, se hicieron de la vista gorda y una gran cantidad de orientales se piraron.
La situación provoco que muchos ciudadados se pararan frente a los controles de migración, exigiendo también su ticket de viaje hacia Austria o la Alemania Federal. Honecker trato de impedirlo endureciendo las medidas contra los permisos, pero la situación se le fue de las manos.
Ante tal crisis, Honecker fue despedido y su lugar lo tomo el moderado Egon Krenz. Ya para entonces, las manifestaciones alcanzaban entre el cuarto y el medio millón de personas, y siendo en ciudades importantes como Leipzig y Dresde.
Krenz prometió libertad, pero la gente no le creía ni jota. Para colmo, no logro evitar la migración de muchos alemanes orientales hacia Checoslovaquia, que era el paso natural para ir a Hungría y de allí a la libertad. A la par, ciudadanos checoslovacos también se atiborraron en las embajadas occidentales a pedir permisos como locos.
Para los primeros días de noviembre, la situación estaba fuera de control. Entre las manifestaciones y las migraciones a Checoslovaquia y Hungría, el Comité central del PSUA se reunió y decidió darles algo de "agua" fresca a los ciudadanos alemanes, para aplacar los ánimos y esta consistía en una medida que a primera cuenta parecía extraordinaria: el libre tránsito, bajo pasaporte, de ciudadanos de Alemania Oriental a Alemania Occidental, sin necesidad de hacer un estudio o visado extenuante.
Claro, era a la vez una trampa, porque sabían que muchos alemanes no tenían pasaporte (solo un cuarto cumplía con los requisitos). La política, que se tenía que aplicar paulatinamente, empezaría a funcionar a las 10 horas del día 10 de noviembre. Tal documento fue redactado y pulido, en la ausencia del portavoz del Comité, Günter Schabowski, el cual se encontraba en ruedas de prensa informando a los periodistas de como iban las negociaciones del PSUA.
Krenz, en la tarde del 9 de noviembre, le entrego el documento a Schabowski, pero sin decirle ni cuando ni como debía leer el susodicho. El portavoz volvió a una rueda de prensa a las 6 de la tarde y comenzo a parlotear sobre las medidas. Fue hasta casi una hora después, cuando un periodista pregunto "¿Y los papeles?", léase, lo de la documentación de tránsito. Schabowski desconcertado, leyo el papel donde afirmaba que todo ciudadano oriental podía cruzar con libertad al otro lado. El periodista volvió a preguntar ¿Y para cuando esto?
Schabowski uso la lógica y comento: "Desde ahora, claro está".
La noticia se difundió como reguero de pólvora. En cuestión de horas, los alemanes orientales se habían atiborrado sobre los controles fronterizos. Debido a la corrupción y el desorden, los guardias fronterizos no sabían que hacer, así que sellaron el pasaporte de muchos alemanes de RDA de tal forma que perdieron su ciudadanía y generaron un lío diplomático posterior.
Harald Jáger, jefe de pasaportes y de migración, estaba vuelto loco. Aunque el Stasi había dado su beneplácito, también obedecía al gobierno, el cual se había desquiciado y no sabía que hacer. Para colmo, una pareja que venía desde Alemania Federal y era de la RDA, quería volver a esta última, por sus hijos. Los gritos en la RDA eran "queremos salir", mientras en la RFA era "Vengan, vengan".
Jáger no sabía que hacer. Si alejar a los manifestantes a base de balazos o permitir la salida, pero también implicaba valorar el regreso a la RDA, lo cual significaría la caída del Muro, de manera nominal. Finalmente, el Teniente Coronel acepto y en cuestión de minutos, la gente abrió los pasos fronterizos y comenzaron a pasar, entre gritos de alegría y llanto. Se dice que familias enteras se volvieron a reencontrar, mientras estudiantes y jóvenes de ambos lados, sacaban martillos y herramientas para romper las paredes del dichoso Muro.
En Brandeburgo, la cosa estaba aun peor. Los guardias fronterizos formaron filas con armas en alto tratando de alejar a los manifestantes de los puestos. Sin embargo, la gente comenzo a escalar las paredes del Muro y algunos quisieron cruzar, siendo recibidos a chorros de agua. Finalmente, un ciudadano alemán, pese al agua, logro saltar y al instante, centenares de personas más le siguieron, llegando a lo alto. Los chorros de agua dejaron de salir, aceptando lo irremediable. Para entonces, ya era la medianoche de entre el 9 y 10 de noviembre. El Muro, había caído.
Aunque la migración más importante se dio el 10 de noviembre de 1989, el día anterior es señalado como el inicio de todo. Las anécdotas fueron muchas, los reencuentros aun más y lo que sucedió después fue aun más apasionante: o se convertía a la RDA en un país capitalista o se unificaría a la RFA. Pero como diría la tía Chona, "Eso, es otra historia".
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Saludos a mi mujer ^^ por este día, así a quienes más gustan de este tipo de historias.
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