martes, 28 de junio de 2016

Doctor Who: Midnight.

Hace unos días estaba platicando con mi comadre y mi esposa sobre películas de terror. Como Sam es bastante habitual a este género, no tardo en desgranarnos la historia de los dos filmes que ahora son la comidilla de todos: El Conjuro 2 y The Witch. Sinceramente, no tengo el ánimo y tampoco el temple para aguantar gritos, espantos y menos aun, el miedo psicológico que te mete la última película, así que me contento conque me la cuenten (lo cual es suficiente para erizarme los pelos del cogote). A lo máximo que he podido soportar es ver Actividad Paranormal haciendo sufrir a mi esposa con mis chillerías de niño pequeño. 

Por ello, tampoco es que me animaba a ver Doctor Who, ya que muchos episodios geniales del mismo tienen una dosis de terror bastante fuerte. Sin embargo, el carisma de este personaje y con una hechura de guiones digna de un Oscar, me los he ido viendo con sus más altas que bajas durante ya más de un año y medio con bastante gusto. Falta recordar los sustos que me pegó "Blink" en su momento y otros tantos capítulos más. 

Sin embargo, hay uno que realmente me dejó temblando y hasta exhausto emocionalmente. Sí, hablo de uno de los mejores capítulos que he podido disfrutar del Décimo Doctor, interpretado por David Tennant. Ni siquiera fue por su actuación, sino por ese pedazo de historia que se aventaron para crearlo. Es más, ni siquiera requirió dosis de efectos especiales grandes, solo un ambiente claustrofóbico casi al estilo de Alien, pero con algo mucho más sofisticado: la mente humana. Sí, hablo de "Midnight", que hasta el momento consideraría como dentro de mi "top" de episodios de la serie y por mucho. Por ello, la siguiente entrada va dedicada al 100% a ese gran capítulo.


Datos técnicos: "Midnight" (Medianoche) fue el octavo episodio de la cuarta temporada de Doctor Who. Emitido el 8 de junio del 2008, se caracterizo por ser filmado al mismo tiempo que "Turn to the Left", con la característica de que el Doctor fue el único protagonista de este episodio, mientras su "companion" de turno, Donna, fue la protagonista del otro mencionado. Como actor invitado especial estuvo David Troughton (Dr. Hobbes) que es hijo de Patrick Troughton, el segundo Doctor Who. 

El guión estuvo a cargo del gran Russell T Davies que lo escribió basado en un emblemático episodio de la serie de Stark Trek the Next Generation, "Darmak" (el cual consistía en que la tripulación del Enterprise comandada por Picard, se quedaba atorada en un planeta lleno de alienígenas peligrosos y con un idioma que no podía ser traducido por ningún aparato de la Federación). El episodio tuvo una recepción bastante buena por los fans y críticos, llegando a tener una calificación entre 8 a 8.5. 


Argumento: El Doctor y Donna se encuentran de vacaciones en un planeta turístico llamado Midnight, el cual órbita una estrella de alta radiación, por lo cual los viajes y estadías se hacen bajo domos y escudos protectores. Mientras Donna es apapachada en uno de los múltiples hoteles del lugar, el Doctor decide tomar un tour en tren al centro de dicho planeta. Sin embargo, durante la travesía, el vehículo sufre una descompostura, lo cual provoca pánico entre los pasajeros, más cuando alguien cree ver a una figura fuera del tren. El Doctor (David Tennant) alarmado, trata de averiguar la identidad del bichajarro cuando son atacados y de repente se encuentra con una criatura primitiva pero bastante inteligente que va poniendo a todos en contra a base de querer interpretar el lenguaje humano.


Comentario personal: Este episodio formó parte de una tanda de al menos 10 capítulos que me descargue de la serie en su momento para tenerlos allí como reserva e irlos viendo poco a poco. Curiosamente, el que menos me impresionaba de todos, tanto por sus comentarios como reseñas era "Midnight". Sí, hablaban que era una maravilla, pero todo el material era muy escueto al respecto, incluyendo las imágenes. Así que un día que volvía del trabajo, mientras estaba comiendo, decidí chutarme este capítulo y debo decir que me agarró de bajada en todos niveles.

Muchos alaban la claustrofobia del episodio, pero lo que yo más recalcaría sería la nulificación de una de las más grandes esperanzas de la serie: el protagonista. Sí, es cierto que hay episodios dramáticos, sea de acción o de suspenso, donde las cosas se ponen al límite. Sin embargo, también es sabido que el Doctor siempre logra salir airoso de dichos eventos de manera importante, no solo por una buena dosis de suerte, sino también del prodigioso uso de su inteligencia. Por ello, pese a agarrarme del asiento en cada capítulo de la serie, siempre tengo la luz de la esperanza de que todo saldrá bien gracias al protagonista que tenemos. 

Sin embargo, este episodio se saltó literalmente esa norma de manera espectacular y es que el carisma como el intelecto del Doctor se ven pronto dominados por la paranoia, el miedo y la suspicacia de la tripulación, que viéndose acechados por una fuerza extraña y singular, pronto van sacando sus debilidades. La historia se encarga de desnudar a todos y muestra un lado muy común entre la raza humana, que es el de sospechar del más mínimo detalle y más cuando la vida propia está en peligro. El Doctor, como un Señor del Tiempo, trata de imponer su intelecto y razón para primero encontrar a la criatura que acecha al tren (y luego se encarga de poseer a uno de los pasajeros). No obstante, los eventos le van superando y pronto sus mejores armas se van volviendo en su contra, cuando los pasajeros contradicen sus excentricidades como sus razonamientos, lo cual provoca que el mismo Doctor vaya dudando de sí mismo y no sepa como manejar al ente, provocando el mayor error: tratar de calmar a la tripulación arriesgando su propia vida y su mente.

Esto hace que la criatura, la cual muestra una voracidad e instinto de supervivencia voraces, pronto aprenda del Doctor y pase de imitar a los demás, a crear un lenguaje propio que ayuda a manipular a los tripulantes. El Doctor se queda en un bucle que no puede salir y debido a las intrigas inspiradas por la criatura, es el siguiente en ser mandado fuera del tren, donde moriría por la enorme radiación. Solo la intervención de la azafata, que se lleva a la criatura por delante en un autosacrificio, provoca que el Doctor salga de ese trance y así todos recuperen la cordura. 

Para cuando termine el episodio, estaba literalmente agarrado del asiento. No falta decir que me lo chute de manera total, sin hacer cortos ni nada. Y es que la diferencia entre Davies con Moffat es que sus episodios suelen tener un tono mucho más constante, lo cual facilita su vistazo. Aparte de que la misma historia era atrapante. Sin embargo, también estaba tan fastidiado por las sandeces de los tripulantes que varias veces trate de hacerlo, pero a la vez quería ver si el Doctor podía hacerlos razonar, lo cual fue imposible y el final me tenía literalmente histérico, hasta la intervención de la azafata. Lo describiría como un terror psicológico del más puro y duro, sin necesidad de ver sangre, vísceras o sobresaltos. Simplemente la historia te va guiando a un terreno que te va exprimiendo más y más, hasta llegar a un clímax, que pese a muchos críticos han hablado de que es medio aguado, a mi me pareció soberbio. 

Y es que repito, la nulificación de las habilidades del Doctor, en especial de este, debía verse en su máximo. Hubiese sido un chasco que el protagonista hubiese encontrado una manera ingeniosa de salir. Aquí sencillamente estaba atrapado, donde su mejor arma (la mente) no podía utilizarse de ningún modo. Eso representó casi la muerte de la esperanza que tanto esta presente en cada episodio de la serie. No importa el problema, el Doctor siempre podrá resolverlo de una manera u otra. Aquí tuvo que ser por la ayuda de alguien más para salir avante. Aunque hemos visto que las companions llegan a tener dicha función, siempre había sido como un recurso más, no como la única alternativa. 

No solo el guión brilla por sí mismo, sino también las actuaciones que estuvieron soberbias, en especial la de los pasajeros, que supieron verse como auténticos paranoicos, que buscaban la supervivencia sin importar la ética o la moral. El episodio es muy crítico y directo con eso, llegando a resaltar que tal vez el miedo sea la única emoción que quedaría luego de un hecho donde todos estuviesen puestos a prueba. Y aquí, T. Davies lo mostró de manera estupenda, cruel, pero estupenda.


En conclusión, "Midnight" es un capítulo ultra-recomendado del Doctor Who. Simplemente es fantástico y pese a su naturaleza entre deprimente y claustrofóbica, sigue siendo de mis favoritos y por mucho. Como ya he comentado hasta el hartazgo, estaba clavado en el asiento y no podía dejar de verlo, pese a la sensación de malestar y tristeza que me llegó a causar por momentos. Una auténtica joya y que todo mundo que le guste el terror de este tipo debe ver sí o sí. 

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Saludos a mi companion :3, así a quienes gustan de Doctor Who. 

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