lunes, 7 de marzo de 2016

The Big Short: crudo pero excelente relato del crack del 2008

Cuando en la pasada entrega de los Óscares hablaron de Adam McKay y como gano un premio por mejor guión adaptado, me sorprendí por dicho galardón, ya que no figuraba entre mis favoritos. Lo cual es harto curioso, ya que "La Gran Apuesta" (The Big Short) solo tuvo tal estatuilla, pese a estar nominado en otros rubros. Por supuesto, también tengo pendiente de ver la película de "En primera plana", pero por azares del destino (léase, había que limpiar la casa y no tenía nada remotamente bien doblado para escucharlo sin estar viendo a cada rato a pantalla), me termine topando con la primera. Debo decir que me lleve una sorpresa y un gusto tremendos, al grado que a la media hora de estar viéndola, deje de lado todo para ir a la PC y buscar la versión electrónica del libro en que esta inspirado.

La crisis económica del 2008 es un evento del cual todavía no se recupera el mundo. Los precios del petróleo son bajos, la intervención del estado ha sido grande al grado que muchos contribuyentes siguen pagando la estúpida deuda que dejaron bancos e inversores, así como que el desempleo apenas, pero apenas, esta comenzando a disminuir en Estados Unidos. Lamentablemente, el resto de los países creo una situación social que estamos sufriendo, en especial México. Pero, tal como aparece en el final de "The Big Short", el ser humano es un animal que se tropieza no solo una, sino quinientas veces con la misma piedra. Y vamos a ver a continuación porque.


Argumento: Basado en la novela de Michael Lewis, el filme se enfoca en los hechos que ocurrieron entre el año 2005 y el 2010, en especial en varios personajes bastante variopintos que lograron detectar una falla garrafal en lo que había sido el empuje del capitalismo en los últimos 20 años, el OCD y su emparejamiento con los pagos de hipoteca. Siendo una idea novedosa en los ochentas, permitió a la economía, no solo de los EUA y de muchos países desarrollados, crecer a ritmo exponencial, sino también ofrecer casas baratas a los consumidores. Lamentablemente, teniendo una base tan endeble pero aparentemente segura, provoco una caída del mercado brutal y como no solo esas personas que vieron el problema, se vieron entre la decisión de hacerse ricos o escapar del problema.


Comentario personal: Uno de los primeros temas que investigué en la internet hace varios años, fue el motivo por el cual se había iniciado el famoso Crack de 1929, cuando la Bolsa de Valores de Nueva York se fue a pique y con él, casi todo mundo. La recesión que se vivió en los años treinta fue tan potente, que solo el inició de la Segunda Guerra Mundial vino a arreglar dicho cuento. Aunque varios analistas de corte capitalista se quisieron sacar cosas de la manga, al final el propio vicio del capitalismo fue que provocó eso. Habiendo una sobreproducción en los años veinte, secundario a la Primera Guerra Mundial, mucha gente comenzó a comprar cosas en base a créditos. Esto con la finalidad de pagarlo después y tenerlo antes (algo que se ha vuelto un vicio común y que perdura hasta hoy en día). Lamentablemente, como esto no era cierto, la gente no tenía conque pagar y los productos se terminaron amontonando y eso provoco la debacle total en aquellos años.

Aquí tenemos que ser claros. El capitalismo juega con dinero que no existe. Todo se basa en la oferta y demanda, así como cada producto tiene un valor, no solo físico, sino extra. Sí yo invierto dinero en la bolsa a favor de una empresa, ganare dinero ficticio, pero que la vez es real, esto resulto del propio valor que tiene la empresa (lo cual puede garantizarle patrocinadores no solo ahora, sino en un futuro). Esto se conoce como especulación. Claro, aunque es dinero imaginario, el tener una valoración o tener un valor "especulativo" te hace poder pedir prestamos o gastar dinero que aparentemente no tienes.

Sin embargo, las deudas siempre se pagan y se hace con dinero real. Aquí viene el problema cuando solo juegas con algo ficticio y no tienes billete para pagar al final. Es como ir al cine esperando que siempre vaya un cuate que te pague las entradas, las palomitas y otras cosas. El cine, por ser amigo de esa persona, te deja entrar. Pero si el amigo no "viene" porque te peleaste con él, lógico, te va a pedir que tú pagues. Pero sí no tienes lana, pos te echan o directo al bote.


Con esta claridad y ejemplos, es como empieza, se desarrolla y termina esta película. The Big Short hace un relato bastante claro de como la economía mundial se iba a ir a pique, pero con algo peor: como mucha gente se dió cuenta de eso y que a la vez, no solo no pudo hacer nada, sino que no fueron escuchados en su momento.

Por lo tanto, en este punto me siento obligado a explicar que paso durante aquella crisis.

Las OCD se habían vuelto la punta de lanza de la economía, no solo bancaria, sino mundial en aquellos tiempos. ¿Qué son estas cosas? Son una suerte de agregado que hicieron inversores y la banca en los ochentas, tal como se comentó. Esto le da un valor "activo" a una inversión, es decir, sacar dinero, no solo para el que aporta su lana, sino para quien hace esas dichas OCD. Aquí tenemos una de las más grandes y asquerosas cosas del capitalismo: siempre habrá alguien que gane dinero, por hacer poco o absolutamente nada (algo con lo cual estoy de acuerdo con Carlitos Marx). Justamente, los bancos, inversores y firmas crediticias son así. Por el hecho de dar un OCD hipotecario, sacaban lana.

La razón de que un OCD era conveniente para los clientes (los que querían una casas), es que las ofertas de estos eran sumamente atractivas: pocas tasas de interés, estabilidad en los pagos y tenías tu casa de inmediato. Es decir, ganaba el comprador de la casa, el inversor, el banco y los metiches. Claro, para que pase esto, alguien tiene que pagar y ese era el comprador de la casa. Pero es lógico que siempre halla morosos y en este caso no fue la excepción. El problema, como se plantea al inicio de la película, todo mundo daba por sentado que el pago de hipoteca era algo seguro y real.

Sin embargo, para el 2005, el "protagonista", interpretado por Christian Bale, Michael Burry (un doctor en economía, pero con un ojo de vidrio y trastorno de Asperger), se da cuenta de anormalidades en el pago de las hipotecas, léase, que la gente no ha pagado como antes y que sí esto se va agudizando, llevará a la ruina a muchos que dependen de las OCD y su valor especulativo.

Como es lógico, nadie le cree y esto provoca encontronazos con sus jefes, al grado de casi perder su trabajo. No obstante, Burry se mantiene en pie y su ejemplo, provoca que varios alrededor también se comiencen a dar cuenta. Desde Mark Baum, un economista bancario hasta Jared Vennet, un banquero que comienza una mini-cruzada para convencer a Baum de que compre todas las OCD posible, para poder venderlas cuando se desate la crisis.

Aquí la película juega un drama brutal, ya que lo vemos desde una visión de retrospectiva y sabes que los protagonistas sufren por mantener su posición, mientras el resto se ríe de sus supuestas tonterías. Sin embargo, en lugar de terminar en algo más "predecible", la cosa se pone aun mejor cuando vemos como inclusive las calificadoras oficiales están metidos hasta el cogote en mantener los estandares, ya que los bancos y empresas que usan OCD, los presionan para darles dicha calificación y así ellos también salen ganando.

Esto conlleva a una parte que uno hasta se jala los cabellos por ver lo que pasa (aunque uno ya tiene idea de como terminara todo), llegando a un final agridulce, muy fuerte y con un sabor sumamente ácido. Para cuando termine de ver la película, me quede como los dos inversionistas jovenes que son regañados por Ben (interpretado por Brad Pitt) que les dice que se pueden alegrar por ganar dinero y verse más inteligentes que los idiotas que usan las OCD, pero que también su maniobra ha provocado la crisis y que dejará a mucha gente sin empleo.

Aquí, sea o no, el rompimiento de la cuarta pared es formidable. Los personajes hacen sus cosas, pero a la vez se voltean a la cámara y explican con peras y manzanas lo que esta pasando y para donde vamos, con un humor bastante negro. Para rematar, actrices de renombre como Selena Gomez o Margot Robbie, aparecen para darnos una explicación más contundente de lo que está pasando, al grado de explicar bastante bien lo de la OCD al cuadrado. Esta combinación entre humor bizarro, drama y diálogos ingeniosos, hace que la película sea enteramente disfrutable todo el rato. Personalmente, la primera hora me concentré tanto en escuchar lo que pasaba, que no me di cuenta cuando termine de limpiar toda la casa. Si a esto añadimos música incidental que da toques chuscos/dramáticos, como "The Master of Puppeters" de Metallica, no evite soltar una carcajada con lo que sucedía, para luego ponerme casi histérico como el personaje interpretado por Steve Carell.


Las interpretaciones son estupendas y ya veo porque Carell como Bale estuvieron nominados a varios premios y este último, a un premio de la Academia, en especial cuando te crees que es un sujeto con Asperger (no mira a los ojos, sonríe falsamente, nula interacción social, poco empático, obsesionado con ciertos tópicos) y que se mantiene durante toda la película. Claro, por momentos sobreactuado y sobredimensionado, pero a la par no cae en un chiste barato de una persona con Autismo.

Sin embargo, el punto irónico de Ryan Gosling llega a un punto soberbio, al ver como es el mismo diablo y tiene un momento muy emotivo con el personaje de Steve Carell, no directamente, sino hacer una alegoría del trato de personas que quieren justicia, pero escuchan al diablo directamente y no se dan cuenta, que pese a ser muy listas, pueden terminar de maneras muy poco agradable.

Por cierto, el doblaje de esta película estuvo soberbio y sobre todo me gusto la voz de Steve Carell, que pese a no ser la de Mario Castañeda, la de Moisés Palacios le quedo genial. El resto del elenco estuvo soberbio, aunque sí me sacaba de onda que usarán palabrotas, pero eso es más del cliente que del mismo doblaje.

En conclusión, "La Gran Apuesta", es un filme ultra-recomendado. Divertido, sardónico y con un toque de drama que aunque puede ser pesimista, te deja pensando en que tipo de mundo vivimos. Curiosamente, no es nada denso, pese a que los personajes usan términos poco coloquiales y de repente algunos diálogos pueden ser redundantes. No obstante, las explicaciones que se dan en el filme son bastante buenas y con cierto tipo de humor muy cínico, tampoco insultan la inteligencia del espectador. Con razón, Adam McKay y Charles Randolph ganaron el Oscar a Mejor guión adaptado.

Ahora, solo falta ver la novela, la cual ya la tengo allí apartada para leer próximamente. Repito, muy recomendable.

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Saludos a mi esposa :3, así a quienes gustan de este tipo de películas.

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