sábado, 6 de junio de 2015

Memorias de un francotirador en Stalingrado: que buena adquisición

La Segunda Guerra Mundial siempre ha sido un tópico que me ha fascinado desde que era pequeño. Quien sabe porqué o como fue que empezó dicho gusto, pero hasta hoy en día, si hay algún medio que me permita conocer más de este histórico periodo, no dudo en chutarmelo (sea libro, película, artículo, etc. etc.).

Sin embargo, siento que hasta hace unos 10 años, mi conocimiento de la conflagración era bastante parcial, ya que mis lecturas y modos de referencia eran en base a lo escrito por los gringos. Por lo tanto, es lógico que las victorias o campañas que tuvieron estos, saliesen como lo máximo, mientras los demás ejércitos o frentes no importaban. Aquí tuvo que venir mi hermano (¡Gracias Bro!) que echo por tierra esas versiones mal hechas y mostrarme el otro lado de la moneda: el famoso Frente Oriental, el cual consistió en la batalla que entablaron los alemanes contra los soviéticos y que finalizó hasta la fatídica batalla de Berlín.

El Frente Oriental fue, por mucho, el más sangriento, violento y enorme cruce de batallas que hubo durante la Segunda Guerra Mundial. Técnicamente, el famoso Día D, fue apenas una batalla pequeña, comparada a la operación "Bagration", que consistió en la destrucción del grupo de Ejércitos "Centro" alemanes y que involucraron a millones de hombres (en el Día D, apenas se vieron las caras, 250,000 hombres entre ambos bandos).

Por ello, batallas como Kursk, Leningrado o Moscú, han cobrado mucha fama últimamente, en especial la que muchos titulan la conflagración que decidió el futuro de la guerra: Stalingrado. Aquí fue el momento en que el Ejército Rojo dió la vuelta a la tortilla y pudo realizar una operación que no solo significó la salvación de la ciudad de Stalin, sino también la primera que involucro la destrucción de un contingente tan poderoso como era el VI Ejército Alemán.

Y aunque ya tengo un par de libros sobre dicha batalla, donde el libraco de Antony Beevor resulta ser el mejor por mucho, es lógico que no hubiese podido abarcar dicha batalla en todo su esplendor, en especial ciertos rubros, como los enfrentamientos que hubo entre los francotiradores y que en su momento, ayudaron a los rusos a salir adelante, tanto militar como moralmente. Justo el libro que voy a reseñar a continuación, habla de esto de manera brillante.


Nacido en los Urales y habituado a la caza, Vassili Záitsev era un tirador excepcional, como lo demostró en la batalla de Stalingrado, donde, según sus propias palabras, “maté a 242 alemanes, incluyendo más de diez tiradores enemigos”. Este libro es el relato personal de su experiencia en la guerra, sin las manipulaciones con que la falseó el cine en “Enemigo a las puertas”. Lo que da un valor excepcional a este relato es el hecho de que nos ofrece el testimonio de alguien que vivió personalmente el salvajismo de la que ha sido considerada como la batalla más sangrienta de la historia: una “guerra de ratas” entre las ruinas, donde la esperanza de vida de un nuevo combatiente no pasaba de las 24 horas, y que acabó cobrándose de tres a cuatro millones de bajas. Las Notas de un francotirador de Záitsev, un libro que consigue transmitirnos la experiencia del combate tal como la vive un soldado, es un auténtico clásico de la literatura de guerra.


"Enemy at the Gates" (Enemigo al Acecho), fue una película gringo-europea que en el momento de su estreno, se salió de toda proporción, ya que buscaba narrar otro evento de la Segunda Guerra Mundial, pero esta vez en el Frente Oriental, justo en Stalingrado. Narraba la trayectoria de un famoso francotirador Vassili Zaitzek, desde su estancia en la tropa hasta su ascenso como un Héroe de la Unión Soviética. Por supuesto, el filme tiene muchas características gringas: un protagonista que va madurando, la chica que le ama, su rival de amores y el enemigo final que casi resulta imbatible.

La película gustó a un sector lego de la afición (como un servidor), pero para los historiadores serios, les resulto una falacia, transgiversando la verdadera historia de Zaitzek. Por supuesto, la película ha pasado a formar parte del inconsciente colectivo de la mayoría y cuando se habla de Stalingrado o de Zaitzek, es innegable que muchas escenas caigan a nuestra memoria.

Sin embargo, como comenté previamente, en los últimos años se han comenzado a publicar libros que rompan los paradigmas establecidos desde hace tiempo y podemos leer verdades, crudas y feas, pero que sirven para dimensionar de otra forma las cosas. Fue por feliz coincidencia que al estar revisando ese catálogo, editorial Crítica se animo a publicar en español (y traerlo acá en México), el libro que Zaitzek escribió al finalizar la Segunda Guerra Mundial y que luego amplió casi a manera de novela unos años después. Y debo decir, que el susodicho es bastante bueno.

El libro comienza con un prólogo de los autores de la edición, que critican de manera feroz la versión filmica y que lógico, las cosas no pasaron de tal modo, inclusive tachandola de ser un producto capitalista y superficial. Pensé que estarían exagerando un poco, pero vaya sorpresa que me lleve.

Los inicios de Zaitzek son iguales a los de la película: el chico fue un pastor en los Montes Urales, donde vivía con su familia, siendo entrenado por su abuelo en la caza. Sin embargo, mientras en el filme es medio torpe e inseguro, aparte de analfabeta, acá la cosa es al revés: Zaitzek era duro de pelar y disfrutaba de la caza como pocos. Aparte, por su necesidad de ser mejor, no tardó en inscribirse en la escuela e inclusive llego a convertirse en contador público, gracias a una escuela técnica que había en los alrededores.

Si estas diferencias eran pocas, el libro sigue marcando aun más: Zaitzek se ofreció de voluntario y con mucho orgullo para ingresar al Ejército Rojo. Sin embargo, debido a su baja estatura, solo pudo ser admitido en la Armada y estuvo un tiempo en Vladivostok, donde fue marinero e inclusive llevando la famosa Telnyashka, que es una camiseta marinera con franjas horizontales, tan popular entre la marinería rusa. Debido a la falta de hombres, varios oficiales del Ejército Rojo ofrecían a marineros y aviadores combatir a pie, como fusileros, a lo cual Zaitzek no dudo en aceptar. Claro, también dismitifica otro rubro donde decían que los rusos agarraban a cualquiera para combatir. No, el autor recalca que aunque uno se ofreciese voluntario, tenía que superar pruebas, ya que era importante que el mejor hombre estuviese en el frente.

Curiosamente, la mítica escena de la película donde los soldados son llevados en transportadores de una ribera del río Volga a la ciudad si tiene el mismo rigor que el libro, donde el pobre Zaitzek estuvo a punto de morir por el ataque de la artillería alemana o de los Stukas. Sin embargo, es aquí donde el libro se despega totalmente del filme y nos narra las aventuras de Zaitzek, apareciendo primero como un simple fusilero, pero luego de matar a varios alemanes a gran distancia, un comisario político lo recomienda para la sección de francotiradores. Cometiendo errores al principio, Zaitzek se va granjeando fama, al grado que los oficiales al mando le mandan formar una escuela de la especialidad, donde él sería el maestro.

Debo decir que antes de esto, el libro si resulta un poco tedioson y aburrido al principio, ya que el autor se enfrasca en enaltercer las maravillas de la Unión Soviética, pero llegando a ser un poco pesado. No sabemos que tanto Zaitzek era un patriota auténtico, pero que ignoraba o no quería ver los horrores y errores del régimen estalinista, amén de tomarse licencias dramáticas bastante vergonzosas. Sin embargo, a raíz del desembarco en Stalingrado, la cosa cambia y el libro se vuelve no solo fácil de leer, sino divertido y muy ameno. Zaitzek describe no solo con precisión, sino con verdadera pasión su caminar entre las ruinas de Stalingrado. Aquí no se corta demasiado para retratar muertes o las singularidades de los soldados que combaten a su lado. Por suerte, el tono "patriotero" disminuye de manera importante y el relato es simplemente eso, sin necesidad de recalcar las bondades del sistema o del país que defiende el protagonista.


Lamentablemente, el libro resulta corto y no tanto porque el autor no haya querido agregar más cosas, sino porque Zaitzek no alcanzó a terminar la batalla de Stalingrado, cuando un mortero lo dejo malherido y tuvo que ser trasladado. De aquí el relato pierde cierta potencia y solo vemos como es premiado como Héroe de la Unión Soviética (con justo merecimiento).

En conclusión, "Memorias de un Francotirador en Stalingrado" es un libro ameno, que es una suerte de autobiografía, pero bastante concisa y fácil de leer. Ignorando los momentos "rojos" que tiene (propaganda política o social), en realidad es un relato bastante interesante y nos cuenta como los soldados soviéticos vivieron dicha batalla, lejos de los prejuicios que se tienen en occidente.

Como comenté previamente, en México se puede conseguir por Editorial Crítica y aparte tiene la novedad de agregar el relato original del protagonista (el que apareció a finales de 1943 para ser distribuido entre las tropas)y en el cual se baso este libro.

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Saludos a la dueña de mis mensualidades :3, así a quienes gustan de la Segunda Guerra Mundial.

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