martes, 26 de julio de 2016

La segunda batalla de El Alamein: la genialidad de Rommel y la dureza de Montgomery

El teatro de operaciones de Africa Norte siempre ha sido cuestionado por los bandos que lucharon en el mismo. Léase, el Afrika Korps de Rommel y el VIII Ejército, primero de Auchinleck y luego de Montgomery. La razón es que sí Rommel hubiese tenido una buena cantidad de pertrechos, hombres y víveres, hubiese podido conquistar Egipto y con ello, las operaciones Aliadas posteriores hubiesen tenido que ser reconducidas por otro sector o nunca se hubiesen hecho efectivas. Aunque muchos critican la actitud y el mando de Montgomery en dicha operación y las anteriores, en una mezcla de suerte y circunstancia, sus acciones abrieron la puerta a otras más grandes y contundentes.

Por ello, hablar de la Segunda Batalla del El Alamein se me dificultaba un tanto. Rommel es una figura que he llegado a estimar por sus actuaciones, pero generales como Montgomery siempre me han caído en la punta del hígado por su actitud fantoche. Por supuesto, tengo la retrospectiva de mi lado y por sus acciones militares no puedo criticarlo, pero aun así, me cuesta trabajo hablar del mismo. Así que perdonen de antemano sí la entrada no sale tanto como quisiera ni con la contundencia o gusto que hago algunas otras sobre la Segunda Guerra Mundial.

Así que sin más dilaciones, vamos a hablar sobre la Segunda Batalla de El Alamein.


Antecedentes: Aunque Auchinleck había perdido "entre comillas" la primera batalla de El Alamein, había logrado el objetivo de frenar a Erwin Rommel. El general alemán, llamado el Zorro del Desierto, ya que con pocos recursos había logrado conquistar amplias zonas de terreno y ahora amenazaba a Egipto, protectorado británico, ahora buscaba el golpe final. Sin embargo, los recursos del Tercer Reich estaban enfocados en la invasión a Rusia y pese a ser uno de los favoritos de Hitler, este soltaba pocas municiones, hombres y combustible, menospreciando un tanto el frente africano.

En el lado británico, las cosas no iban mejor. Auchinleck había logrado frenar a Rommel, costando le tanques y hombres así combustible, pero sus pobres resultados al fin al cabo, le orillaron a ser sustituido por Bernard Law Montgomery, un general poco grato para Churchill, que no obstante tenía el apoyo de la gente y la soldadesca. Pese a ser criticado por sus modales y arrogancia, sí algo tenía a su favor era una capacidad de organización magistral y un conocimiento del campo del cual carecía su antecesor.

Montgomery aprovecho el descanso entre el Afrika Korps y el VIII Ejército para reorganizar sus planes. Pensaba que era tiempo de pasar a la ofensiva, aunque esta fuese limitada, algo que fue criticado en su momento por contemporáneos y posteriores. Aunque al principio el Korps tenía más hombres y material, para el otoño de 1942, el VIII Ejército había engrosado sus filas con tropas australianas e indias, llegando a superar por un tanto en efectivos a los hombres de Rommel mientras sus dotaciones de tanques y artillería eran 2 a 1. Montgomery sabía de las cualidades de su rival y en lugar de buscar un enfrentamiento de tanques e infantería, busco dar mazazos contundentes, sabiendo que un desgaste sería más efectivo a la larga.

Lo primero que hizo fue crear ciertos artilugios para decantar la batalla a su favor. Debido a las características naturales del terreno (entre ellos una depresión que dificultaba el paso de hombres y tanques) cercano al poblado de El Alamein, decidió posicionar a sus tropas a través de dos líneas de combates. Rommel previamente, había colocado un cinturón en forma de herradura entre sus tropas y las británicas, formadas por una cantidad inusual de minas antitanque (Los llamados, Jardines del Diablo), donde el trayecto sur había sido menos minado que el del norte, con la intención de atraer a Montgomery en esa zona, donde aparte había colocado sus mejores tropas (dos divisiones de paracaidistas, la brigada Ramcke y la famosa Folgore, que aunque italiana, era una unidad de élite y equiparable a cualquiera de sus aliados).

Montgomery sabía de esto y por ello dispuso que el ataque principal fuese por el paso del norte, teniendo a la costa a su lado derecho y la depresión de su lado izquierdo. Era un cuello de botella y sabía que si atacaba una zona altamente minada, sus tanques podrían ser triturados. Por lo tanto, creó maniobras de distracción (incluyendo la operación Bertram, la cual concentraba ataques en el sur tratando de sondear las defensas alemanas, pero creando una falsa expectativa), haciendo ver que el ataque iría por el sur en todo momento (al grado de construir tuberías y tanques falsos, armados sobre jeeps de fabricación norteamericana). Inclusive, destino a la VII Acorazada, considerada la mejor unidad del VIII Ejército. Aparte, mediante espías, hizo ver que el ataque no se realizaría hasta noviembre o inclusive diciembre de dicho año. Este hecho fue aprovechado por Rommel para ir a Alemania a informar de sus avances y visitar a su familia. Georg Stumme se quedo a cargo del Afrika Korps entre tanto.



Batalla: la noche del 23 de octubre, las tropas británicas se lanzaron en dos frentes simultáneos, aunque el que tenía preponderancia era del norte. La infantería fue la primera en avanzar (la famosa 51th. División Highlander) y que se encargaría de barrer las minas para dar paso a los tanques de la Primera y Décima División Blindada. Lamentablemente, las cosas no empezaron bien y la cantidad de minas como de terreno superaron los planes, lo cual hizo que los tanques avanzasen de manera lenta mientras la RAF los protegía de la Luftwaffe.

En el sur, las cosas funcionaban mejor. La 44th. división abrió paso a la Séptima Acorazada que en cuestión de 24 horas, pudo poner a la artillería a atacar el cuartel general alemán mientras los alemanes reorganizaban sus tropas en compañía de los alemanes y de la famosa división Ariete que logró contener de manera heroica a los británicos, pese a contar con cierto tipo de tanques que en apariencia eran inferiores a los británicos. Sin embargo, la velocidad de estos conjuntado con el movimiento de infantería, voló tanques británicos por puñados.
En el fragor, el general Stumme sufrió un ataque cardíaco y falleció, por lo cual su subordinado, von Thoma, tomó el mando del golpeado Afrika Korps.

No obstante, Montgomery también las estaba viendo duras. Los panzers alemanes llegaron a contraatacar en el día 25 y los hicieron retroceder, aunque no demasiado, lo cual ocasiono que se estableciese una dura carnicería entre ambos bandos, donde ambos se lanzaban ataques y contragolpes demoledores. En un instante, se llegaron a perder hasta 5,000 británicos en una refriega, mientras la pérdida de tanques tanto alemanes como italianos llegó a niveles críticos. Montgomery estaba preocupado, pero entonces la 9th. División Australiana hizo de las suyas y logró romper el frente en el punto más al norte. El general británico no espero y decidió mover a sus divisiones acorazadas hacia ese punto.

Al tiempo, Rommel al fin había llegado al campo de batalla y comenzó a mover los engranes. Primero, estabilizo el frente "norte" y a base de hábiles movimientos de tanques, logro hacer retroceder a la división neozelandesa que apoyaba el ataque. Esto le dio oportunidad de mover sus tropas en otras direcciones. Luego, decidió sacar a sus reservas y utilizó a la 21th. División Panzer y a la 101th. División Italiana, la Trieste, para tomar el promontorio que tenía la división australiana. Sin embargo, los embates de ambas divisiones no tuvieron efecto y los australianos así como británicos se agarraron con los dientes a dicha colina. En el sur, Rommel trato de devolver los golpes, pero la infantería británica supo contener los ataques acorazados a base de armas antitanques que lograron inutilizar el contraataque.


Finalmente, Montgomery decidió lanzar con todo sus tanques y en un primer embate, las divisiones italianas que defendían el centro y sur del frente, sufrieron embates terribles que los diezmaron. Sin embargo, la Folgore y la Ariete se ganaron la gloria, cuando en un ataque encarnizado, supieron destruir al menos 70 tanques británicos, haciendo que el avance se parará en seco. Rommel aplaudió el esfuerzo de sus aliados y movió a sus desechas divisiones blindadas para apoyarlos. Montgomery no se dejó y lanzo a sus tanques restantes con el fin de aplastar el frente sur.

Rommel solo tenía 70 tanques, pero aceptó el duelo y entre el 2 y 3 de noviembre, se dio una batalla espectacular de carros, donde el Zorro del Desierto salió avante, llegando a inutilizar el ataque de su rival que le duplicaba en casi 10 veces el número de tanques. Sin embargo, la flexibilidad alemana salió avante ante la rigidez británica, al grado que Rommel se dio el lujo de romper los flancos de su rival y provocando una desbandada en general. Lamentablemente, no pudo lanzar una ofensiva de persecución debido a la falta de combustible, lo cual se agudizo cuando se enteró que un buque-tanque que iba con combustible para ellos, fue hundido por la RAF en Tobruk.

Esto provoco que Rommel pidiese la retirada a Hitler. Obviamente, el Fuhrer se negó en redondo y pidió mantener las posiciones. La masacre sobre la líneas, en especial italianas, fue importante, lo cual hizo que el Zorro del Desierto ignorase a su caudillo y diese media vuelta. Esta retirada fue interpretada por Montgomery como una especie de emboscada, por lo cual dejó ir a Rommel como si nada y con todo su Afrika Korps. Solo unas pocas unidades británicas salieron a corretearlos, pero la escapada de Rommel fue bastante efectiva y lograron pasar desapercibidos. 

Consecuencias: la victoria de El Alamein fue el punto de inflexión en la batalla del Norte de África. Alemania ya no se repuso del golpe y Rommel solo dispensó maniobras defensivas mientras la Kriegmarine evacuaba personal, soldados y equipos desde Túnez. El general alemán perdió casi todos sus carros, al grado que unos días después llegaron toneladas de combustible que tuvieron que ser destruidas para evitar que cayesen en manos aliadas. Sin embargo, la pérdida de efectivos se equiparo a la de Inglaterra, lo cual fue sorprendente pese a la cantidad de medios que disponía. En cambio, Montgomery fue llevado a categoría de "héroe" por la prensa y por haber frenado a los nazis, al grado que poco tiempo después le dispensaron un título nobiliario por la cuestión de El Alamein. 


Sin embargo, por un año más, el Afrika Korps siguió dando dolores de cabeza a sus rivales de manera directa o indirecta. Para empezar, Montgomery fue duramente criticado por haber dejado escapar a su contrincante, el cual pudo evacuar su ejército sin perder casi nada. Peor aun, se esperaba que los norteamericanos, los cuales habían desembarcado un par de semanas después de esta batalla, lograsen encerrar a sus rivales. 

Sin embargo, Rommel logró mostrar su genialidad y en la batalla de Kasserine, con pocos hombres y tanques, le propino una barrida a los norteamericanos. Esto motivaría la llegada posterior de George Patton a la región y que vendría a cambiar la mentalidad de sus hombres y así contraatacar, lo cual le permitió expulsar a los alemanes de manera definitiva del continente africano. No obstante, Rommel quedaría como una leyenda y Montgomery sería objeto de elogios pero también críticas por sus trabajos posteriores. Pero eso, es otra historia...

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Saludos a la dueña de mis quincenas :3, así a quienes gustan de la Segunda Guerra Mundial. 

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