martes, 3 de marzo de 2015

Cartas desde Iwo Jima: cuando Clint Eastwood ruleaba

Hace 8 años la situación personal de un servidor estaba en reconstrucción, en todos los sentidos (tal como ahora, pero la diferencia es que mi adorable esposa me hace compañía). Estaba saliendo de un bache muy profundo y no hallaba el Norte. Por suerte, las cosas se fueron enderezando para finales del 2006 y ya para el 2007 la situación tomo un cauce mucho más agraciado, que culmino con una serie de satisfacciones que continuan a la fecha.

¿Por qué hablar de esto? Bueno, porque una de las actividades que pude hacer de nueva cuenta fue ver películas en el cine. Y uno de los primeros filmes elegidos fue "La Conquista del Honor" de Clint Eastwood. Lamentablemente este no resulto tan bueno como esperaba y me pareció una decepción, más cuando comenzaron a salir las críticas de la otra película que el director hizo casi al paralelo: Cartas de Iwo Jima.

Sin embargo, parece que esta última no pareció interesarle a los distribuidores en México, porque solo la vi anunciada en la capital y por aquellos años me la pasaba deambulando por la linda provincia. Finalmente, tuve que posponer un buen tiempo en verla, hasta que hace un mes, en un arranque de estar descargando películas bélicas, me tope con esta y debo decir que me pareció un peliculón de Eastwood. Pero vamos a ver porque.


Antecedentes: Clint Eastwood filmo en el año del 2006 tanto "La Conquista del Honor" (en un record de 90 días) y "Cartas de Iwo Jima", teniendo su fotografía principal en California, mientras se realizaron algunas tomas extras de gran importancia (como el desembarco de los Marines) en la original Iwo Jima. También supuso un tiempo record en la filmación, ya que esta acabo en noviembre del mismo año y las dos cintas se estrenaron en diciembre del 2006. Aunque La bandera de Nuestros Padres tuvo un gran recibimiento, fue Cartas de Iwo Jima que mereció todos los honores, al grado que estuvo nominada a los Oscars en Mejor película, Mejor director y Mejor guión original (este a cargo de Iris Yamashita, americana de nacimiento, pero de padres nipones). Como dato curioso, la película esta hablada casi en su totalidad, en japonés.
Argumento: Verano de 1944. Japón ha sufrido una catástrofica derrota en una gran batalla aeronaval y que lo ha puesto de rodillas ante los EUA. Sin embargo, el Alto Mando Nipon no considera la derrota y ha comenzado a llenar de hombres y pertrechos las islas aledañas al archipielago japones, en especial Iwo Jima, que se considera un enclave de importancia. El comandante que ha sido destacado recientemente, el general Kuribayashi, trata de convencer a sus hombres de resistir y pelear de manera ordenada. Sin embargo, la mentalidad japonesa de la mayoría de los oficiales choca con los planes de Kuribayashi, lo cual conlleva a la larga a una derrota dolorosa y sangrienta. A la par, el soldado de primera Saigo, que ha terminado en la isla en contra de su voluntad, constantemente escribe y manda cartas a su esposa contandole lo más posible sobre la situación en la isla, así del desembarco que en un mes, ocasionará la muerte de casi los 20,000 defensores nipones y de 8,000 soldados americanos.
Historia: Si ya me había tocado con tramas un tanto trilladas o muy superfluas, ver esta película me supuso una bocanada de aire fresco. Lejos de un relato fiel a lo sucedido en la batalla de Iwo Jima, también se convierte en una especie de biopic y a la vez un filme de drama. Léase, lo tiene todo. La película inicia un tanto tradicional, con la presencia de Kuribayashi, encarnado por un genial Ken Watanabe y como va tratando de ganarse la confianza de sus hombres. Sin embargo, sus ideales y su educación, pro-americana, rapidamente choca con la tozuda mentalidad japonesa del sacrificio y el honor. Eastwood hace un retrato vívido de estas diferencias y lo hace de tal manera que no sabes a que lado inclinarte. Claro, uno podrá entender que la forma de ser de Kuribayashi puede ser la correcta, pero poniéndose en el lado japones, no puedes tampoco dejar de entenderlos. Fuera de las escenas bélicas, del ritmo, del carisma de los personajes, el director hace maravillas para mostrarnos las diferentes posiciones que se tenía en la guerra, sin caer en cliches ni tramas absurdas. No entiendo como a la fecha, el buen Eastwood se ha ido apagando y yendose a tramas más convencionales y clichés, cuando al verlo aquí, esta fabuloso. No solo por la historia de Iris Yamashita, que me parece genial (los dialogos, las situaciones, los pensamientos de los propios personajes), si no la forma en que los actores sacan puntadas y comentarios que los llenan de color. Aparte, las subtramas estan tan bien hechas y terminadas, que realmente llegue a sentir empatía por los defensores nipones. Curiosamente, Saigo se hace insoportable, pero a la vez lo llegas a comprender. Si una historia te llega a despertar tales ambivalencias, solo puedo decir que es una genialidad.
Personajes: Aquí tenemos dos espectros. Por un lado vemos a los protagonistas, como Kuribayashi, Saito o el Barón, que tienen sus motivaciones, su ideología, sus acciones que los hacen personajes sumamente complejos. Sin embargo, en el caso de los demás nipones, inclusive de los mismos gringos, caemos en personajes muy estereotipados y poco evolucionados. Claro, hacerlos a todos carismáticos, habría hecho más pesada la película y aparte, estos secundarios están hechos para que los protas brillen, pero si por momentos ves cosas tan clichés que es lo que le resta un poco de calidad a la película (en especial el final, que si fue emotivo, pero muy prototipo).
Fotografía: Tom Stern se encarga de las tomas y es el fotografo preferido por Eastwood. Debo decir que a diferencia de La bandera de Nuestros Padres, acá ensucia más la lente y vemos una imagen poco nítida, casi como si fuese una película antigua, lo cual se exacerba por algunas tomas del desembarco o de las batallas que son formidables. Lamentablemente, el "pero" viene con las tomas dentro de las túneles, las cuales son tan oscuras que a veces costaba distinguir entre los personajes.
Efectos especiales: lamentablemente, fuera del excelente diseño de algunas baterías japonesas, los uniformes, los cascos, así las condiciones de vida del soldado nipon de aquellos años (casi estaba babeando cuando pusieron un tanque japonés Chi-Ha por allí), el CGI dejo mucho que desear, en especial con las tomas abiertas a la flota de desembarco, que se veían tan irreales que rompía con la fantástica fotografía de Stern.

Música: Kyle Eastwood hace una música fantástica, lejos de ser el hijo del director. Sin embargo, acá logra una buena partitura musical y se nota en especial en momentos, tanto emotivos como de acción. Sin embargo, por sí sola no tiene esa presencia, por lo cual no la deje dentro de mi winampeca personal. Pero si la escuchas con las imagenes, es harina de otro costal y hasta te hace emocionarte.
Doblaje: trate de descargarme la película subtitulada, pero con las nuevas restricciones eso valió churro, así que la única versión disponible era la doblada y debo decir que no me decepciono en absoluto. Cierto que suena medio irreal la voz de Enzo Fortuny con Saigo, pero logra apropiarse del papel y lo hace de manera genial. El que me encanto que repitiera fue Ricardo Brust en la voz de Ken Watanabe, ya que lo había escuchado en el Último Samurai donde hizo un trabajo formidable. Acá Brust le resta cierto acento oriental y se escucha aun muchísimo mejor. El resto del Cast es igualmente bueno y m egusto mucho la siempre genial actuación de Sergio Gutiérrez Coto como el Barón. Curiosamente, cuando los personajes hablaban en inglés o había americanos en tal idioma, eso si lo dejaron sin traducir, lo cual le dio un plus.

A título personal: "Cartas de Iwo Jima" me la chute en dos sentadas. Primero pensé en vermela diez minutos por día, ya que tenías más pendientes, pero cuando fui por la segunda vez, no pude dejar de verla y me la acabe toda, aun cuando mi pobre esposa me preguntaba en que estaba tan entretenido. Es que la película te engancha, te dejá emocionado con cada escena que vez y sobre todo, sabe manejar dos ritmos muy distintos. Por un lado, un ambiente relajado previo a la batalla y luego una sensación claustrófobica que te deja ese mal sabor de boca, no por lo mal hecho, si no porque sabes que va a pasar y no puedes evitarlo. El final me parecio adecuado, aunque un tanto sencillo, luego de tanta adrenalina que te dispara la película.

En conclusión, "Cartas desde Iwo Jima", es de las mejores películas de acción bélica que he podido disfrutar. Aunque las batallas son mínimas, el drama, no solo asociado a los personajes, si no la situación es manejada de tal manera que te deja fascinado. Es tal vez de las mejores películas de Eastwood y que supera con creces a su hermana gemela. Aunque pretendio ser la versión "japonesa" de la batalla, técnicamente esta se la come a bocados y por donde se vea. Bastante recomendable, aunque eso sí, tiene algunas escenas subidas de tono en cuestión de violencia, así que aguas a la gente susceptible.

Aun me pregunto, como es que luego de estas joyas, Eastwood haya caído tan bajo con American Sniper. Y lo digo por las inclinaciones taaaan pro-yanquis. 

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Saludos a mi paciente esposa ^^, así a quienes gustan de este tipo de cine.

1 comentario:

  1. Además de todo lo que mencionas y todos los puntos de la película en los que uno podría detenerse a comentar, creo que ha de ser de las poquísimas películas que presentan a Japón durante la Segunda Guerra Mundial con cierta neutralidad. Usualmente en producciones estadounidenses o chinas son unos demonios totales, y tras la pérdida sufrida no les quedó demasiado para hacerse víctimas o intentar salir bien parados. Y aunque aquí claramente se ven los extremos de las mentalidades bélicas, se entiende que es algo que afecta sin importar cuál sea la nacionalidad.
    A mí me sorprendió mucho descubrir después que Kazunari Ninomiya (quien interpreta a Saigo), es parte de un grupo idol muy famoso. Aquí se ve tan escuálido y confundido.

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