jueves, 5 de marzo de 2015

Paz en la Tierra: mi primera novela de Stanislaw Lem

Es curioso que el último año haya sido de los más complicados de mi vida, pero eso también me ha permitido expandirme por otros rubros que jamás hubiese tocado, sea por mera casualidad o por voluntad propia. Técnicamente, en los últimos 3 meses me he chutado una cantidad importante de libros, series, mangas, cómics, anime, etc. etc. para pasar el rato y evitar volverme loco con las viscicitudes que ahora están poblando mi existencia. Bien lo dicen en cierto prologo de la Órbita de Endor, donde Antonio Runa habla de los problemas de la vida diaria y como estos nos pueden volver locos, si no tenemos algo que nos impulse o nos de un aliciente, una bocanada de aire fresco pues, que nos ayude a sobrellevar el momento amargo.

No lo niego, soy un maldito frikie, pero lo digo con bastante orgullo a la vez. Ver tantas cosas me permite tener una visión mucho más amplia del mundo y no contentarme con uno o dos puntos de vista. Y claro, esto me ayuda de sobremanera en mi escaso pero divertido trabajo. Debo agradecer a mi esposa, que me ayuda a fomentarlo de muchas maneras (entre ellas, ser la crítica objetiva y la pobre que se tiene que chutar tanta loquera) y mi comadre, que sea de manera directa o indirecta, me echa la mano para aumentar más mi caudal cultural.

Precisamente, una de las ayudas que me brindo, fue mediante su padre, que un día en una comida, me recomendo cierto libro (y claro, presto jeje) sobre un autor de ciencia ficción, casi desconocido en nuestro continente, pero harto popular en Europa: Stanislaw Lem. Y la obra, hablamos de "Paz en la Tierra", que analizaremos en esta entrada.


Solo Ijon Tichy sabe con certeza qué está pasando en la Luna. Ha sido enviado al satélite en misión secreta por las grandes superpoten­cias terrestres, responsables de trasladar allí la totalidad de las armas, lo que ha dejado al planeta azul libre de guerras por primera vez en su historia. Pero Tichy es incapaz de dar resp uesta alguna, pues ha sufrido en el espacio un inusual accidente, su mente ha sido callosotomizada y ahora vive con los dos hemisferios de su cerebro enfrentados entre sí. El incansable viajero espacial es incapaz de ponerse de acuerdo consigo mismo: «Debo dirigirme a la mano izquierda utilizando la lengua de señas de los sordomudos con mi mano derecha. El problema está en que la izquierda no siempre desea responder. Me manda, por ejemplo, de paseo con uno de sus gestos, siendo esta la forma más educada que tiene a la hora de expresar su desacuerdo». ¿Podrá Tichy revelar el misterio del que ha sido testigo, el misterio que trae en vilo a todos los sistemas de inteligencia terrestres?


Antes de comenzar con la crítica al libro, vamos a dar una pequeña remembranza del autor.

Stanislaw Lem nació en la ciudad de Leópolis, en 1921. Aunque ahora la ciudad pertenece a Ucrania, en su momento perteneció a Polonia, por lo cual el autor tiene dicha nacionalidad. Su padre había sido médico dentro del ejército Austrohúngaro (otorrinolaringólo), por lo cual, la formación cultural de Lem fue bastante elevada. Logro ingresar a la universidad de su ciudad (que entonces tenía una gran reputación) siendo estudiante de medicina. Sin embargo, los desaguisados que sufrió su padre (por ser parte del bando perdedor) y lo visto en la carrera, terminaron por desairar al joven Lem, aunque agarro parte de gusto a las etimologías latinas y griegas (el cual todavía era lenguaje común entre los médicos) y que serían parte de su sello en sus obras (incluída en esta).

La Segunda Guerra Mundial llegó y por unos pelos, su familia (judía, pero que se habían convertido al catolicismo), se salvaron por los pelos de ser ejecutados. Aun así, colaboro con la resistencia polaca y su familia finalmente se puso establecer en Cracovia, cuando Leópolis fue incorporada a Ucrania. Allí trato de seguir su carrera de médico, pero las diferencias ideólogicas con los maestros de aquel entonces, hizo que mandar al diablo a la escuela. Finalmente le dieron un certificado como finalización de estudios, pero no exactamente un diploma.

Aun así, sus conocimientos y su disciplina, hicieron que varios investigadores lo contrataran en la parte bioestadística o de recolección de datos, lo cual le aseguro un cierto ingreso. A la par, fue cuando el hombre comenzó a escribir sus primeros relatos y novelas. Lamentablemente, el inclinarse por un género como la cibernética, que estaba de moda en EUA, hizo que sus escritos fueron objeto de censura entre la comunidad científica del bloque del Este. Sin embargo, la calidad de sus escritos se fue imponiendo y en los años sesentas y setentas fue objeto de culto por los escritores de aquel entonces. Sin embargo, cuando la represion comunista se hizo presente a finales de los setentas, Lem no tuvo otra opción que emigrar a EUA y establecerse un tiempo allí, con el apoyo de amigos escritores americanos que habían seguido de cerca su obra.

Sin embargo, si algo siempre caracterízo a Lem (y que reflejo especialmente en uno de sus personajes principales, Ijon Tichy), fue su dureza al criticar algo que no le gustase y hacerlo sin pelos en la lengua. Precisamente se termino enemistando con una asociación de escritores de ciencia ficción de EUA, por su poca calidad literaria. Finalmente, cuando Polonia salió del redil comunista a finales de los ochentas, Lem regreso a vivir a Cracovia, donde vivió sus últimos años, hasta el 2006 cuando falleció, en compañía de su esposa, la cual conoció en los años cincuentas.

El estilo de Lem es bastante complejo, para ser un autor de ciencia ficción. Aunque sus tópicos se enfocan en el tema de cibérnetica, así de la interacción con extraterrestres u otras formas de vida, en realidad utiliza dichos temas para hacer una crítica bastante dura sobre la sociedad humana y sus costumbres. Como prueba de eso, hay que leer varias de sus obras más emblemáticas, como "Fábulas de Robots" y "Ciberiada", donde hace una crítica dura de la sociedad a través de dos simpáticos robots constructores. Sin embargo, su obra más conocida es "Solaris", donde describe la comunicación entre el ser humano y otra forma de vida alienígena, mientras se hace la exploración de un planeta parecido a la Tierra. Aquí también sale otro rubro muy importante del autor y es su capacidad para dar una explicación coherente al mundo que describe. Esto es lo que se conoce como ciencia ficción "dura", y que a mi parecer, representa una genialidad de este escritor.

Ijon Tichy, uno de sus personajes más recordados, apareció en "Diarios de las Estrellas", y le serviría de referente, no solo para enunciar los problemas de la sociedad, sino también para hacer una crítica bastante mordaz y a la vez divertida. Y este chara aparecería de manera recurrente, incluida "Paz en la Tierra".

¿Y de que va esta cosa? El libro narra las aventuras del susodicho Tichy, que luego de un viaje express a la Luna, para investigar la central que administra que el armamento que la humanidad guardo en ella, se da cuenta de que ha sufrido una callostomía (el corte del cuerpo calloso, el tejido que sirve de conexión a ambos hemisferios cerebrales) y por consecuencia, su cuerpo se haya dividido en dos entes diferentes. Aunque el mantiene la conciencia y sus habilidades, el lado izquierdo de su cuerpo se muestra totalmente independiente y hasta fastidioso con él. Mientras el pobre trata de averiguar porque paso esto, es cuando va recordando los detalles de su misión y como la dichosa callostomía fue un recurso para seguir manteniendo el concepto de "Pacem in Terris".


El libro lo comence a principios de noviembre y lo termine apenas a finales de enero. Y no es que fuese muy extenso (menos de 400 páginas). El problema es que es muy denso y algunas partes eran demasiado aburridas. Por un momento pensé que mi capacidad no estaba para leer algo de ciencia ficción de la más pura y dura, pero luego de leer varias críticas sobre el libro en diferentes blogs y artículos, ellos cayeron en la misma conclusión que un servidor.

"Paz en la Tierra" fue escrito en 1983 y editado para 1987. Fue de los últimos libros que hizo Lem y por consecuencia, parece que el paso del tiempo le fue pasando factura, ya que efectivamente, el libro casi no tiene humor en sus páginas y algunas descripciones son tan sosas y tan redundantes, que te resta cierta capacidad para engancharte con él. No puedo hacer una crítica tan precisa, ya que es la primera obra que leo del autor (he estado buscando "Solaris", con poco éxito), pero debo decir que algunos pasajes son fabulosos, en especial cuando Lem comienza a describir porque las naciones decidieron pasar su arsenal de todo tipo a la Luna, con la opción de continuar la carrera armamentística, pero sin que afecte directamente a la población terrestre. Ni se diga cuando comienza a hacer una breve historia del uso de los robots y como su uso se ha diversificado en una Tierra, que parece estar en un futuro próximo.

El problema más grave viene precisamente con el ritmo narrativo de Lem. Se adentra demasiado en explicaciones y en cuestiones que ya el autor había tocado previamente. Para colmo, esto lo hace cuando los pasajes más potentes se van desarrollando, lo cual rompe el ritmo de lectura de manera brutal. Para rematar, la aventura de Tichy con la callostomía se revela como uno de los mejores pasajes del libro, pero el final de esta misma es absurdo, por no decir, aberrante. No se niega que el acervo cultural que impregna la obra es formidable (tuve que repasar algunas clases viejas de medicina para ponerme al tiro con la terminología y descripciones), pero la forma en que la presenta Lem es bastante soporífera.

Obviamente no puedo hablar si esta obra es peorcita o mejor con respecto a otras que ha escrito el buen Lem, así que solamente lo hago de manera tranversal. Ya cuando consiga Solaris, tal vez pueda hacer una crítica anexa con respecto a dicha obra.

¿Entonces por qué hablar de una obra así? La razón es que pese a lo tosco del libro, tiene algunas cosas muy brillantes, como ya comenté, la cuestión de la carrera de las armas y su resolución, así la forma en que dichas armas han evolucionado, solo para poder ser superiores unas a otras, en un juego de evolución muy grotesco, pero bastante fidedigno. Aparte, las descripciones que hace el propio Tichy, son harto asombrosas y es cuando el libro pasa sus mejores momentos. Eso sin negar que este libro es ciencia ficción dura y vaya que sabe exponerla, en un libro no mayor a 400 páginas. Sin embargo, para un lector más acostumbrado a algo digerido, le resultará insoportable, por lo cual es recomendable, solo para el frikie, que gusta de los libracos (en todo el sentido de la palabra).

Lamentablemente, conseguirlo en México esta en chino, literalmente. En cambio, en España en los últimos años, ha tenido una nueva vida (previamente hubo ediciones, un poco mal traducidas, por la Editorial Bruguera y Minotauro), cortesía de la Editorial Cátedra y bajo la Colección de Letras Populares (2012). Como dato extra, estas traducciones están bajo supervisión de auténticos profesionales, lo cual garantiza una buena traslación de la obra, tanto en estilo (aunque con ciertos errores en la forma de decir algunas cosas) como en contenido (y se puede conseguir por 15 euros en la Madre Patria y la cual tuve la fortuna de leer).

En conclusión, "Paz en la Tierra", NO es una obra recomendable para todo público. Se necesita no tanta cabeza (el autor nos llena de buenos datos). El problema es su narrativa, que suele ser muy árida y que necesitas un gustillo por la ciencia ficción para terminarla. Por lo tanto, aguas si comienzas con este libro.

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Saludos a mi mujer ^^, así a mi comadre, como quienes gustan de este tipo de libros.

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