jueves, 6 de diciembre de 2012

Ataque a Pearl Harbor: Genialidad ¿Para quien?

Cuando comence a leer de la Segunda Guerra Mundial, ya había comentado que las primeras referencias sobre este conflicto, fueron de libros occidentales, traducidos al calca de ediciones gringas, donde es lógico, se ensalzaran las acciones de los Aliados, en especial, el Ejército Norteaméricano.

Así por consecuencia, crecí con un especie de favoritismo hacia los gringos, al menos en materia militar, y una cierta aberración hacia los alemanes, italianos y los japoneses.

Y dos de las batallas que más narraban estos libros, eran tanto el ataque japones a Pearl Harbor en 1941, como el famosísimo Dia D, el desembarco en Normandía, en junio de 1944.

Mientras me trague por completo lo que había pasado en Normandía, lo de Pearl Harbor, pese a lo parcial de la lectura, siempre me provocó emociones encontradas.

Por un lado, me había parecido una genialidad de los Japs al atacar de manera sorpresiva a los norteaméricanos, como una horrible traición, ya que los "pobres" no se lo esperaban y luego ver como, a raíz de esta traición, se habían levantado de manera gloriosa, para poner en su lugar a los orientales.

Y aquí es donde me olía a chamusquilla. Todo parecía digno del guión de una película de acción.

Posteriormente, cuando las literaturas comenzaron a volverse más imparciales y a dar otros puntos de vista, fue cuando confirme tales suposiciones. Aunque el ataque japonés a Pearl Harbor fue magnifico a nivel táctico, a nivel psicológico y sus consecuencias, fue un desastre para el Imperio del Sol Naciente y el punto de partida para no solo el ejército norteamericano, sino para toda la nación gringa.


El ataque a Pearl Harbor fue una ofensiva militar sorpresa efectuada por la Armada Imperial Japonesa contra la base naval de los Estados Unidos en Pearl Harbor, Hawái, en la mañana del 7 de diciembre de 1941. El ataque pretendía ser una acción preventiva destinada a evitar la intervención de la Flota del Pacífico de los Estados Unidos en las acciones militares que el Imperio del Japón estaba planeando realizar en el Sudeste Asiático contra las posesiones ultramarinas del Reino Unido, los Países Bajos y los propios Estados Unidos.

La base naval fue atacada por 353 aeronaves japonesas1 que incluían cazas de combate, bombarderos y torpederos que despegaron de seis portaaviones.1 Resultaron dañados los ocho acorazados estadounidenses estacionados en el puerto, y cuatro de ellos se hundieron. De estos ocho, dos fueron reflotados y cuatro reparados, por lo que seis pudieron volver a entrar en servicio más tarde, durante la guerra. El ataque japonés también hundió o dañó tres cruceros, tres destructores, un buque escuela y un minador. Los norteamericanos perdieron 188 aeronaves, murieron 2402 estadounidenses2 y 1282 quedaron heridos de diversa consideración. Sin embargo, los japoneses no atacaron la central eléctrica, el astillero, las instalaciones de mantenimiento, los depósitos de combustible y torpedos, los muelles de submarinos y el edificio del cuartel general y de la sección de inteligencia. Los nipones perdieron 29 aeronaves y cinco minisubmarinos, además de sufrir 65 bajas militares entre muertos y heridos. Asimismo, un marino japonés fue capturado vivo.

El ataque conmocionó profundamente al pueblo estadounidense y llevó directamente a la entrada de los Estados Unidos en la Segunda Guerra Mundial, tanto en los teatros de guerra de Europa como del Pacífico. Al día siguiente del ataque, 8 de diciembre, los Estados Unidos le declararon la guerra al Imperio del Japón. El apoyo interno en Norteamérica a la no intervención en el conflicto mundial, que había sido fuerte,3 desapareció, mientras que la asistencia clandestina al Reino Unido fue remplazada por una alianza plena. Las operaciones posteriores de la nación americana llevaron a que le declararan la guerra la Alemania nazi y la Italia fascista el 11 de diciembre, lo que fue correspondido por los Estados Unidos al día siguiente.



Antes de comentar sobre el ataque japones, vamos a hacer un poco de contexto, como es costumbre.

Aunque el enfrentamiento entre los Aliados (Francia, Rusia, Inglaterra) y las potencias del Eje (Alemania e Italia), a nivel militar, también era hartoconocido como cada bando recibía apoyo de los países "neutrales".


Para empezar, el Eje estaba conformado por los alemanes, italianos y los japoneses. Los tres se habían comprometido a firmar un pacto de alianza, tanto económica como militar desde 1940. Sin embargo, solo los dos primeros estaban en plena guerra con los Aliados. Japón, debido a la configuración del "Eje", no
estaba obligado a entrar en la pelea, salvo que agrediera directamente a alguna potencia Aliada.

Como es lógico, la distancia que Japón guardaba con los países rivales, impedía parte de las acciones. Sin embargo, el Imperio del Sol Naciente ya había fijado sus ojos en las riquezas de las distintas colonias que tenían los Aliados en Asia, como Hong-Kong, Singapur, las Filipinas e Indochina.

Para probar su "fuerza", Japón había atacado Manchuria, arrebatandosela a los chinos y creado el estado títere de Manchuko. Sin embargo, al momento de expandirse, fue frenado por la URSS, que ya en la mencionada batalla kaock había sufrido una severa derrota. Aun con ello, en 1940, Japón invadió la ruta de Indochina, es decir, el camino que usaban los chinos para abastecerse de recursos para su guerra contra los
nipones. Esto provoco las famosas sanciones de EUA hacia Japón, en una especie de bloqueo comercial.

Viendo que el Ejército no era tan potente, los altos mandos enfocaron su mira hacia el mar y en especial hacia la Armada Japonesa, que desde la guerra ruso-japonesa, había ido al alza, aun pese a las restricciones que EUA le habíaimpuesto, tanto en materia de petróleo y materias primas.

Fue precisamente estas restricciones, las que aventaron literalmente a los japoneses a las guerras. Con un área de 140,000 kms cuadrados y una población cercana al centenar de millón y con una potente industria, era lógico que el Imperio Japonés buscara expandirse.

Sin embargo, la "potente" Armada norteaméricana era el primer obstáculo que tenían que sortear.


Por otra parte, era un secreto a voces, que EUA estuviera ayudando a los Aliados. Churchill, en plena batalla de Inglaterra, ya había contacto a Franklin Delano Roosevelt, el popular presidente americano, para que diera su apoyo o entrara en guerra.

Sin embargo, Roosevelt no quería meterse nuevamente en asuntos europeos. Aunque habían quedado bien parados a nivel económico con la Primera Guerra Mundial, las relaciones entre USA y Europa se habían deteriorado, especialmente por el trato entre las diferencias potencias.

Roosevelt apenas venía sorteando la Gran Depresión y EUA estaba en una etapa proteccionista, aislancionista, que le permitiera salir del bache. Sin embargo, pronto se volvió un proveedor de materias primas, a la tranza, de los Aliados, como Inglaterra o la URSS. Miles de convoyes atravesaban el Atlántico y el Pacífico, para llegar a ciudades como Glasgow, Londres, Edimburgo o Arkhangel, con mercancías para la guerra.

Hitler estaba furioso con estas medidas y forzaba a que los norteamericanos cometieran errores para verse involucrados, con poco éxito. Inclusive presiono a Tokio para que entrara en la Guerra.

Pero era harto conocido que si Japón le declaraba la guerra a Alemania, también lo haría a la URSS por consecuencia. Y los nipones habían experimentado en carne propia, como los soldados soviéticos eran mucho más capaces que su ejército de tierra. Manchuko era un buen proveedor de materia prima y Japón no se podía permitir perderlo.

Fue justamente, cuando un año antes del 7 de diciembre de 1941, varios espías japos fueron enviados a Hawaii, en especial a Pearl Harbor, el centro de la flota norteaméricana del Pacífico, a investigar las defensas y sitio de los famosos Acorazados.


Por entonces, aun el Alto Mando Nipon seguía discutiendo las alternativas. Manchuko era buen proveedor de materias primas,  pero el petróleo de toda la Indochina  era vital para las necesidades de la industría. Ni se diga el caucho de Malasia, Singapur o de otras islas, que eran propiedad de holandeses y belgas. El bloqueo comercial estaba estrangulando a los japoneses, que se vieron precisos a actuar.

La opción de atacar a la URSS se descartaba por completo. La otra, era invadir directamente Australia y declarar la guerra a Gran Bretaña, que ya se veía débil para mantener sus territorios, salvo Singapur, que se considera inexpugnable.
Pero si esto ocurría, EUA no vería con buenos ojos la maniobra y podría por ende, atacarlos, con todo el poder de su flota.

Así que la opción que se acomodó más, era dar un golpe sorpresa: atacar Pearl Harbor.

Ahora viene otra situación que hoy en día es motivo de discusiones: ¿Estados Unidos realmente sabía lo que iba a pasar?

Los estudios más recientes, indican que sí, EUA tenía una cierta idea de que se iba a ser atacado. De que iba a ver un ataque, en 4 posibles direcciones: Las Filipinas, Las Aleutianas, California y Hawaii.

Y aquí es donde no se puede delucidar bien, porque si se sabía del tal ataque, ¿Por que no se dieron medidas preventivas al respecto? Fueron genuinas las reacciones de sorpresa de los marinos, cuando Pearl Harbor fue atacado. 

Inclusive, Japón lanzo un ataque simulado más débil a la base de las Aleutianas, teniendo la misma reacción los defensores.

Una opción es que realmente se desestimo el tamaño del ataque y otra, es que el Gobierno gringo necesitaba una excusa para entrar en guerra y así motivar a su gente.

La verdadera razón, quedará aun para futuras generaciones.


Gracias a la información obtenida por los espías, Japón noto varios puntos débiles en el organigrama de la Armada Gringa. Isoroku Yamamoto, el gran artífice del plan de ataque, había estado todo el año de 1941 tratando de sacar el plan a flote, llegando inclusive a amenazar con renunciar sino le hacían caso.

El plan aun estaba en duda entre el Alto Mando e inclusive, el Emperador firmo la orden de autorización hasta diciembre de 1941, lo cual hacía ver las implicaciones que tendría el país en caso de fallar.

Pese a que el gran Almirante Yamamoto apoyaba el ataque, rapidamente vió que sus compatriotas se habían enfocado en ciertos objetivos que a la larga serían desastrosos.

Aunque la misión principal, era destruír los acorazados, la columna vertebral de la Marina Americana, habían dejado de lado atacar los portaaviones, que se encontraban en otro lugar en la fecha indicada. Yamamoto sabía que destruír tales embarcaciones, sería un golpe demoledor del que EUA no se recuperaría en
un buen rato. El gran Almirante reconocía que pronto los Acorazados querían atrás y que el Portaaviones sería el estandarte en la guerra maritíma actual.

Aun con ello, siguió adelante y el dichoso plan "Z", comenzó a cuajarse.


El 26 de noviembre, una tropa de 6 acorazados japoneses (Akagi, Kaga, Soryu, Hiryu, Shokaku y Zuikaku), con más de 400 aviones, los famosos "Zero", se lanzaron al abordaje, con el Almirante Chuichi Nagumo al mando. 

Para despistar a los espías y naves tripuladas enemigas, Yamamoto hizo mover sus navíos al norte, como si fuera a las Aleutianas, al grado que se perdieron en la inmensidad del Pacífico por unos días. 

A la par, le seguían varios submarinos de bolsillo, con la intención de ayudar al ataque.

Curiosamente, estos submarinos de bolsillo, fueron las primeras bajas en la Guerra del Pacífico. Dos de ellos al menos fueron hundidos por un crucero americano y un tercero, encallo en las playas de Hawaii, resultando Kazuo Sakamaki, como el primer prisionero de guerra japones.

Otro aspecto que también ha causado polémica, fue que Japón ataco de manera artera sin declarar la guerra. Sin embargo, se ha visto que Japón si emitió una declaración, que inclusive el mismo Yamamoto pidió explicitamente para atacar. Pero el traductor se tardo demasiado tiempo en el mensaje y este llego
retrasado.


Finalmente, Nagumo estaciono sus portaaviones a distancia prudente, mientras los pilotos se preparaban de manera ceremoniosa para el ataque. A las 4 am, 300 cazas despegaron de los 6 portaaviones, constituyendo la primera oleada de ataque.

Aunque había radares en la isla e inclusive detectaron la presencia de los cazas, una serie de malas coincidencias en la comunicación, hicieron que se desestimaran estas advertencias. Fue peor, porque había aviones en la zona, que pese a dar llamadas de auxilio, antes de ser derritados, también fueron pasadas
de largo.

Era predecible. Ese día era domingo y la mayoría de las tripulaciones o soldados, estaban de descanso, lo cual aumento más el efecto sorpresa.

7:48 am. Lo primero que los marinos vieron a bordo de los acorazados, que apenas se levantaban y se lavaban los dientes, fue a varias naves de color rojo y blanco surcar el cielo. Algunos pensaron que eran practicas de la aviación del Ejército, otros que eran aviones de la URSS. Pero cuando comenzaron a ametrallar y soltar bombas, más de uno penso que el "ejercicio" era demasiado real.

El primer ataque fue brutal y en total sorpresa. 


Mientras barcos y cruceros eran barridos y destruídos, los aviones que pasaban de largo, se dirigían hacia las bases terrestres, donde volaron centenares de cazas gringos, así de depósitos de armas.

Pese a que la sorpresa fue total, al grado que algun que otro Almirante pensó que era una broma de mal gusto, las ametralladoras de los Acorazados comenzaron a responder, aunque tibiamente.
En tierra, despegaron algunos cazas P-36 o P-40, pero que comparados con los rápidos "Zero", rapidamente fueron barridos. Aunque algunos, haciendo honor a la horrenda película de Pearl Harbor, si lograron reponerse y derribar algunos cazas japoneses.

La segunda oleada se lanzo pasadas las 8 de la mañana, compuesta por 177aviones, que remataron a los Acorazados malheridos y terminaron por destruír bases y aviones que no se habían alcanzado en la primera Oleada.

Una tercera oleada se planificó al instante, viendo el éxito rotundo de las dos primeras. Genda y Fuchida, artífices del plan con Yamamoto, instaron a Nagumo a lanzar el tercer ataque, con el objetivo de liquidar los depósitos de combustible y de torpedos. El haberlos destruido, habría sido equivalente a un año de atraso en la guerra.
Sin embargo, Nagumo juzgo que el ataque había sido suficiente y que aparte lanzar un tercer ataque, le habría quitado valor a la batalla, porque habría riesgo de perder más aparatos y quedarse sin combustible.

Aparte, Nagumo no había divisado a los portaaviones americanos. Que para su mala suerte, se encontraban al otro lado de Hawaii, sin protección alguna.


Finalmente, Nagumo dio media vuelta y se retiro victorioso con sus tropas. El  blitz había resultado efectivo y brutal: 4 acorazados hundidos, 3 acorazados dañados, 1 acorazado encallado, Otros 2 barcos hundidos, 3 cruceros dañados 3 destructores dañados, Otros 3 barcos hundidos, 188 aviones destruidos, 159 aviones dañados, con 2402 muertos y 1247 heridos, contando 57 civiles muertos (algo que se le paso a Nagumo, ya que Yamamoto había pedido no tocar Honolulu, pero algunos cazas se adentraron en la zona). Por el lado japones, solo habían muerto 64, 9 de ellos marinos, el resto pilotos.

La victoria hundió en un frenesí al Imperio Japones, al grado que Nagumo y el resto regresaron como héroes, mientras el 8 de diciembre, iniciaban las invasiones japonesas a distintas islas del Pacífico, comenzando su expansión en pleno.

Rapidamente, EUA declaro la guerra a Japón y así entro abiertamente a las hostilidades, no solo contra los nipones, sino contra Alemania e Italia.

  
Las consecuencias de este ataque son más que claras: Japón se arriesgo a dar un golpe definitivo y aunque EUA acuso el golpe, en realidad no hizo más que despertarlo. El llamado gigante dormido, se lanzo con toda su industria al frente y a la larga, provoco no solo la derrota japonesa, sino la del todo el Eje, unos años después.

Aparte, el efecto psicológico en los norteamericanos fue indudable: una nación que se encontraba dividida ideologica y moralmente, se unió en una sola, lo cual facilito, no solo el reclutamiento, sino la inversión de dinero en el capital de guerra, lo cual no solo levanto la economía estadounidense, sino también creo una ideología que se ha mantenido hasta hoy en día.

Para Japón, aunque el plan fue definido como "perfecto" por los objetivos realizados, fue a la larga, un golpe que acusaría de manera grave, ya que el no haber tocado los depósitos de combustible y municiones, como los astilleros, solo retraso un año lo inevitable: la derrota ante la naciente Armada Estadounidense.


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Saludos a mi Hinata-sama :3, así a quienes gustan de las batallas.


1 comentario:

  1. En mi clase de historia contemporánea el profesor armó una de esas teorías de cómo Estados Unidos sabía perfectamente de los planes de Japón para atacar y no sólo no hicieron nada sino que propiciaron el ataque precisamente para poder entrar en guerra. No recuerdo ahorita los argumentos específicos pero la verdad es que son tantas las coincidencias en este episodio que resulta difícil de creer que sean sólo eso.
    Ahorita quiero libros de la ocupación japonesa en sus colonias asiáticas D:

    Saludos :3

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