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martes, 15 de diciembre de 2015

Star Wars, Episodio III: un magnífico final y comienzo.

Volvemos con la tercera parte de lo que sería "Starwars y yo en tiempos recientes". En la anterior entrada, siento que desvele mucho de mi vida y de las situaciones que pase en aquellos años, pero luego de recapitular, siento que era necesario. No puedo concebir mi vida presente sin esa estupenda franquicia que en unos pocos días volverá a resurgir con pleno apogeo, tal vez aun más como la vimos en aquellos años. Aparte, por obra y gracia, estaba saliendo de esa primera depresión que tendría en mi vida (en todos sentidos, no solo mental). Sin embargo, es curioso que el Episodio III, del cual hablaremos a continuación, en realidad hubiese sido el preámbulo para otra mucho más potente, que por suerte, al menos sería más corta en duración.

Año 2002. Las cosas luego de Episodio II se pusieron harto difíciles. En serio bastante complicadas. Había ingresado a otra relación sentimental (seh, yo y mis problemas del corazón) que fue por un tiempo, lo más importante que tuve en ese rubro. Altas y bajas en todos sentidos, que inclusive llego a cambiar mi perspectiva de las cosas. Inclusive me replantee muchas situaciones. Esto tuvo repercusiones en que dejé de ser un tanto freak por ese año y me alejé del anime y otras cuestiones. No en balde, ese fue uno de los años mágicos para los fans, en especial los de Cartoon Network, ya que series como Yu Yu Hakusho o Gundam Wing, hacían su aparición en dicho canal de paga. Pero yo no tengo memorias de eso, porque estaba entambado en dicha situación. A tal grado llegó que en noviembre de ese año, ni siquiera compré mi DVD de Episodio II (igual estaba quebrado económicamente) y me perdí el estreno de la famosa Inuyasha, que por 3 años, marcaría hitos y records.

El 2003 empezó de similar manera y los primeros meses eran un vaivén en muchos sentidos. Finalmente, luego de otro fracaso académico para junio, me retiré a mi casa y me dedique a amargarme un rato. Ni siquiera prestaba atención a lo de Starwars. Sin embargo, finalmente hubo un cambio de timón y luego de casi un año en la deriva, finalmente volví a mis viejas costumbres: regrese a ver anime (me puse al día con las series mencionadas, al grado que ya como he comentado en análisis de las mismas, un compañero me hacía el favor de grabarmelas, ya que le prestaba la VHS y él tenía cable). Curiosamente, ahora que hago memoria, ya otro evento había marcado que ese año sería mejor: el Super Tazón XXXVII, el cual ganarían los Tampa Bay Buccaneers. El futbol americano había sido otra cosa que había dejado de lado por estas cuestiones y volví a tomarle gusto.

¿Y todo esto que tiene que ver con Starwars? Pues parece que Lucasfilm paso por el mismo marasmo. Mientras con la pre-producción del Episodio II, Lucas hasta mostraba videos de los sets en filmación y que figuras o maquetas estaban construyendo. Sin embargo, con Episodio III fue mitad secretismo y mitad racionamiento. Parecía que el viejo Lucas había aprendido a no echar la casa por la ventana, al grado que inclusive el marketing también estuvo muy disminuido. Todo se enfocaba en los aspectos básicos y hasta magros de la producción. Un ejemplo de esto se puede ver con la cantidad de videos, notas, trailers y otras cosas que hay en el DVD del Episodio II contra el del III. En parte Rick McCallum, productor de la nueva trilogía, había dicho que "Revenge of the Sith", título que se supo desde un principio, ya que pretendía homenajear el título original que tendría "Return of the Jedi", tenía que ser mucho más secreta, para no estropear el momento en que Darth Vader nacía y moría Anakin Skywalker. Claro, suena plausible, pero a mi me parece que tenían miedo de fracasar, de nueva cuenta.

Episodio II había sido superior a su antecesora, pero aun adolecía de muchas fallas y sobre todo, de la pobre actuación de sus protagonistas. En algo que no he comentado, es un error que siempre le achacaron y con razón a su director, George Lucas. Este era un gran artista de los efectos especiales, un visionario, un genio por así decirlo. Pero en dirección de actores era una papa y para colmo, con un carácter que rayaba en lo grosero. Varios actores se quejaban de lo seco que era Lucas en su dirección y que pensaba que el guión era el todo. Que no era necesario dirigir como otros. Un ejemplo es la crítica velada que hace Harrison Ford, cuando decía que el director comentaba que todo estaba en el guión ("Allí estaba, allí..."). Esto termino por influir grandemente en la trilogía de aquel entonces, ya que actores tan sólidos como Natalie Portman o Ewan McGregor, realmente sufrieron y se vieron muy parcos o sobreactuados en ocasiones. Cosa diferente sería con Ian McDiarmid, pero eso merece un análisis más adelante.

Para el segundo semestre del 2003, la cosa cambiaría. No solo retomaría mis estudios, sino también inclusive me pondría a chambear. Todo esto tuvo una feliz retribución, ya que para principios del 2004, fue cuando me pude comprar mi primer reproductor DVD y así dar un brinco del VHS (que aun usaba para grabar series) a algo más potente y digital. Lamentablemente, mi pobre TV (la cual mi padre me regalo por mi entrada a la universidad) era de las viejitas para aquel entonces y no podía reproducir las cosas como Dios mandaba. Aun así, inclusive llego a durarme un buen, hasta mi entrada a la especialidad. También ya me había puesto al corriente con el anime, donde Zoids o la nueva serie de Captain Tsubasa 2002, brillaba de manera intensa (y la cual curiosamente llegue a tener DVD rips sacados de Internet, que termine regalando a mi entonces pareja).

El 2004 también fue difícil, pero igual fue en ascenso. Mientras el anterior había sido complicado en todos sentidos, este también aunque en menor medida y que fue subiendo de escalafón, al grado que no recuerdo tanto, no porque haya sido complicado, sino porque hubieron tantas cosas. Starwars pareció marcar la batuta, cuando en un movimiento extraño pero increíble, Lucas decidió usar a Cartoon Network como una filial para una nueva franquicia: Las Clone Wars.


Ya en Episodio II habíamos visto el inicio de las mismas, pero en el universo todo mundo había hablado de dicho conflicto, como el más grande que había enfrentado la Galaxia. Aunque la película había salido mal parada, esta serie de anime, la cual se co-produjo con Cartoon Network Studios (y con Gendy Tartakovsky a la cabeza), termino por darle un estátus de culto. El director supo imprimir en esos cortos de máximo 4 minutos (20 en total para la primera temporada), una visión espectacular y soberbia de lo que eran las Guerras de Clones, los Clone Troopers, los villanos, los Jedis como generales y mandamases, así el ascenso de Anakin como el mejor Jedi de todos los tiempos. Esta serie se emitió en la primavera del 2004 en el Cartoon Network latino (en inglés fue en noviembre del 2003, hasta marzo del 2004) con unos altos ratings, al grado que gano un Emmy como mejor serie de animación. Personalmente, adoré esta serie y me supo una bocanada de aire fresco con respecto a la malaria, que no solo había tenido Starwars, sino también en ese aspecto de mi vida. Aun recuerdo que para el verano del 2004 (en el cual estuve en casa un tiempo), pasaron en junio un maratón que culminaba con el estreno del episodio 20 y la aparición del General Grievous, el nuevo gran villano insignia de la franquicia (del cual hablare más adelante). Y curiosamente, esto sería simil de otras cosas buenas que estaban pasando por aquel entonces.

La primera es que al fin pude grabar anime de Cartoon Network en mi confiable VHS (la cual curiosamente también tuve que reemplazar a mediados de aquel año, porque la anterior, también regalo de mi padre, ya estaba en las últimas), gracias a un pacto que hicimos los inquilinos de donde yo rentaba con la dueña del mismo para tener cable. Así conocí de primera mano a Kaleido Star y el final de Inuyasha. No niego que fue una época feliz, donde inclusive volví a trabajar un poco y combinar eso con mis estudios. También en el aspecto emocional, la cuestión con mi pareja se había estabilizado.

Y todo esto, tuvo su clímax con el primer trailer del Episodio III. A diferencia de que le pedía a otros compañeros grabar dichos programas, en este caso, Lucas decidió ponerlo en red para noviembre del 2004. La producción había destacado por una cosa: el nuevo villano, el dichoso General Grievous. Sí, Dooku regresaba, pero también estaba el General del Ejército Droide, que sería mi hit por aquellos años. Así que cuando salí de clases un día helado de noviembre, me dirigí al cyber más cercano y allí pude disfrutarlo en línea, luego de estar una hora cargándolo. Me gusto tanto que inclusive le hablé a mi entonces pareja para ir a verlos juntos. Ella, no tan fan de la saga, aceptó eso. Curiosamente, yo lo había dicho en plan de broma, pero termino haciéndose realidad unos meses después. También por aquel tiempo, salió la trilogía original en formato DVD por primera vez y claro, estuve ahorrando mis centavos para comprarla y el sentimiento de tener tales películas fue casi igual que cuando mi hermano y yo compramos los VHS en 1997. Por supuesto, los extras que venían era fantásticos en muchos sentidos.

Llego el 2005 y con ello mi entrada al internado. Experiencia nueva en todos sentidos, pero una de las cosas que me mantenía en pie era precisamente el estreno del Episodio III, el cual esta vez sí sería a nivel mundial. Gracias a la trilogía de Matrix, los cines de todo el mundo se encargaron de proyectarla al unísono y eso se convertiría en una feliz costumbre hasta la fecha. Lucasfilm no se quiso quedar atrás y por ello pude disfrutar el estreno de la película en mayo de aquel año.

Antes de eso, la cosa se puso peliaguda con el segundo trailer, que salió en marzo. Este salió en TV en el canal Fox, así que por una guardia, deje grabando más o menos el periodo en que estaría el susodicho...y vaya que no falle. Lógico, me lo vi tantas veces que casi rompo la cita del VHS, jeje.
A diferencia de la anterior película, donde hubo hasta cuatro avances, la cosa se redujo en buena medida a dos y eso ayudó a manejar el secretismo del filme (que no era mucho, sino más bien el modo en que se iba a desenvolver las cosas). El primer trailer me pareció fantástico, con esa conexión al Episodio IV donde Obi-Wan habla del exterminio de los Jedis. Sin embargo, el segundo era aun más potente, donde veíamos ya la épica lucha entre Anakin y Obi-Wan, así la traición por la cual los Jedis mueren a raudales al final de las Guerras de Clones.

Los trailers eran frenéticos a morir y también mi ritmo de vida de aquel entonces, pero no me quejaba en absoluto. Estaba aprendiendo de mi carrera como no tenía ni idea. Lo mejor es que pude llevarme bien con mis superiores, al grado que me permitieron "saltarme" un par de horas el servicio para ir a comprar los boletos del estreno. Sí, dos semanas antes de la fecha, en Cinépolis comenzaron a vender los boletos para el estreno nocturno. Así que con el uniforme y con permiso de "solo tienes dos horas", me fui volando al cine (que por suerte estaba cerca). Me llevé una sorpresa al ver que había una fila de 20 personas antes que yo. Gracias a Dios, la cosa se aceleró y pude conseguir dos lugares, ya que mi pareja había prometido ir conmigo (cosa bonita para entonces). Lo siguiente, es que las vacaciones las pedí para esa semana, por lo cual no estaría comprometido de alguna otra forma.


Y llegó el día del estreno. Mi novia me acompaño en la noche al estreno y ella estaba bastante emocionada (tanto por el ambiente como por el filme en sí) y un servidor ni que se diga, ya que estaba bien acompañado y por supuesto, iba a ver el Episodio III, el cual me dejo bastante satisfecho.

Comentario personal: Episodio III es la única película de la trilogía que pondría casi al nivel de la original (dándose de choques con Episodio VI). Lucas supo imprimir buenas escenas, buenos diálogos y situaciones tanto divertidas hasta dramáticas en un punto altísimo (que inclusive algunos me parecieron excesivos, como la muerte de los pequeños padawans en la Cámara del Consejo). A diferencia del "ñanguismo" de Hayden Christensen en el Episodio II, entre el cabello largo y el ejercicio que hizo, se veía un Anakin mucho más potente y formado. Obi-wan también estaba excelentemente caracterizado y McGregor me recordaba a Sir Alec Guinness por mucho (no solo en eso, sino en expresiones y caracterizaciones). Sí a esto agregamos las batallas de sables de luz, como los momentos épicos, como la Orden 66 o el duelo en Mustafar, en lo cual mejoraba con mucho a las anteriores, teniendo más instantes de este tipo y no tanto tiempo muerto.

El problema, seguían siendo las actuaciones. Por momentos había diálogos y situaciones muy forzadas, poco profundas y no por el guión, sino por los actores. Nuevamente se veían los problemas de Lucas con este rubro y que fue un lastre en toda la película. Por ejemplo, cuando Obi-Wan ve la grabación del ataque en el Templo Jedi, me pareció muy mala y eso que Ewan McGregor es un gran actor. Ni se diga las expresiones de Natalie Portman, que cuando fuerza una cara, tiene una expresión de perrito regañado que es poco empática con su estado de animo (a diferencia de otros filmes, donde se nota que el director le saca más jugo). Sin embargo, el único que mantuvo su nivel fue Ian McDiarmid.

Este actor, de origen escocés, se nota que es del Teatro Británico y por mucho. Desde su aparición en Episodio VI, donde hizo un brillante y potente Emperador, acá no dejo nunca de sorprenderme, desde Episodio I hasta el III, este último, donde nuevamente estuvo soberbio, sabiendo combinar expresiones, gestos y una actuación corporal creíble y magnifica. Técnicamente, el personaje más beneficiado de la nueva trilogía y que cuando lo veo nuevamente en Episodio VI, solo puedo decir: "Maestro", en todos los sentidos posibles. 

Caso contrario a Darth Vader, que luego con esto, termino siendo menospreciado y odiado por muchos, ya que paso de ser un villano poderoso y ejemplar, a una suerte de niño berrinchudo. Curiosamente, hace unos días mi esposa vio Episodio III y ella le dio una reacción contraria: llego a sentir compasión por Darth Vader y hasta se apeno cuando lo ve morir por su hijo en Episodio VI. Tal vez era el objetivo de Lucas desde un principio, aunque lamentablemente no pego tan bien como se esperaba. 

Algunos criticaron la forma en que Anakin muere y ciertamente, errores de continuidad que no voy a mencionar, pero creo que Lucas supo redimirse con este Episodio y es una lástima que el tono no se hubiera puesto así en las otras películas. Pero al fin al cabo, salí satisfecho del cine.


Aunque todo salió bien, el sentimiento de nostalgia fue enorme los días y meses posteriores, que aliviaron un poco la salida del DVD en noviembre del 2005 (y el cual nuevamente me escape del trabajo para ir a comprarlo, jeje). Para aquel entonces ya también tenía el Episodio I y II en dicho formato. Al fin la saga estaba completa, aunque ese año sería el último en "gracia" que tendría. Es curioso como los inicios de esta nueva trilogía estuvieron atados a muchos errores e incertidumbres de mi parte, pero el último episodio vino a traer cosas positivas y muy buenas. Lamentablemente, como el buen Anakin no había aprendido casi nada de ello y tuve que repetir lo mismo el año siguiente, con unos resultados horrendos. Sinceramente, no la vi en aquel entonces y fue hasta finales del mismo, cuando mi suerte comenzó a cambiar lentamente hasta que se dio el gran giro del 2007, lo cual curiosamente, coincidió cuando conocí a mi actual esposa y de allí, con altas y bajas, pero allí vamos.


Han pasado 10 años de eso y aun ver el segundo trailer, me trae recuerdos bonitos pero muy nostálgicos. Por suerte, tengo la oportunidad de volver a revivir este fanatismo, ahora en compañía de mi mujer y de los amigos que me rodean en este momento, al menos en una mejor condición que aquellos años y momentos. Aquí es donde caigo en cuenta que envejecer no es tan malo. El detalle es que sepas aprovecharlo y ampliar tu criterio así eliminar prejuicios. Estos últimos fueron los que me llevaron a un abismo que tardé tiempo en salir. Y es algo que Starwars me enseñó, en especial la parte donde Luke mira su mano mecánica, apaga su sable y lo lanza hacia el Emperador diciendo: "Fallo su Alteza, soy un Jedi, como mi padre antes que mí...".

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Saludos a mi esposa ;3, que ya está medio sobrecargada con tanto Starwars, así quienes gustan de esto. Por cierto, aun se viene la reseña compacta de la trilogia original.

viernes, 11 de diciembre de 2015

Star Wars, Episodio II: cuando todo hizo boom, literalmente.

Continuamos con esta peculiar reseña de aquellos años mozos cuando Starwars "volvía" a gobernar el mundo. Sin embargo, nos habíamos quedado en que George Lucas, creador y mandamás supremo de Lucasfilm, la productora de la saga, la había "regado" horriblemente. Sí, con "R" mayúscula. Algunos argumentan que la debacle de la trilogía no comenzó con el borrador del Episodio I, sino con la escritura y pre-producción del Episodio VI. Vamos a explicar esto, mientras lo conecto con mis pasajes vitales de aquellos años.

Para los que conocen Starwars, sabrán que Lucas no empezó el proyecto él solo. Tuvo la ayuda de mucha gente, pero en especial de Alan Ladd Jr., entonces ejecutivo de la Fox y que vio futuro en el alocado proyecto de un californiano gruñón treintañero y también de Gary Kurtz, amigo y productor de este, no solo en American Graffiti, sino también en las dos primeras de Starwars.

¿Entonces porque Kurtz no continuo? Por la sencilla razón de que George Lucas se había vuelto loco por el dinero y quería que "El Regreso del Jedi", fuese mucho más ganadora de billete, en base a la mercadotecnia. Por ello, cambió varias cosas, rebajando el nivel de violencia y seriedad al filme que había adquirido con el Imperio Contrataca y hacer algo más comercial como lo que vemos es el Episodio VI. El triunfo de este (más económico que crítico) hizo que el mandamás se emocionase con este asunto y sello en parte su destino para el resto de las películas (mucha acción, batallas con poco sentimiento, actuaciones chatas, argumentos poco convincentes).
Claro, para aquellos años yo no sabía nada de esto y en mi inocencia, pensé que George Lucas escucharía a los fans nada contentos. Tampoco yo estaba con ellos, ya que como dije, estaba engatuzado por el Episodio I y fue a tal grado, que así fue mi inclusión en el mundo de los fanfics.

1999 fue un año clave, aparte de Starwars, para un servidor en muchos sentidos. Ya dejaba las clases formales e iniciaba el "externado". Allí comencé a hacer guardias y conocí el rigor de estar atendiendo gente como si fuese un recién salido de la carrera. Hoy en día, esa cuestión ya se elimino del programa (técnicamente, fui de la penúltima generación antes del cambio) en mi facultad y es casi como en las demás: solo vas a escuchar y ver, pero sin hacer nada. Sin embargo, para mí  la practica me ayudo a enamorarme de mi carrera y saber que había escogido la correcta. Mientras, en el plano profesional, también iba saliendo del cascarón: comencé a hacer más amistades, al grado que tuve mi primera novia (seh, como diría mi mujer: eres un poco lentito amor, jeje) y sobre todo, fue gracias a esta última, que me hice fan de los fanfics. Ya esa historia la conté en otro lado, pero es lógico que mi gusto alocado por Starwars, repercutiera en una historia basada en dicho universo. Así nació Fanfic Wars.

Esta historia pretendía "tomar" elementos de la saga clásica y del nuevo Episodio, así incorporarlos en un universo tipo "anime" y hacer un despapaye de amor, acción, drama, etc. etc. Lo novedoso, fue que le pedí a varios escritores de aquel entonces, su permiso para usar sus nombres y hacer un personaje basado en ellos. Muchos aceptaron gustosos e inclusive cooperaban con ideas como en el desarrollo de su personaje. Así fue como conocí en gran medida a la pequeña comunidad de escritores en habla hispana que había entonces. Aparte, Fanfic Wars resultó ser del gusto de muchos, ya que mezclaba sinfín de cosas de muchísimos universos, aparte de el de Starwars. Podría decir que mi vida dio un empujón muy bueno por aquellos años.

Sin embargo, los finales del 2000 me obsequio una fea sorpresa, cuando tuve que tomarme un año sabático por motivos académicos (por no decir algo más feo). En los fics iba como caballo de hacienda, a buen ritmo y conociendo a más gente, pero en la facultad todo iba mal. Por suerte, las noticias de Starwars me sacaban a flote y para aquellos años, ya inclusive estaba suscrito a la página www.starwars.com que emitía noticias sobre la pre y producción del Episodio II. También por aquellos años, fue cuando comencé a explorar más páginas de Starwars y hallé la genial www.loresdelsith.net, administrada por uno de los actuales colaboradores de la Órbita de Endor, el Coronel Kurtz. Esta me servía para conocer más noticias y detalles que en TV obviamente no pasaban en absoluto.

Ya menos inocente, fue cuando caí en cuenta de los malos manejos de Lucas y su directora de casting: la elección de Hayden Christensen, la cual fue muy aplaudida en su momento, me pareció extraña y rara. El joven no sabía actuar casi y su expresión corporal era forzada y rara. Lamentablemente, como con Jar Jar Binks, esto terminaría siendo un lastre para el resto de los Episodios. Por suerte, algo que sí entonces era genial, fue el toque más Obi-wan clásico que le dieron a Ewan McGregor, que luego de un titubeante inició, terminaría siendo uno de mis personajes favoritos de toda la saga. Sí a esto agregamos la inclusión del padre de Boba Fett, Jango Fett, la cosa prometía mucho. Más cuando los pequeños videos que hablaban de la producción (y que ahora se encuentran como extras en el DVD y Blu-ray del Episodio II) solo hacían más emocionante la espera.

Como dato curioso, en la primavera del 2000, las hermanas Checa, escritoras famosas hispanas, nos hicimos amigos y en un gesto de gran amabilidad, me regalaron los mangas de Starwars, de Planeta DiAgostini. Me los mandaron por paquetería y luego de estar 2 meses batallando por ver si venían, fui por ellos a la central de correos. Claro, tuve inclusive que pedir taxi, porque cuando estos llegaron a la ciudad donde estudiaba, tenía una infección horrenda que con fiebre de 38 grados, fui a la oficina de correos por ellos. Bien valió la pena, porque el resto de la semana me la pase convaleciente, mientras leía esos fantásticos mangas (y los cuales aun conservo en la repisa y que posteriormente hablare de ellos). Eran el intento de George Lucas de diversificar su obra. Lastimosamente que ya no alcanzo para el Episodio II y III (ya que solo haría para la trilogía original y el Episodio I). Sin embargo, esto ocultaba detalles que luego explotarían.

El detalle seguía siendo mi vida personal:. para principios del 2001 había tronado con la novia, fanfiction.net hacía su aparición y el mundo novato de los fanfics comenzaba a decaer y mi rendimiento académico era de la patada por la cuestión emocional. Y lo peor, es que conforme me acercaba al estreno del Episodio II, la cosa iba empeorando. Tal vez por eso hoy en día me he es difícil recordar aquellos años. Puedo evocar perfectamente lo previo a 1999, pero lo de ese tiempo, esta todo nebuloso. Definitivamente, había caído en una fuerte depresión y yo ni en cuenta. Por ello, enfocaba toda mi frustración en los fanfics y en mi fanatismo por Starwars. Seh, es cuando me volví casi un "Hikikomori", ya que solo iba a la escuela, hospital y luego a los cybers. Inclusive mis amistades se fueron por un rato, tanto en persona como en mundo virtual.

Para noviembre del 2001, las cosas dieron un pequeño brinco extraño: luego de una eliminatoria infartante para el seleccionado nacional (a lo que nos hemos acostumbrado ahora), fue cuando salió el trailer del Episodio II, mediante la red. Recuerdo que saliendo de una guardia, me fui corriendo al cyber de confianza y allí estuve casi dos horas tratando de verlo, hasta que pude descargar una versión pobre del mismo. Era ese famoso trailer llamado "breathing" que intercambiaba escenas de la película con la respiración de Darth Vader. Original a no más poder.


Sin embargo, Lucas se volvió loco y para el Episodio II saco tres más, haciendo cuatro avances en total. El segundo, llamado "Mistery", solo se podía conseguir sí tenías el DVD del Episodio I, ya que el site de Starwars abriría un link al susodicho en tal fecha, lo cual ocurrió para diciembre del 2001. Claro, hasta dos meses no pudo verlo, cuando un amigo me lo paso (y que actualmente tengo en un viejo CD, que tiempos aquellos). Para aquel entonces, las cosas habían caído a un punto bajísimo en mi vida, tanto familiar como escolar. Fue de los años más difíciles y lo peor es que el 2002 no sería muy distinto. Tendría una gran alza en el primer trimestre, justo antes del estreno de Episodio II en México (1 de julio del 2002) y que sería harto curioso, porque se estrenaba de un domingo a lunes (para lo cual SÍ hubo estreno nocturno).

Antes de esto, hubo un tercer trailer, "Across the Stars" que se estreno en Internet en febrero y uno más, "Epic". Obviamente no hablare mucho del tercero, porque simplemente era una recapitulación romántica y melosa de Anakin y Padmé, que me casi me vuelve diabético. El bueno era el cuarto. Sin embargo, Lucas volvió a sus andadas y en lugar de colocarlo en la red, primero lo haría por TV y en las diferentes cadenas Fox del mundo, incluida la nuestra. El problema es que no tenía cable y tuve que pedirle a un compañero que me grabara el trailer (ya que inclusive anunciaron la hora), esto para finales de marzo del 2002. Cuando tuve el VHS y luego de agradecerle, me fui corriendo a la casa y estuve como 10 veces viendo el mismo y alucinante trailer. Tal vez la calidad de las películas no era estupenda, pero los avances eran otra onda (perdonando la jerga tan vieja al respecto). La cinta me ponía en expectativa como con el Episodio I, más con esa mítica frase del maestro Yoda al final del avance ("Comenzado las Guerras Clon han...").

El problema es que repetiría la misma lección, tanto personal como en la película.

Dificultades con la pareja de aquel entonces hicieron que el estreno nocturno fuese con un sabor ambivalente. Episodio II se había estrenado en mayo del 2002 con mejores críticas, pero aun seguían comentando que tenía un guión chato en muchos sentidos. Sí, era mejor que su antecesora, pero el impacto precisamente de esta, había restado potencia y por ello, la recaudación fue mucho menor. Claro, estaba al tanto de tales críticas, pero aun así pensé que la cosa mejoraría en el estreno en México, el cual fue mucho más rimbombante. Para empezar, con los amigos que entonces tenía y también fans de la saga, nos animamos a comprar los boletos de manera anticipada y decidimos ir en bola a verla. Allí conocí la genialidad de estar con otros fans, los cuales inclusive traían sus sables de luz o trajes alusivos a la película. Recuerdo como me toco formarme para guardarle lugar a los demás, esto tres horas antes de la medianoche. De manera sorprendente, a las 11 de la noche, nos dejaron entrar y poblamos la sala. Era tal el ambiente que inclusive algunos se pusieron frente a la pantalla a simular una pelea de sables, mientras el resto coreabamos el asunto.

Sin embargo, estaba enfrascado en hablar cierto asunto personal y por ello, siento que eso me fregó el estreno (y que desde entonces, prefiero perderme algo así, que ir con el humor a medias. Las películas hay que disfrutarlas). Pese a esto, me senté en donde pude (ya que entonces no había asientos numerados como ahora) y me arrane a disfrutar Episodio II: El ataque de los Clones.


Comentario personal: Definitivamente Episodio II es superior a su antecesora en muchos aspectos. Tiene una historia mejor construida, los personajes se ven mejor actuados, las batallas son impresionantes y los detalles técnicos seguían siendo impecables. Inclusive el color y dinamismo de la cinta. Aquí fue cuando Lucas comenzó a usar cámaras digitales que le permitieron modelar y cambiar las escenas a su gusto. Me agrado mucho la forma en que se manejaba el amor entre los Jedis, al grado que una frase se hizo íconica por aquellos años: Un Jedi no conoce la ira, el miedo ni el amor. Por un tiempo se hizo mi frase favorita. Lucas comenzó a darle un nuevo aire filosófico, pequeño, pero que le ayudo a darle algo de cimiento a la película y el inicio de la caída de Anakin al Lado Oscuro. Aparte, me gusto la inclusión de los Soldados Clon en las batallas y por supuesto, ver a cientos de Caballeros Jedi luchar al mismo tiempo. 

El problema vino por dos cosas: el romance extraño y aberrante de los protagonistas y la muerte de Shmi Skywalker. Ambos eventos, que necesitaban pulirse y trabajar a un nivel superior, terminaron por desmadrar la película. Aquí Hayden Christensen mostró una actuación horrenda, de las peores que he visto y con unas sobreactuaciones pero en serio malas. Para colmo, no tenía nada de química con Natalie Portman, que también se veía muy incomoda. Los momentos descritos entre ambos eran muy sosos y esas partes, literalmente me sacaban de la película. El problema se agravó cuando pasamos a la muerte de Shmi, que la actriz, Pernilla August, no supo tampoco hacer. Muy acartonada y para colmo, sin punch, más cuando Anakin expresa su enojo, que más parece un berrinche que otra cosa. Su caída al Lado Oscuro empieza mal (aunque en Episodio III lograron medio corregirlo). Estos instantes, terminaron por lastimar demasiado al filme y lo hacen ver por momentos tan mediocre como el primero, aun cuando tenga buenas cosas (incluida la aparición y actuación de Temuera Morrison como Jango Fett). 

Lo discutible siempre será: ¿Yoda debieron ponerlo así? En su momento me emocionó y me hizo ver que este gran maestro, aun pequeño, era un poderoso guerrero. El problema es que después de un tiempo, no se puede tomar en serio y de repente flaquea eso. Hubiera sido mejor ponerlo en el Episodio III, pero Lucas quiso mostrarlo aquí y pues sí acarreo críticas, más con el estilo con el cual le dieron (aunque una parte de mí sigue pensando que sí quedo bien). 

Cuando salí de la película, al fin logre ver que pasaba a nivel personal y fue cuando caí en cuenta de muchas cosas (que obviamente no puedo comentar). Pero todo se ejemplifico con ese gesto que hacía el senador Bail Organa cuando azotaba el puño contra el balcón mientras todos veían a los Clone Troopers desfilar frente a ellos: impotencia. Con esto se acabo el ciclo 1999-2002. No es que haya sido malo, pese a lo descrito. En realidad me ayudo muchísimo, tanto en mi iniciación como en mi arranque en muchas cosas nuevas. Pase de ser un chico de familia a abrirme paso al mundo. Lamentablemente, no tome las mejores decisiones y eso acarreo consecuencias que aun hoy en día sigo llevando, aunque en menor medida. A diferencia de la crisis pre-Episodio I, en este caso, Starwars formó más parte de eso, que ayudarme. Aun recuerdo varias cosas, gracias a los spots o anuncios, así las cosas que tenía que hacer para disfrutar un trailer. Esta vez tuve que arreglármelas solo, en mis limitadas capacidades.


Fue entonces gracias a los fanfics que tuve algo de sobriedad mental y que pude escribir tanto, debido a mis propias experiencias. Claro, hoy en día los leo y me dan pena ajena, pero el momento emocional no era el mejor, aunque sí muy productivo. Por suerte, con Episodio III  las cosas mejoría enormemente en muchos sentidos, pero eso...es otra historia, como diría la Tía Chona.

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Saludos a mi esposa que adoro =3, así a quienes gustan de Starwars.