jueves, 24 de noviembre de 2016

La batalla de Poltava: el fin del Imperio sueco.

Si algo me gusta de la historia es que esta tiene una longitud y anchura formidables. Es decir, cuando uno cree haber dominado un tema, siempre pueden venir más datos. O mejor, haber otro tema que te interese de igual o mayor forma. Y sí nos enfocamos en cuestiones militares, la cosa allí no para. Por ello, desde siempre fue mi materia favorita en la escuela y aun lo sigue siendo hoy en día para comprarme algún libro.

Un ejemplo de esto me paso hace unos días cuando estaba checando mi twitter y de repente uno de los "sitios" históricos que sigo por esa red social soltó una reseña sobre el Imperio Sueco, el cual tuvo una gran relevancia en la Europa Continental de los siglos XVII y XVIII. Si me preguntan, pensaba que los suecos como daneses y noruegos, tuvieron su cénit hasta mediados del siglo XIX, pero en realidad su historia es mucho más rica y no siempre ligada a la cuestión vikinga. Al leer la historia de Suecia, me di cuenta de que sí tienen el nivel de hoy en día fue por cuestiones que se vinieron formando desde antes y que no siempre fueron dominados por el Imperio Ruso.

Por ello, la siguiente entrada se enfocara en hablar de la batalla de Poltava, la cual puso fin al dominio de Gustavo XII como rey de Suecia y como esta nación, que salió fortalecida de la Guerra de Treinta Años, lentamente se convirtió en una monarquía parlamentaria que sigue hoy en día. Pero a la par, sentó el dominio de Rusia y como se convirtió en una potencia de primer orden.



Antecedentes: Suecia era una comarca fundada por los pueblos vikingos durante la Edad Media Alta. Su reputación como guerreros fue tal que inclusive varios emperadores bizantinos formaron una guardia de élite con gente de estas tierras. Gracias a la introducción del cristianismo en el siglo IX, el país comenzó a unificarse en cierta manera. La gestión de los reyes daneses, que eran de los más adelantados en esa cuestión para aquellos años, provoco la unión de los reinos vikingos (Dinamarca, Noruega y Suecia) en la llamada Unión de Kalmar, esto en el año 1397.

Sin embargo, la poca importancia que le daba el rey danés a los suecos provoco que muchos nobles buscasen la independencia del país. En represión, Cristian II mato a muchos nobles en el "Baño de sangre de Estocolmo". Esto tuvo el efecto contrario y los restantes nobles suecos se rebelaron aun más y proclamaron al Gustavo I como rey de Suecia. Este decidió separarse también del catolicismo e introducir el protestantismo, por lo cual es llamado hoy en día como "Padre Fundador".

Lamentablemente, Suecia era un reino extenso pero pobre, con poca población y aislado. Fue el rey Gustavo II Adolfo que decidió cambiar esto y por ello entró en la Guerra de los Treinta Años de parte del bando protestante. Aunque esto provoco una gran sangría tanto humana como económica para el país, Suecia salió relativamente fortalecida del conflicto, ya que muchas naciones europeas voltearon a verles con interés, amén de adquirir territorios en la ribera del mar Báltico, arrebatados a Polonia y al Sacro Imperio Germánico.

Viendo esta amenaza, los reinos de Noruega-Dinamarca y Polonia-Lituania buscaron con una guerra menoscabar el poder de sus rivales. El sucesor de Gustavo II Adolfo, Gustavo X, empezó una serie de guerras que tuvieron un gran efecto. Pese a los reveses iniciales, venció a sus dos vecinos con habilidades maniobras (aparte de tener un amplio ejército profesional. Esto debido a que los civiles suecos veían al ejército como un buen sustento de vida) y se apropió de más territorios, llegando a tener la categoría de "imperio" para finales del siglo XVII. No obstante, estas ofensivas minaron la población y la economía de Suecia, por lo cual Gustavo XI (que había sucedido a su padre luego de un corto reinado) se decidió dejar las guerras y centrarse en fortalecer su economía y brazo militar.
El potente ejército sueco.

Suecia no era el único que estaba creciendo. En Rusia, Pedro I había sido nombrado Zar y comenzó una serie de reformas con el fin de modernizar el país. Se dio cuenta que la única forma de hacerlo era que Rusia tuviese más contacto con Europa y que no fuese considerada una nación bárbara asiática. Por ello, fijo sus ojos sobre los territorios que dominaba Suecia en el Báltico. Polonia y Dinamarca vivían situaciones similares, donde las guerras habían mermado su potencial económico y poblacional. Dinamarca-Noruega quería recuperar su hegemonía en el Norte mientras Polonia quería más territorio en el sur. Sin embargo, el empuje otomano lo hacía imposible.

Esto provoco que las tres naciones se pusieran en secreto y firmaran una alianza en 1699 para atacar a Suecia, lo cual finalmente ocurrió al siguiente año.

La Gran Guerra del Norte: Noruega-Dinamarca comenzaron atacando el imperio Sueco en la primavera de 1700. Sin embargo, el entonces rey reinante, Gustavo XII, supo contratacar y en lugar de plantar pelea en el campo, se dirigió con su flota hacia la ciudad de Copenhague. El asedio sorpresivo de la capital danesa hizo que este reino se retirara de la contienda, tan solo 4 meses de haber empezado. Gustavo XII, ya con las manos libres, se dirigió a batir a Rusia.

Al principio se pensaba que era una locura, ya que el Ejército ruso era superior al sueco en hombres. Sin embargo, estaba pobremente pertrechado y muchos de sus reclutas eran campesinos. En cambio, las tropas suecas eran profesionales y estaban bien adoctrinados. Con solo una tropa de 8,000 hombres, el rey logró salvar la fortaleza de Narva del asedio de 80,000 rusos. Esta derrota tan importante provoco que Rusia se retirara temporalmente del campo de batalla. En cierta forma, Pedro I estaba esperando esto, ya que sus reformas estaban siendo detenidas por los nobles y militares de la vieja escuela. Al ver que sus predicciones eran ciertas, el Zar comenzó a reestructurar el ejercito de los pies a la cabeza.

El plan de Pedro I no hubiese resultado si Gustavo XII atacase, pero el rey sueco decidió vencer a los polacos y dejar a Rusia hasta el final. Lo que siguió fue bastante curioso y casi un preparamiento entre el choque de dos titanes. Por un lado, Suecia logró vencer a los ejércitos polacos de Augusto II (rey de dicho país) y llegar hasta la propia Varsovia. Este movimiento provoco el levantamiento de nobles a favor del rey y también en su contra, lo cual desencadeno una guerra civil que tuvo que ser controlada por Gustavo XII. Sin embargo, que Polonia fuese desecha en el trayecto, provoco que el Sacro Imperio Germánico quisiese parar el ascenso de los suecos, lo cual provoco batallas en la frontera de ambos reinos.

Finalmente, luego de 3 años de lucha, Suecia firmo la paz con la subyugada Polonia y con el Sacro Imperio Germánico. Francia trato de intervenir, pero su pelea con Inglaterra dejo de lado estas ambiciones.

Entre tanto, Rusia aprovecho la debilidad de la frontera ruso-sueca y ya con un ejército mejor preparado y armado, decidió atacar las ciudades suecas, incluyendo de nueva cuenta la fortaleza de Narva, la cual finalmente logro tomar. La captura de Livono supuso la cereza en el pastel. Disgustado, Gustavo XII termino firmando la paz con Polonia y Sajonia y con un ejército (de al menos 300,000 hombres) se lanzo hacia Moscú.

Pedro I de Rusia.

Sin embargo, Pedro I no presentó batalla y optó por retirar a sus tropas mientras hacia la táctica de tierra quemada, esto para elongar más las líneas de suministro del ejército sueco (la cual llevaba el general Lewenhaupt, con más de 11,000 hombres y pertrechos). Sin embargo, como las raciones no llegaban, Gustavo XII desesperado, optó por mejor atacar Ucrania para recibir el apoyo de los cosacos ucranianos que le habían mandado dádivas (comandados por el rebelde Iván Mazepa). El rey sueco logró reforzar a sus tropas y entonces decidió emprender el ataque a Moscú nuevamente, pero ahora desde el sur. Pedro I decidió al fin pararle los pies como fuese.

Ambos ejércitos se terminaron viendo las caras cerca del pequeño pueblo de Poltava. 


Batalla: Pedro I tenía 45,000 hombres bajo su mando. Aunque el contingente ruso doblaba al sueco, el monarca no quiso arriesgarse y prefirió formar una defensa clásica en forma de "T", donde su campamento fortificado estuviese encima de dicha formación y la "T" fuesen una serie de trincheras como de barracas que tuviesen infantes y cañones por montón. Confiaba en debilitar la infantería sueca y luego contraatacar con su caballería que se encontraba en su flanco derecho.

Entre tanto, Gustavo XII tenía 20,000 hombres. Hubiesen sido más, pero cuando Lewenhaupt llegó con los supuestos refuerzos, este había enfrentado a los rusos en una lucha previa y había salido tan mal parado que tuvo que abandonar el ganado, las municiones y parte de los hombres que se habían amotinado y terminado hasta el tope de alcohol. Sin embargo, el rey sueco confiaba en la profesionalidad de sus tropas y que su caballería, mucho más potente que la rusa, lograse vencer y así rodear el campamento ruso. El problema es que el rey no pudo participar en la batalla, ya que al estar inspeccionando unas trincheras recibió un disparo de un francotirador en el pie, lo cual le obligo a estar en su propio campamento y dejar las acciones a su mariscal de campo, Carl Gustav Rehnskiöld.

El 8 de julio de 1709 comenzó la batalla a las 3 de la mañana. Suecia aprovecho la noche para lanzar al menos 6 batallones (unos 6,000 hombres) hacia la "T" defensiva rusa. La confusión en las ordenes provoco que la ventaja sueca se esfumase. Algunos soldados decían que debían aniquilar cada reducto defensivo y otros que solo debían rodearlos y atacar el campamento. Esta última orden era la correcta, pero solo 4,000 hombres alcanzaron a llegar frente a las reservas de Pedro I, los cuales no solo rechazaron fácilmente el avance sueco, sino comenzaron a encerrarlos.

Al tanto, la caballería sueca había logrado su cometido de hacer retroceder a la rusa de forma temprana, pero debido a que la infantería aun no había llegado al lugar indicado y con el temor de vencer arrinconados, prefirieron retroceder y no aprovecharon la ventaja de atacar por la retaguardia a la infantería rusa de reserva (unos 4,000 hombres) y que iban tras sus homólogos suecos. Pedro I uso este titubeo a su favor para usar su caballería para rodear a los infantes suecos que seguían frente a su campamento y en las trincheras. En cuestión de minutos, esto para las 10 de la mañana, lograron rodearlos para el horror de Gustavo XII, que había asumido el mando nuevamente, aun en camilla, ante la ineficacia de sus generales. 

El rey sueco trato de romper el cerco pero le fue imposible. Finalmente a las 11 de la mañana decidió retirarse. Sin embargo, parte de la caballería rusa fue tras ellos, lo cual obligo al monarca a emplear a su guardia real y parte de sus hombres a cargar con los víveres y municiones que pudiera mientras cruzaban un río. Esto obligo a la mayoría de su ejército a quedarse y que finalmente se rindieron ante los rusos. Se le comentó a Pedro I el perseguir a los susodichos pero denegó la orden ya que pese a perder pocos hombres (unos 1,400) pensaba que habría alguna trampa.

En apariencia Gustavo XII se salvo de la aniquilación pero el estado en que quedo, en todos aspectos, le obligo a refugiarse en Turquía donde estuvo de incógnito. Finalmente, luego de cinco años logró regresar a Suecia para continuar guerreando unos años más.


Consecuencias: Suecia con la derrota perdió su hegemonía militar de forma abrumadora. De un poderoso y bien entrenado ejercito de 200,000 hombres, este se vio reducido hasta 40,000 cuando Gustavo XII regresó al trono luego de su escondite turco. El problema es que la imagen del monarca quedo muy dañada no solo para sus súbditos sino para los medios internacionales, al grado que el depuesto Augusto II organizo una revuelta en Polonia con apoyo de Rusia y pudo volver al trono. El coloso ruso mantuvo las ciudades y territorios ganados de forma definitiva. Esto llevo a que el país de Pedro I se convirtiese en una potencia de primer orden.

Gustavo XII quiso seguir guerreando un poco más y todavía tuvo conflictos con el reino de Noruega-Dinamarca unos años más, lo cual le llevaría a su fin, ya que en un cerco militar, mientras inspeccionaba unas trincheras, un supuesto francotirador logró asestarle un tiro en la cabeza. Se rumora que pudieron ser sus mismos soldados, que ya estaban hartos de la política militar agresiva del rey, pero esto jamás se comprobó. La dinastía del rey duraría solo un par de reinados más y finalmente sería sustituido por un noble francés y que cambiaría la política exterior del país, haciéndolo bastante vulnerable a los designios de otros países y más enfocado en la libertad de artes y opinión. El mismo Voltaire lo llamaría en su momento, "El país más libre del mundo".

Pero eso, como diría la tía Chona, es otra historia...

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Saludos a la dueña de mis quincenas :3, así a quienes gustan de este tipo de batallas. 

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