jueves, 6 de septiembre de 2012

Voyager: Un viaje al pasado y fuera del Sistema Solar

 Cuando tenía 10 años, por cuestiones familiares, me mude de mi pueblito rural a una ciudad pequeña. El cambio represento un crecimiento exponencial, al menos en materia de cultura.
 Uno de esos momentos se dio gracias a las visitas a familiares maternos que vivían en la misma ciudad.
 Lejos de interesarme en los juguetes de mis primos, fue en sus libros, en especial los de historia y astronomía.
 Mis padres, como era lógico, soltaban uno que otro gruñido cuando tomaba el libro y le pedía a mis tíos que me los prestaran. Ellos solo soltaban la carcajada, ya que les parecía raro que un chamaco de esa edad quisiera leer sobre astronomía, más que alguno de los juguetes de última generación que tenían mis parientes.
 Pero así fue como aprendí algo de astronomía, que un tiempo me apasiono de tal manera, que era capaz de nombrar los satélites, entonces conocidos, de cada planeta, en especial los jovianos.
 Sin embargo, la edad avanza y uno va interesándose en otras cosas, lo cual ha ido calando en mi memoria, al menos sobre astronomía.
 Sin embargo, hace unos años, con la salida de la Wikipedia, volví a interesarme en estos temas, pero más que nada, en la exploración del espacio, por sondas no tripuladas.


 
Treinta y cinco años después de dejar la Tierra, la sonda Voyager 1 se encamina a las estrellas. Tarde o temprano, la resistente nave espacial se despedirá del Sistema Solar e ingresará en un nuevo ámbito del espacio, la primera ocasión en que un objeto hecho por el hombre traspase esa frontera.
Quizás nadie en la Tierra disfrutará tanto el momento como Ed Stone, de 76 años de edad, quien ha trabajado en el proyecto desde el principio. "Estamos ansiosos por salir y encontrar lo que hay ahí fuera", dijo.Cuando el Voyager 1 y el Voyager 2 de la NASA salieron disparados de la Tierra en 1977, nadie sabía cuánto tiempo iban a sobrevivir. 


Hoy son las naves que más tiempo han permanecido en operación y las más distantes, a miles de millones de kilómetros de la órbita terrestre, pero en direcciones diferentes. El miércoles se cumple el 35mo aniversario del lanzamiento del Voyager 1 a Júpiter y Saturno.
En la actualidad revolotea alrededor de la periferia del Sistema Solar, que está envuelto en una burbuja de plasma gigante. Esta zona caliente y turbulenta se produce por una corriente de partículas cargadas procedentes del Sol. Más allá de la burbuja se halla una nueva frontera en la Vía Láctea: el espacio entre las estrellas

Una vez que se abra camino a través de está zona, los científicos esperan un ambiente, en comparación, más tranquilo. Nadie sabe cuándo va a ocurrir, pues el Voyager 1 se encuentra en territorio celeste desconocido. Una cosa está clara: la frontera que separa el Sistema Solar y el espacio interestelar está cerca, pero cruzar ese umbral podría tomar días, meses o años.
El Voyager 1 está actualmente a más de 17 mil millones de kilómetros del Sol. Su gemelo, el Voyager 2, del que se celebró el aniversario de su lanzamiento hace dos semanas, va más atrás a unos 15 mil millones de kilómetros de la estrella del Sistema Solar.
Las sondas todavía funcionan a pesar de ser reliquias de los primeros tiempos de la era espacial. Cada uno sólo tiene 68 kilobytes de memoria en el computador. Para poner esto en perspectiva, el iPod más pequeño es 100 mil veces más potente. Cada uno también tiene una grabadora de cinta de ocho pistas, mientras que las naves espaciales de hoy utilizan memoria digital.
El objetivo original de los Voyager era visitar Júpiter y Saturno, y enviaron postales de la gran mancha roja de Júpiter y los brillantes anillos de Saturno. También un torrente de descubrimientos: volcanes en erupción en la luna Io de Júpiter; indicios de un océano bajo la superficie helada de Europa, otra luna de ese planeta e indicios de lluvia de metano en la luna Titán de Saturno.
Luego el Voyager 2 luego viajó a Urano y Neptuno. Sigue siendo la única nave espacial que ha volado cerca de esos dos planetas exteriores. 


El Voyager 1 utilizó Saturno como una honda gravitatoria para catapultarse hacia el borde del Sistema Solar. "Una y otra vez, el Voyager reveló resultados inesperados, en cierto modo contraintuitivos, lo que significa que tenemos mucho que aprender", dijo Stone, científico en jefe del Voyager y profesor de física en el Instituto Tecnológico de California.
En la actualidad, un grupo de diligentes ingenieros escuchan a los Voyager en un campus satélite no muy lejos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA, que construyó las sondas.
La sala de control, con sus cubículos y alfombrado, podría confundirse con una compañía de seguros de no ser por un letrero azul que dice "controlador de la misión" y una advertencia en un computador: "Hardware fundamental de la misión Voyager. ¡Por favor no tocar!" Ya no quedan científicos asignados a tiempo completo a la misión, pero 20 trabajan a tiempo parcial para analizar los datos que envían.
Dado que las naves están tan lejos, se necesitan 17 horas para que una señal de radio del Voyager 1 llegue hasta la Tierra. En el caso del Voyager 2, toma cerca de 13 horas.

Las cámaras a bordo de los Voyager se apagaron hace mucho tiempo. Las naves de propulsión nuclear, del tamaño aproximado de un automóvil compacto, todavía cuentan con cinco instrumentos para estudiar los campos magnéticos, los rayos cósmicos y las partículas cargadas del Sol conocidas como viento solar.
Tienen también discos dorados que contienen saludos en varios idiomas, música e imágenes, por la remota posibilidad de que se encuentren con especies inteligentes. El Voyager 1 ha estado explorando desde 2004 una región en la burbuja en los límites del sistema solar donde el viento solar disminuye drásticamente y se calienta.
Durante los últimos meses, los científicos han observado cambios que sugieren que el Voyager 1 está a punto de cruzar el umbral. Cuando lo haga, será la primera nave espacial que explore entre las estrellas.

La misión doble hasta el momento ha costado 983 millones en dólares de 1977, lo que se traduce en 3 mil 700 millones de dólares de hoy. La nave tiene suficiente combustible para funcionar más o menos hasta el año 2020.Para ese momento, los científicos esperan que el Voyager ya esté flotando entre las estrellas. 



Concebidas como parte del proyecto Mariner, que fueron una serie de sondas hechas para explorar los planetas interiores, como Mercurio, Venus o Marte, Las dos Voyager fueron rediseñadas para visitar los planetas exteriores gaseosos, desde Jupiter hasta Neptuno.

La primera en ser lanzada fue la Voyager 2, y 16 días después, la Voyager 1. Pese a esto, esta última es la que ha alcanzado más velocidad de desplazamiento, gracias a los tirones gravitacionales que ha sido objeto. Inclusive, su velocidad es mayor a la novedosa New Horizons, que se dirige a toda prisa hacia Pluton (la cual se espere llegue a mediados del 2015).

 Aunque la fama ha recaído más en las sondas Pioneer, debido a la inscripción que tienen, que fue hecha por Carl Sagan, en realidad estas terminaron por pasar a segundo término, debido a que a mediados de los noventas, dejaron de funcionar, por lo cual solamente se han podido calcular sus trayectorias, sin tener fe realmente de su posición.

 Por lo tanto, las Voyager se volvieron las "abanderadas" de la exploración extraespacial.


 Luego de que la Voyager 1 analizara a Jupiter y Saturno, dando imagenes increíbles de ambos planetas y que inclusive hoy forman parte de muchos libros, tanto nuevos como viejos, se aprovecho el tirón gravitacional dado por Titán, la mayor luna de Saturno, para que la Voyager saliera volando, literalmente, fuera del Sistema Solar, dandole una misión extra a la sonda. 
Debido a que usa radioisótopos como combustible, esta sonda, junto con su gemela, si han podido seguir siendo rastreadas, e inclusive alguno de sus instrumentos aun siguen funcionando, para medir ciertos parámetros, como de calor o de energía, así de transmisión de señal constante.

 Por su parte, la Voyager 2 no se acerco tanto a Saturno o Jupiter, sino enfoco más sus estudios sobre Urano y Neptuno. Nuevamente, muchas imagenes que se encuentran hoy en día de estos dos gigantes gaseosos, provienen de las imagenes captadas por esta sonda. Igualmente, su estudio de las diferentes lunas de Jupiter y Saturno, nos permitió ampliar el número de satélites que tienen estos dos, ya que antes de la exploración, el número de lunas de Jupiter llegaba a los 19 apenas, cuando hoy se cree al menos hay un promedio de 50 lunas y otros tantos objetos extraplanetarios.
 Debido a esto, su trayectoria ha sido más tortuosa y por consecuencia, los tirones gravitacionales no han sido tan potentes, salvo el de Saturno, que le permitió la exploración de los últimos dos planetas del Sistema Solar y posteriormente, usarla como su hermana gemela, en explorar los confines del sistema.

Tal vez lo más destacado de ambas sondas, es la presencia de un disco dorado, de esos de 70rpm, tipo acetato, que aunque no es tan característico como la inscripción de las Pioneer, si son ricos en información, como el tener almacenados saludos en diferentes idiomas, como imagenes y otros datos de la cultura humana.


No niego que esta info, aunque parezca irrelevante, a mí me emociona y bastante. El ser humano ha explorado el Sistema Solar, pero aun no ha salido de él. La Voyager 1 se puede convertir en el primer objeto construido por humanos, en salir de esta zona, lo cual es un hito en la exploración del espacio.

 Ahora espero con emoción la llegada de New Horizons a Pluton, en el 2015 (y aquí entre nos, aunque ha sido renombrado como planetoide por la UA en el 2005, yo lo sigo considerando planeta. Seeh, me sale lo freak).

 Saludos a mi Hinata-sama :3, así a quienes gustan de la exploración del espacio.

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