"Sherlock" se ha convertido en una de la series emblema de la cadena británica BBC en los últimos años. Cuando salió en el 2010, en primera instancia parecía un pleito peleado con la película que el realizador Guy Ritchie había hecho con la superestrella Robert Downey Jr. y Jude Law. Irónicamente, el serial resultaría a la larga mucho más exitoso, al grado que un trailer de la cuarta temporada fue exhibido en la famosa San Diego Comic Con de este año.
Personalmente no llegue a esta serie, hasta que un compañero me hablo de la misma de manera muy velada en el 2011. Así que aprovechando que tenía "Internet" de manera libre en el trabajo, no tarde en descargarme el episodio de manera descarada en mi entonces laptop. Aunque las descargas es algo habitual, el ver el contenido lo llego a retrasar bastante (como prueba, este episodio de la Novia Abominable lo baje en enero y apenas hace 3 meses comencé a verlo un poco, para rematarlo hace unos días), esto debido a que tengo mucho material acumulado.
Sin embargo, Sherlock en su momento fue una excepción y vaya sorpresa que me lleve con la serie. Desde el primer episodio me volví fanático de la misma (no en balde, Sherlock Holmes es uno de mis personajes favoritos) y durante estos 6 años he estado siguiendo la serie sin parar. Sin embargo, este episodio "cero", una especie de especial navideño, casi me lo pierdo por la cantidad de cosas que tenía pendientes (y claro, de trabajo, lo cual agradezco).
Por suerte, como dije previamente, hace unos días aprovechando la planchada, me chute lo que me faltaba del episodio y debo decir que me gusto bastante, estando a la altura de sus episodios predecesores. Así que vamos directo a mi comentario personal sobre "La Novia Abominable".
Argumento: Sherlock Holmes es un famoso detective del siglo XIX. Acompañado por su fiel ayudante, el médico militar John Watson, se encarga de resolver los misterios que rodean a la capital del Imperio Británico. Es cuando un caso extraño cae en sus manos, el de una supuesta novia que ha revivido para matar a su difundo esposo. Al principio desconcertado, Holmes logra resolver el misterio...aunque en realidad este es una especie de retrato en espejo del mayor misterio que enfrenta el Sherlock...del siglo XXI: ¿Moriarty aun vive?
Comentario personal: Nuevamente Steven Moffat vuelve a darnos un libreto muy característico, el cual consiste en ser una pista importante...en el camino equivocado, lo cual a muchos les puede generar una mezcla de asombro, terror y también de sorpresa. Sin embargo, también una marca muy característica y que también puede ser muy predecible. Moffat es el autor de los mejores guiones de la serie de Doctor Who, pero también de algunos de los más lentos e infumables. Muchos comentan que es el estilo inglés de hacer las cosas, aunque a mi opinión siempre me parece un pelín exagerado y hasta dramático, lo cual el personaje emblemático de Arthur Conan Doyle critica de manera velada (esto cuando habla de la prosa detallista de Watson).
Aunque la reseña y los inicios de este capítulo especial pueda darnos a entender que estamos viendo una versión "vieja" de Sherlock Holmes, a media historia es cuando nos enteramos de su nexo con la original y de una forma que me pareció simple pero original: el Holmes del siglo XIX en realidad es una especie de fantasía onírica que vive dentro del "palacio mental" de nuestro protagonista (y el cual, desgraciadamente se llega mediante una marcada intoxicación con algunas sustancias ilegales).
Sin embargo, la forma de cerrar el caso nuevamente es muy característico de Moffat, ya que la explicación final, justo cuando Moriarty y Holmes pelean en Reichenbach, me pareció muy forzada. Una suerte de guiño bastante barato y descarado a los fans del antaño Sherlock (y también para mostrar, otra vez, el cariño que Holmes ha desarrollado por Watson...e inclusive por su esposa).
Fuera de este chasco, el resto del episodio me pareció una excelente adaptación, muy victoriana, de un caso normal de Sherlock Holmes, pero no el de la BBC, sino el literario: tenemos un misterio que rompe con la barrera de lo real, un Holmes que no cree en esas cosas, un Watson equilibrado y que se pelea constantemente con él y con su esposa, un Mycroft que esta genial, tanto en su caracterización física como en su personalidad (metiéndole el pie a su adorado hermano mientras sigue engordando como vaca) y sobre todo, con unos secundarios que esconden más secretos de lo que parecen. El episodio se me paso volando (ya una vez que lo disfrute por segunda vez) y tiene un ritmo frenético.
Cierto que comenté que Moffat fue el guionista, pero también estuvo Gatiss y siento que este hombre (aparte de hacer a un estupendo Mycroft) sabe nivelar bien a los personajes de Sherlock y darles ese aire bastante clásico (y por supuesto, sin dejar de hacer guiños constantes a la obra original), así de un humor británico muy característico (lo cual se refleja más en los diálogos chuscos que en una alguna situación disparatada).
Pero no solo tenemos una gran historia, sino la recreación del Londres del siglo XIX estuvo genial, como los carruajes, los vestidos y también en algunos detalles (en especial cuando Holmes usa retazos de diarios en lugar de mensajes de celular). David Arnold hace igual un trabajo fabuloso con la música, ya que remixea el tema original de una forma mucho más clásica y que inclusive se parece más a la banda sonora que uso Hans Zimmer con la versión fílmica con Robert Downey Jr.
Otra de las cosas que no me gustaron tanto fue la especie de crítica mordaz a la condición femenina, pero representada con Molly, que en un momento la vemos vestida como hombre, esto según para pelea por su condición como médico forense. Por supuesto, el final la reinvidica un poco, pero sí me pareció un tanto jalado de los pelos. Lamentablemente, otro que sí cayo también en las cosas que no me gustaron, fue como adaptaron al Moriarty del siglo XIX. En lugar de reacondicionarlo (tal como hicieron con Holmes, cambiándole el cabello o con Watson, agregándole el bigote), lo dejaron tal y como está, solamente con un traje de la época y con el mismo aspecto de siempre. Hubiese sido bueno que su caracterización hubiese sido más de los libros (con un aspecto encorvado y con un ligero movimiento de la cabeza como si fuese una serpiente. Sí, Andrew Scott no necesita eso con sus gestos y su voz, pero diablos, habría sido genial).
En conclusión, "La novia Abdominable" me pareció un buen especial de Sherlock. La conclusión final me pareció un poco forzada, pero eso no demerita a un episodio muy "clásico" y que fuera del aspecto onírico, en realidad resulta bastante ameno y divertido. Algo que me gusto es que el capítulo no necesito apoyarse en la interpretación de Cumberbatch o de Freeman para darle realce, sino la propia historia es tan buena que sobresale por sí sola. Bastante recomendable, aun pese a que muchos lo criticaron como un tanto extraño o hasta predecible.
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Saludos a mi Irene Adler :3, así a quienes gustan de este tipo de series.
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