Ya como había comentado en otra entrada, en la decada de los noventas, comenzaron a profilerar lugares donde podías rentar un juego y jugar desde 15 minutos hasta donde quisieses. Se podría decir que fueron el previo a los cybercafes.
No solamente podías jugar en las consolas que allí tenían, sino también podías rentar videojuegos, por una módica cantidad por determinado número de días.
Una desventaja de haber tenido tenido un NES cuando aun estaba el furor del SNES, fue que no podías jugar los juegos de última generación. No obstante, eso te permitía jugar juegos de NES, que aun tenían la suficiente calidad para rivalizar con los de su hermana mayor.
El siguiente juego que voy a reseñar, no era de los mejores para la NES, ni siquiera fue lo suficiente popular. Sin embargo, para un servidor, fue el parteaguas de una temporada donde me la pasaba tardes y tardes jugando sin parar, junto con mi alocado hermano.
The Flintstones: The Rescue of Dino & Hoppy es un videojuego lanzado en 1991 por la compañía Taito para el sistema de entretenimiento NES. Está basado en la serie animada homónima.
El juego consiste en controlar a Pedro Picapiedra en una gran aventura para derrotar al malvado hombre Dr. Blutler, que secuestró al dinosaurio Dino y al canguro Hoppy, y se los llevó al futuro. Toda la acción se desarrolla reconstruyendo una máquina del tiempo del amigo de Pedro Gozoo the Great, cuando pasemos niveles. Para rescatar a Dino y Hoppy del futuro y localizar al hombre malo Dr. Blutler, debemos ayudar a Gozoo a obtener todas las partes de la máquina del tiempo que ha sido destruida por el dr. Blutler para evitar que los Picapiedra y los Mármol lleguen al futuro.
Ya en el futuro, Pedro Picapiedra interactúa con Super Sonico, de la serie "The Jetsons" (Los Super Sonicos en Latinoamérica).
La primera vez que me tope con The Flinstones, fue a mediados de 1992. Entonces estaba iniciando la secundaria, así que el cambio brusco de ambiente, tanto físico como social, me hizo "enclaustrarme" en mi casa y dejar de salir. Digamos, viví mi prima-adolescencia de distinta manera de los chicos de mi edad. Deje la fiesta por la casa y el salir con niñas, por los videojuegos (de allí que sea tan tarado para tratar a una mujer, mejor ejemplo mi esposa xD).
Así comence una espiral de geek videojugador que se prolongo hasta la ida a la universidad. Mientras, me la pasaba muchas horas jugando y tratando de pasar cada juego que iba alquilando o pasando por mis manos.
The Flinstones había salido en 1991 y era recomendado como un juego divertido, pero con cierta dificultad, lo cual comprobe la primera vez que lo jugue.
Tenemos a Pedro Picapiedra, que debe recorrer todo el mundo prehistórico conocido, incluyendo zonas medio extrañas, como el Castillo (cosa rara para aquella época, segun), hasta la zona oriental, que tenía claras referencias a la China medieval, todo para llegar a juntar las partes de la nave de Gazoo, viajar al futuro y así enfrentar al científico loco que secuestro a las mascotas de Pedro y Pablo. Como bonus, tenemos a Supersonico, como un personaje que nos echa la mano en el futuro (la batalla final se desarrolla en la vasta y peligrosa Ciudad Órbital).
La primera dificultad del juego es su control. Realmente, los de Taito hicieron honor a Pedro, ya que el personaje es medio pesado, tiende a patinar y es lento. Aunque tiene su poderosa maza, se hace patente ver como tienes que hacerlo en el momento adecuado, ya que sino, el enemigo lo hace primero. Luego, el juego es de tipo plataforma, por lo cual esta plagado de obstáculos naturales, como saltos largos o de nivel a nivel, lo que ocasiona que sino mides bien el salto, te vayas directo al precipicio. Los stages del Castillo o Hielo son altamente díficiles, el primero por la gran cantidad de enemigos que ronda, mientras el segundo hace hincapie en la superficie resbaladiza, lo cual hace que Pedro patine, más que de costumbre.
Aunque los enemigos de cada nivel no son tan díficiles, cosa distinta es con los jefes, que por momentos, resultan ser dolores de cabeza serios.
Pese a todo, recuerdo que luego de una semana, logre llegar a la zona oriental. Curiosamente, me pasaba como el mexicano promedio: era capaz de hacerla estupendamente en zonas díficiles, pero con la última, no lograba pasar. Esto fue en el caso de la zona oriental, que me costo lágrimas, sudor y sangre, literalmente, pasar y llegar al mero final, donde si daba guerra el último enemigo, pero parecía más sencillo, comparado con los boss de los otros stages.
Aun con la dificultad, el juego me parecía divertido, me entretenía la música y la temática, pero en especial, el juego de baloncesto, con el cual podías ganar las habilidades de Gazoo, que resultaban bastante útiles en ciertos escenarios, ya que evitabas peligros o problemas. Claro, el gasto era en piedrolares, que luego podían serte de utilidad.
Aparte del dichoso garrote, Pedro podía tener a su disposición, 3 armas que igual consumían piedrolares. Me gustaban en especial, los huevos explosivos, que eran geniales, pero consumían más dinero, inclusive que las habilidades especiales de Gazoo.
En fin, que ahora recordando, no puedo dejar de pensar en aquellas épocas. Nuevamente digo que todo parecía más sencillo, más divertido.
Como dos datos curiosos, este fue otro de esos juegos donde mi hermano y yo nos turnabamos en jugar. Curiosamente, mi bro podía con los niveles díficiles, pero igual que a mí, nos quedabamos atorados en la zona Oriental. El otro, es que luego de que acabe el juego al menos 2 veces, ya luego no pude llegar al escenario final. Supongo tuve un trauma al respecto, como me paso con el juego de Félix el Gato.
Pero eso, es otra historia :3.
Saludos a mi Wilma, así a quienes gustan de estos juegos mezosoicos.
Yo jugué mucho un juego de los Picapiedras pero me parece que no era éste, apostaría porque era de SNES. Recuerdo noches que pasaba despierta con mi hermano jugando y jugando. Good old times.
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