Cuando mi mujer y un servidor estábamos recién casados, tuvimos el típico trajín de juntar nuestras cosas en donde vivíamos. Eso involucraba desde ropa, pertenencias personales como libros y zapatos, hasta mangas. Como es normal, mi esposa comenzó a leer mis colecciones que tenía (Rurouni Kenshin, Dragon Quest, etc. etc.). Sin embargo, ella no tardo en recomendarme las suyas, las cuales incluían mangas shoujos como Fruits Basket o Karekano.
En la entrada dedicada al manga de esta última serie comenté que el anime me había dejado un mal sabor de boca (Hideaki Anno y sus loqueras), pero que al momento de leer la obra original recupere mi fe en la franquicia. Extrañamente, eso no me pasaba con Fruits Basket. Es más, el anime era una de mis prioridades en su momento, ya que los críticos lo habían tenido en alta estima en su momento. De forma lamentable, debido a la cantidad de trabajo y la falta de un buen fansub, no había podido visualizarlo y por ello, no tarde en chutarme la colección de mi esposa.
Ya había tenido contacto con el manga. Es más, hasta había comprado el primer tomo en su momento, pero el arte extraño de la autora como la disposición de sus paneles me habían vuelto loco, así que volvía a tener reservas sobre si leerlo o no. Mi mujer sencillamente optó por darme un tomo avanzado y que viera la historia personal de una de las amigas de Tohru, Outani. Esto fue suficiente para que me fuese como gordita en tobogán y en menos de diez días ya me había leído la serie de golpe y porrazo.
Debo decir que "Fruits Basket" es de los mejores mangas de su género que me ha tocado leer y disfrutar. Y vamos a ver adelante porque...
Autora: Natsuki Takaya nació en 1973 y comenzó sus pininos a principios de la década de los noventas en la revista Hana to Yume de la Editorial Hakubensha (esta última, que ya hemos dicho en otras entradas, fue originalmente parte de Shueisha, pero opera de forma independiente) haciendo varias historias cortas. Fue hasta mediados de los noventas cuando publicó su primera historia larga que apenas abarco un tomo.
Sin embargo, el éxito llego con Fruits Basket en 1998 llegando a ganar inclusive un premio Kodansha en el rubro de mejor manga shoujo, esto en el 2000. En el 2001, un anime por parte del estudio Deen adapto los primeros 6 tomos del manga, llegando a tener 26 capítulos en su totalidad. El manga acabo en el 2006, teniendo en su totalidad 23 tomos recopilatorios. En México fue publicado por Editorial Vid con la misma cantidad de tomos, esto entre finales del 2005 y principios del 2007. Debido a que el manga en México llegó a alcanzar la recopilación final en Japón, los últimos tomos llegaron con cierto atraso. Este manga se convirtió en una joya en su momento y aunque no fue contemplado por Vid para ser de su primera línea, pronto se volvió de los más populares de la línea shoujo, al grado que trataron de traer más de corte similar (lo cual ya no pudo ser posible debido a la quiebra).
Argumento: Tohru Honda es una chica que acaba de perder a su madre en un accidente. Huérfana también de padre, en su momento decide a vivir con su abuelo. Sin embargo, este al verse comprometido con ciertas reformas en su casa, hace que Tohru prefiera vivir sola, en una casa de campaña, en unos terrenos baldíos cerca de la escuela. En el trayecto a la escuela conoce a los primos Souma, Yuki y Kyo, que son de cierto abolengo, aunque le reclaman de que porque acampo en dicho terreno, ya que resulta ser de ellos (más bien de su primo Shigure).
Tohru, al volver a su tienda de campaña, descubre que la lluvia inundó el terreno donde estaba. En ese momento Kyo y Yuki aparecen para ayudarla y llevarla a vivir con ellos, bajo el beneplacito de Shigure. Por un accidente, Tohru descubre que ambos primos están bajo una maldición que los convierte en los animales del Zodiaco chino al ser abrazados por alguien del sexo opuesto. Sin otra opción que guardarles el secreto, Tohru comienza a convivir, no solo con ellos, sino con los otros miembros de la familia Souma.
Comentario personal: un problema del cual adolecen las series shoujo en general es el de establecer una historia donde los personajes giren a su alrededor. Generalmente es al revés, donde los contextos de los protagonistas hacen que la historia vaya avanzando (aparte de sus complejos y traumas). Fruits Basket no es la excepción, ya que en sí vemos el trayecto que hace Tohru en conjunto con la familia Souma (en especial Yuki y Kyo) mientras vive en su casa durante los tres años de preparatoria. Sí, en el camino vamos descubriendo a los restantes "maldecidos" y como es que nació dicho hechizo y por supuesto, como Tohru logra erradicarlo de una manera u otra. Así también, como es normal, se va enamorando de uno de los chico Souma y con el cual deciden formar su familia aparte, en un signo de independencia.
Viéndolo así, Fruits Basket no ofrece nada fuera de lo común. Donde radica su fuerza es en la complejidad de cada personaje de la familia Souma, incluyendo a la propia Tohru y sus dos mejores amigas: Outani y Saki. El manejo que ofrece la autora con cada protagonista es buenísimo, hasta diría que es excelente. En general los mangas shoujo abusan demasiado del drama y nos crean personajes movidos en la tragedia, al grado que resultan un tanto lejanos. En cambio, cada integrante de Fruits Basket nos da un panorama no solo potente de porque están allí, sino como es que su personalidad se fue formando con lo que vivieron, aparte de tener un fondo real tanto psicológico como familiar aceptable.
Cada historia resulta ser diferente a la otra y no se parecen en absoluto, lo cual hace que el abanico de tramas sea fenomenal, ya que en algunos capítulos tocamos la ira que tiene Kyo sobre la familia por su condición de atestado, mientras en otro vemos porque Shigure defiende tanto a Akito pese a lo que ha lastimado a la familia con sus traumas.
Para rematar, cada trama esta enlazada de tal forma que ves porque no es tan sencillo dejar a la familia Souma o aceptar su propio destino (claro, hasta que llega Tohru y por su actitud comienza a mover los engranes, pero al grado que ella también va cambiando con todos los demás). Esto se ve en especial con Isuzu, que pese a haber perdido su transformación en el caballo, sigue haciendo compañía a Akito por la culpa. Sin embargo, el naciente amor que va sintiendo por la impetuosa Outani hace que comience a cambiar su forma de ver las cosas. No obstante, Outani también le cuesta trabajo decir lo que siente, ya que en el pasado fue lastimada por su madre que le abandono.
Esta maraña de complejos, traumas y problemas tan comunes hacen que la trama sea estupenda en ciertos momentos y que no caiga en un dramón barato de telenovela, al contrario, es como si nos hiciera vivir realmente lo que pasan los protagonistas. Personalmente no pude dejar de identificar con algunos de los protagonistas, pero no solo con uno, sino con varios de ellos que viven o experimentan en un nivel muy parecido a lo que yo tuve en diferentes etapas de mi vida.
Sin embargo, otra genialidad de la autora es que también es capaz de crear un tercio final muy bueno cuando se da el enfrentamiento entre Akito y Tohru, desatando un final que es de lo mejor que he visto, no solo a nivel Japón sino en general. Extrañamente, el nivel sobrenatural queda mucho de lado y es que en otras historias, el ver como una chica puede convertir con abrazos a los demás en animales, daría mucho juego para gags cómicos y románticos. Sin embargo la autora deja de lado eso y se centra en el contexto psicológico de la transformación y como esta ha llegado a afectar a los maldecidos, que inclusive en algunos los lleva a replantearse el casarse o tener pareja por el temor a que se conviertan en animales. Esto sobre todo lo vi con el personaje loli-shota como Momiji, que en su momento sacaba mucho gag como tierno y adorable, pero la autora poco a poco lo va dejando a lado y se convierte más en alguien sabio (y algo fastidioso) pero sin verse como un niño pequeño. Y es que se nota que se fue evolucionando de algo divertido y sencillo a una trama más adulta.
Este punto de realismo con tragedia, lejos de resultar fastidioso y hasta empalagoso, en realidad le pega bastante bien a la serie, la cual igual va madurando conforme la autora avanza en la misma. Al principio parece cómica, pero los chistes van desapareciendo (aunque no en su totalidad) y se da a algo mucho más serio y complejo. Por supuesto, de repente las resoluciones que mete la creadora para algunos traumas es demasiado simple y sencilla, pero resulta bastante amena y sin dejar demasiadas cosas al aire.
Por supuesto, hay personajes que se roban el show como Kyo, Tohru o Yuki, pero los que le rodean también tienen algo que contar, en donde destacaría igual a los padres de Tohru, donde sus andanzas para estar juntos son de un tono muy épico pero a la vez dramático. Por supuesto, el personaje de Akito es uno de los que más van cambiando y tiene unos giros de primer nivel, en especial cuando pasa de ser un sujeto despiadado a convertirse en una joven dulce (suena raro, pero tienen que leerlo por ustedes). Es de esos villanos que realmente le tomas aprecio al final (y no como lo manejaron en el anime, que fue muy unidimensional).
En conclusión, "Fruits Basket" es de esos mangas que uno debe leer de forma obligatoria. Con una historia sencilla, personajes entrañables, comedia y drama bien dosificados, así con un diseño bonito.
Inclusive el tono shoujo, este se va girando por algo más seinen por momentos. Divertido, con cierto nivel de comedia, pero sobre todo con personajes con historias propias muy complejas y que están bien entrelazadas, da más para ser una novela que un sencillo manga para chicas. Los romances entre los diferentes personajes no suenan forzados (aunque sí algo fantasiosos, ya que casi cada uno quedo con una pareja, salvo por el pobre Momiji) y tenemos protagonistas que la mueven realmente.
Inclusive, el final me pareció excelente y le dio una buena resolución (algo que los japoneses de repente les falla muy feo), sin dejar nada abierto. Como dije, cuando lo termine quede encantado y aun hoy en día, lo sigo leyendo al menos una vez al año, dejando la misma impresión que antes.
Tal vez el único "pero" es el arte. Al principio empieza feo, no lo niego, pero luego la autora va agarrándole más estilo y ya para los tomos intermedios me parecía bastante bueno. Sin embargo, al final lo hace tan shojo que por momentos no se sentía la misma historia y estaba hasta exagerado. En fin, cuestión más de gusto personal. De todas formas, es muy recomendable y pese a tener ya sus añitos, sigue estando bastante actualizado y con unos momentos que están lejos de caducar.
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Saludos a mi Komaki ^^, así a quienes gustan de este tipo de mangas.
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