El día de ayer fui con mi esposa a ver la más reciente entrega de la saga de Star Trek. Es curioso como esta se ha logrado mantener dentro de mi gusto, más cuando a finales del 2008 pensaba que la primera sería un bodrio debido al cast y a quien la dirigiría (JJ Abrams). Con el tiempo, el grupo me ha ido convenciendo y más cuando la vapuleada "Star Trek in the Darkness" introdujo a Khan en una nueva versión mucho más dinámica.
Por supuesto, también me agrada el tono de los viejos seriales de la saga. Era común en los años ochentas que Star Trek la serie original fuese puesta a cada rato, en especial los sábados por la mañana y posteriormente se hizo lo mismo con La Nueva Generación en ese mismo horario en el canal 5 de Televisa. Lamentablemente, el paso del tiempo me alejo de la serie y ya no pude disfrutar Deep Space 9 o la Voyager como Dios manda (aunque sí las películas, salvo las de la Nueva Generación). Por ello, la saga de Abrams me sirvió de parteaguas para empaparme más de este genial universo.
Así que sin más preámbulos, vamos a la crítica sobre Star Trek 3 y como Justin Lin logró hacer un relevo bastante bueno, aunque siendo sinceros, no fue lo suficiente fuerte y que pese a tener genialidades, también arrastra los errores que tiene su predecesora. Aparte de que esta filmación estuvo salpicada de mala fortuna, en especial con la muerte de Leonard Nimoy y la de Anton Yelchin.
Argumento: Han pasado tres años desde que la Enterprise ha iniciado su misión de exploración así de establecer lazos diplomáticos en nombre de la Federación Galáctica. Sin embargo, el tedio y el aburrimiento comienza a cobrar factura en los tripulantes, por lo cual agradecen un poco de descanso en la más reciente base espacial, la Yorktown. En el transcurso, una alienígena llega apurada a la base pidiendo ayuda ya que su nave fue atrapada en una nebulosa cerca de la base. Kirk se ofrece al rescate, sabiendo que puede ser su última misión ya que le fue ofrecido el puesto de vicealmirante. Sin embargo, él no es el único que esta cambiando sus prioridades, cuando la Enterprise entra en una trampa mortal organizada por un sujeto llamado Krall.
Comentario: Un problema, según los aficionados más añejos y acérrimos de Star Trek con las dos anteriores películas es que Abrams, aunque había revitalizado el concepto y hecho un gran trabajo en la actualización tanto en diseño como en fotografía, es que su trama era mucho más veloz que la estándar y esto provocaba que la franquicia se asemejase a otras, cuando uno de los parteaguas de la misma era de ser un ritmo semilento y con muchas conversaciones. En fin, la tripulación del Enterprise era de tipo diplomática y no militares (lo cual inclusive se habla de esto en la película). Claro, a un servidor no le desagradaba ya que soy hijo de esta generación y prefiero las cosas un poco con más velocidad.
Así que igual sonaba extraño que Justin Lin, un director acostumbrado a la acción tomase el relevo de Abrams, luego de abandonar la saga por hacer Episodio VII. Sin embargo, Lin tuvo el apoyo en el guión a Simon Pegg y Doug Jung que hicieron un excelente trabajo, no solo para darle continuidad, sino también para volver a tener las bases que tanto gustaban a los fans de antaño.
Si lo vemos fríamente, esta película es más un episodio de dos horas de alguna de las series de Star Trek. Así de sencillo. Volvemos a momentos donde hay muchos diálogos que involucran un montón de tópicos, que van desde la política, la guerra, la economía, la colonización, la diplomacia y claro, el quehacer personal. Aunque el ritmo del filme es mucho más pausado que los anteriores, en realidad siento que se va bastante bien. Inclusive, tenemos el problema de las anteriores, donde el primer tercio resulta un poco más tedioso y poco a poco la velocidad va agarrando buena velocidad.
La diferencia radica que ese primer tercio lo siento mucho mejor en este filme y es muy disfrutable, ya que vemos un poco más interiorizados a los personajes, en especial a Kirk y Spock, que ambos se encuentran con una decisión personal muy difícil. Claro, el resto de los personajes podrán resultar comparsas, pero también se apegan a lo visto en la serie, en especial el Dr. McCoy, que ya en las anteriores películas, había dicho que Karl Urban estaba haciendo un formidable trabajo. Acá lo vuelve a hacer y realmente disfruto la personalidad de este cascarrabias (en parte porque me identifico tanto por carrera como por forma de ser), pero más aunado a que ahora tiene que darse de piques con Spock, lo cual en la vieja serie era una delicia ver a alguien tan tranquilo y otro que no paraba de gruñir todo el tiempo.
Y es que la química entre los personajes esta muy lograda por todos lados. Al fin vemos a la tripulación del Enterprise haciendo equipo en todo momento y no queda mal, al contrario, por sus comentarios así como interacción, es de sorprender como Lin realmente logro sacarle brillo a los actores. Inclusive, Chris Pine que llegaba a caerme mal por ser tan poco expresivo, aquí lo vemos con un carisma muy parecido al de su predecesor, William Shatner.
Por supuesto, otro beneficiado es el propio Pegg, que se da muy buenos diálogos y una interacción fabulosa con Jaylah (Sofia Boutella) y que este último también resulta un personaje de lo mejor, ya que combina un arte de supervivencia con cierta inocencia, resultado de ser una joven que fue abandonada desde muy joven y tuvo que aprender a valerse por sí misma.
Sin embargo, fuera de esto, la película adolece de tres grandes problemas que le bajan de nivel. El primero es que tenemos un villano clásico de Marvel. Es decir, soy malo maloso pero mis motivaciones son absurdas y mal desarrolladas. Sí, suena bien en el papel que Krall fuese el antiguo capitán de la USS Franklin y que se haya amargado. Pero lo ponen de tal forma y tan poco que no me resulta convincente. Para rematar, sus propios sidekicks también resultan poco trabajados. Desde la chica que engaña a la tripulación hasta las naves tipo abejas que son luego destruidas con pasmosa facilidad. Esto último se une al último tercio del filme, que resulta muy dinámico pero pobremente manejado, ya que de repente pasan muchas cosas, pocas se explican y hay demasiados deux machina.
En otros sitios escuchaba o leía que la película mejoraba. En mi lugar siento que va para abajo y es que la acción curiosamente queda fuera de lugar y resulta tan de golpe porrazo que se siente metida a la fuerza. Aparte de que la cámara en mano que usa Lin es horrorosa. Algunas escenas de acción casi no distinguía nada. En un principio agradecí no ver los reflejos que le encantan a Abrams, pero sus escenas de acción estaban mejor filmadas y hechas, mientras acá Lin de plano abusa tanto de esa cámara en mano que por momentos me mareaba. Siento que esto le quito mucha potencia al filme, en especial con la taquilla secundaria, esa que va tiempo después del estreno.
Y es que hay momentos estupendos. No solo hablo de las continuas referencias al universo original (desde la propia USS Franklin hasta la foto que Spock ve con la tripulación original), sino también de la música (donde Giacchino vuelve a dar la nota alta luego de algunos trabajos mediocres) e inclusive las alusiones a los trajes antiguos (con las mangas y el corte), realmente me hizo emocionarme por momentos, al grado de hacer el saludo vulcano (mientras mi esposa entornaba los ojos).
Por cierto, el doblaje estuvo bastante bien y aunque me quejaba del mismo en la primera película, ha ido mejorando de manera considerable y ahora me encantan las voces que utilizan para el mismo. Inclusive Edson Matus se escucha como un estupendo Kirk con su interpretación.
En conclusión, "Star Trek Beyond" (Sin Límites) es una buena película de la franquicia y supera en emotividad y química a las dos anteriores, donde destaca la interacción entre los protagonistas y unos diálogos entre filosóficos y cómicos muy bien dados, sin caer en el chiste fácil. Sin embargo, la falta de un villano adecuado y una acción que de repente me suena muy forzada así sobrada (hay muchos minutos de peleas y disparos, pero que no te llegan a emocionar), hace que la película tenga cierto decaimiento, en especial en el último tercio.
No obstante, es bastante recomendable y es de una película buena, superior a las vistas en este verano, aunque no exenta de ciertos errores que de haberse evitado, bien pudieron haberla puesto como una de las mejores de la franquicia. Personalmente, me la pase muy bien y aunque no salí brincando como con la anterior, más bien me despertó ese sentimiento de nostalgia, como cuando veía alguna de las series de televisión.
Por cierto, no haré comentarios sobre lo que paso con Hikaru Sulu. En eso, no puedo dejar de estar de acuerdo con George Takei y la posición que fijo cuando le comentaron de dicha situación. No pienso discutirla porque el mismo Takei dio unos motivos que son muy contundentes.
Lo triste es que la película estuvo dedicada a Yelchin y a Nimoy. A lo cual, también les dedico esta entrada, donde quiera que estén. Larga vida y Prosperidad.
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Saludos a la dueña de mis quincenas que me acompaño pese a los panchos que le hago pasar jeje, así a quienes gustan de este tipo de filmes.
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