Siempre recuerdo con nostalgia los años Ochenta, pero como he dicho en algunas entradas, los Noventa no estuvieron tan mal. Por supuesto palidecen ante la luz que emanaba su década predecesora, pero no puedo negar que mucho de lo que vi y viví en aquellos años me marcaron de una forma u otra. De estas cuestiones, se desprende mi gusto por la lectura.
Mi gusto por los libros llego tarde, casi a mediados de mi adolescencia. Sin embargo, leer ya era un hábito bastante fuerte en mi casa, no solo por las enciclopedias que tenía mi padre, sino por el periódico que compraba casi cada semana. Precisamente, el fue fuéramos a un conocido estanquillo de revistas ("La Canasta") en la ciudad donde vivíamos, fue como mi hermano y un servidor comenzamos a adquirir varios tipos de revistas. Desde aquellas de corte científico hasta las de entretenimiento. Pronto, en cuestión de un par de años, teníamos el cajón lleno de revistas (ante la consternación de mi pobre madre).
De forma lamentable, las magazines o las revistas han ido cediendo su terreno frente a la Internet. Hoy en día es más fácil agarrar un celular, una Tablet o una PC para buscar algo, en lugar de checar un montón de revistas, página por página. Sin embargo, la experiencia de sentir el papel al momento de hojear, así el olor que desprendía la tinta impresora era una experiencia sin igual, muy similar a los que somos románticos de los libros clásicos (aunque ya he comentado que los formatos digitales han dejado de darme molestias).
Por lo tanto, la siguiente entrada es otra oda a la nostalgia y más a las revistas que marcaron mi forma de ver las cosas y también mi cultura. De repente mi mujer me dice que soy un libro con patas, pero mucho de ese conocimiento vino de este lugar, antes de que llegaran los libros de forma definitiva.
-Selecciones del Reader´s Digest.
Uy, como me encantaban las portadas con su índice. |
Fundada en 1922, esta revista comenzó como un magazine que pretendía recolectar artículos interesantes y relacionados más con el tema de la familia (como anécdotas navideñas, historias de amor, de supervivencia real, así de cierto conocimiento práctico o cultural). Fue tal su popularidad durante la Segunda Guerra Mundial que pronto hubo una edición en español que era editada en Cuba. Con el triunfo de la revolución de Fidel Castro, la edición en dicho idioma comenzó a hacerse tanto en México como en Argentina. Para los años ochentas, la popularidad de la revista fue tal que había una edición para cada país de Latinoamérica (lo cual se marcaba en la parte inferior de la revista, donde estaban sus precios por regiones). Debido al auge del Internet y a cambios editoriales, entró en crisis y solo se mantuvieron 3 ediciones (la mexicana, argentina y española), las cuales siguen de forma mediana hoy en día.
Selecciones era la típica revista que encontraba en los consultorios médicos o dentales en aquellos años. Así que mientras uno estaba en la sala de espera, me las chutaba como podía. Aunque hoy en día puedo decir que los artículos escritos eran bastante sencillos y en ocasiones tendenciosos (muy hacia la "derecha" por así decirlo), el grado de cultura y de sapiencia que te daban para aquellos años era bastante. A tal grado llegó mi afición por la misma que mi padre se suscribió a la misma para 1995. Durante al menos dos años no deje de recibirla y cada mes era un placer estar en el sillón leyéndola de cabo a rabo. Allí me enteré de hechos como lo del terremoto de Kobe o de las Olimpiadas. Lamentablemente, para finales de los noventas, la revista tuvo un cambio editorial muy fuerte y tanto la calidad del papel como los artículos fue bajando. Así termino mi gusto por la revista
-Conozca Más.
Editorial Televisa entró con bastante fuerza en los años Noventa. Como un intento para competirle a editoriales más pequeñas o la propia Vid, creo un montón de revistas o "exporto" formatos de otros países (Como la versión mexicana de "Muy Interseante"). Así vimos revistas como Año Cero que junto con "Conozca Más", llegaron de ser de las más conocidas a principios de los noventa. La introducción de esta llego a ser tal que inclusive se anunciaba por televisión. Tuvo un gran boom cuando la misma se dedico a hablar de los dinosaurios (que se hicieron famosos con la película Jurassic Park), al grado de regalar un videocasete con la historia de los mismos (y que mi hermano adquirió como pudo). La magazine tenía un montón de artículos de interés y con peculiaridades (inclusive fue de las primeras en hablar de que el acero del Titanic era mucho más frágil de lo que se esperaba). Con la llegada del Internet perdió fuerzas a finales de dicha década y tuvo una renovación a mediados de la anterior cuando Quo se fue de Televisa. Aun continua hoy, pero más en formato digital.
Conozca Más fue de las primeras revistas "seudo" científicas que compré en 1990, justo cuando tuve mi primera mudanza en grande. Aun recuerdo como estarla leyendo mientras comía unos ricos bocoles de frijol. De allí me hice fan y ya en su momento mi hermano continuo con dicha tradición. Pero igual con Selecciones, parece que la crisis de aquellos años cambio la política editorial y la revista sufrió cambios que la hicieron peor, pasando exactamente lo mismo: termine diciéndole adiós.
-Ripley, Aunque Ud. No lo Crea.
Ya hice una entrada al respecto sobre el tema de Ripley, pero aquí lo vuelvo a poner porque fue de las magazines que más me marcaron. Apareció en el mercado en 1992 y aunque al principio tomaba al pie de la letra las viñetas de Robert L. Ripley, pronto la política editorial fue yéndose hacia otros derroteros mucho más actuales y sobre todo controvertidos. Ripley llegó a ser la parte "seria" de Año Cero (con datos más contundentes y menos amarillistas) sobre todo en la cuestión de extraterrestres o fenómenos paranormales. La revista llegó a ser un paradigma en lo que hoy es común en los "ranteos" de cosas extrañas o raras en los vloggers. Tuvo tanto éxito que inclusive se hicieron especiales y recopilaciones bastante amenos y entretenidos. Sin embargo, la crisis de 1994 también tuvo esta revista y el abaratamiento del papel como la pobreza del contenido termino por orillarla a la desaparición.
Esta revista junto con la siguiente marcaron mi adolescencia de forma significativa. Los datos que contenía, así lo irreverente como extraño llegaba a niveles de genialidad y sin necesidad de ser amarillistas o enseñar demasiado. Es una lástima que mis recuerdos con la misma estén tan difuminados y que hoy en día casi no me acuerde de alguna que otra experiencia. Sin embargo, me vienen a la mente recuerdos como el de los sábados lluviosos y como me agarra en el centro de la sala a rechutarme todo los números que teníamos disponibles o como varios los llevaba para no aburrirme en alguna consulta médica o compromisos familiares. Tal vez lo que más extraño eran ciertos fascículos recopilatorios que tenían las viñetas originales del autor. Toda una joya.
-Club Nintendo.
Las portadas de Club Nintendo eran geniales. |
Nacida de un formato cuasi artesanal, originalmente era un fanzine de apenas 3 páginas que se vendía de manera limitada en la primera tienda oficial de Nintendo que estaba en el viejo Distrito Federal. Editada y redactada por Gus Rodríguez y Pepe Sierra, sirvió de semillero para lo que fue la Club Nintendo, la cual empezó su tirada en diciembre de 1991. Gracias al apoyo del entonces presidente de Citoh (la distribuidora mexicana de Nintendo), Teruhide Kikuchi, la revista se anunció mediante spots en televisión (así fue como mi hermano y un servidor la conocimos) y tuvo un recibimiento increíble, al grado que en 1993, era de las revistas más laureadas del medio y rivalizaba en popularidad con Nintendo Power, la revista oficial en inglés de Nintendo. Fue tal su apoyo que ni siquiera la crisis de 1994 llegó a afectar su tiraje. Fue hasta finales de 1998 cuando la revista comenzó a sufrir, esto debido a la crisis provocada por la poca venta del Nintendo 64. Aquí se marco el declive de la revista, que logró mantenerse hasta hace dos años, cuando decidieron renunciar al formato en papel e irse directamente al digital, lo cual también llevo a la salida de Gus Rodríguez y Pepe Sierra.
Pienso dedicar toda una entrada a esta revista próximamente, así que no me explayare mucho. Solo puedo decir que la Club Nintendo me acompaño en mi época de adolescente, técnicamente desde 1991 hasta 1997, cuando por razones de estudio y mudanza ya no pude comprarla de manera regular. Sin embargo, cada mes era un deber cuasi religioso ir al puesto de revistas y adquirirla. Inclusive en el invierno de 1992, mi padre nos tuvo que corretear por medio centro del DF para comprar el número que no habíamos adquirido. Igual que ahora hacía frío y llovía, pero el hecho de chutarme la revista junto con mi hermano fue una experiencia bastante agradable para esos años. Inclusive fue la primera en darnos algo de información de anime e inclusive un manga, como el de Street Fighter. Lastima que no fue el cambio editorial lo que la tumbo, sino que su producto principal no pudo mantenerse. Sí, hablo de la poco valorado Nintendo 64.
-Minami
En pesetas..y euros. |
La historia de Minami es truculenta y tiene un montón de chistes bastante suculentos (o morbosos, para ser más educados), que no tiene chiste comentarlos aquí. Igual que la anterior revista, igual hablare de esta y de la que fue su hermana mayor, la Dokan. Minami empezó siendo editada por Lázaro Muñoz, uno de los tantos escritores que colaboraban en Dokan. Debido a sus artículos, la editorial Ares le ofreció su propia revista. Minami empezó como un suplemento especializado, es decir, se enfocaba en un tema en especial, por lo cual sus primeros números estaban dedicados a una serie de anime en particular, como Saint Seiya. Pero pronto esta le termino comiendo el pastel a Dokan y termino siendo la número uno. Por espacio de 8 años fue de las revistas más aclamadas y leídas por los fans españoles, hasta que en el 2006 fue cerrada por desavenencias entre Muñoz y la editorial. Un compañero suyo siguió la batuta pero no se pudieron mantener mucho, ya que un poco después la Editorial quebró, en medio de fraudes y demandas.
Minami fue la sucesora de todas las anteriores. Aunque Conexión Manga tuvo un gran empuje en México, por su manufactura nacional, en realidad parecía un clon de esta, inclusive con los mismos horrores y errores ortográficos y de redacción. Como sea, la primera vez que compre una Dokan fue en 1997 y su precio era bastante alto (60 pesos para la época). En cambio, la Minami era más cara pero se notaba su diferencia en cuanto a temas y calidad. Tarde o temprano me compre un par como pude y me encantaron literalmente, aparte de que tenían un CD mucho mejor armado. Este pronto se convirtió en el caballito de batalla y aquí fue donde saque muchos mp3 y videos (por supuesto piratas). De forma lamentable, pese a que la Minami seguía llegando a México (vía importación, por eso era tan cara), ya no pude comprarla porque entre en crisis a partir del 2000. Por supuesto, antes de arrancarme los pelos en señal de desesperación, fue la temporada en que comenzaron a salir mangas en el país y el Internet comenzó a crecer. Aunque no me dejo muchos recuerdos, la nostalgia de esos "bonitos" años (1997-1999) no se puede olvidar para nada.
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Saludos a mi mujer que ya piensa que estoy bastante viejo (xD), así a quienes gustan de este tipo de nostalgia.
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