Hace unos días se cumplieron los 30 años de la Tragedia del Challenger. Sí soy sincero, para la edad que tenía en aquel entonces, casi no recuerdo mucho del evento, pero en los años posteriores marco un precedente de como muchas personas de mi generación vieron los viajes espaciales. Antes del accidente, la exploración espacial se veía como una alternativa al mundo en que estábamos cayendo (Guerra Fría, declive cultural y económico, aumento de la violencia, etc.). Sin embargo, la desintegración de todo el módulo provoco una reacción en cadena que aun hoy en día estamos viviendo y que inclusive se ha retratado de manera indirecta en muchas películas (como "Space Cowboys").
En sí, la NASA dejo de ser vista como una empresa de primer plano y las investigaciones cayeron a niveles ínfimos, al grado que en tiempos de George Bush Jr., la organización sufrió un severo recorte de presupuesto, lo cual llevo a cancelar definitivamente los viajes en el Transbordador, que se veía como una opción "viable" para reutilizar una nave una y otra vez sin gastar tanto dinero. No obstante, aunque muchos quieren ver esto como una opción de "acierto y error" (lo cual se vió sobre todo con el incidente del Apolo 1), hay que notar que el Transbordador ya tenía fallas estructurales muy importantes desde un principio y la falla que tuvo el Challenger al momento del despegue, no solo vino de circunstancias del momento, sino de una serie de errores desde la misma concepción de diseño.
Lamentablemente, cuando uno espera que las cosas no fallen, termina ocurriendo lo contrario. Y este fue un claro ejemplo del cual hablaremos a continuación.
El accidente del transbordador espacial Challenger se produjo el martes 28 de enero de 1986, cuando el transbordador espacial Challenger (misión STS-51-L) se desintegró 73 segundos después del lanzamiento, provocando la muerte de los siete miembros de la tripulación —Francis "Dick" Scobee, Michael J. Smith, Ronald McNair, Ellison Onizuka, Gregory Jarvis, Judith Resnik y Christa McAuliffe.3 La nave se desintegró sobre el océano Atlántico, frente a la costa del centro de Florida (Estados Unidos) a las 11:38 EST (16:38 UTC). Ha sido calificado como el accidente más grave en la conquista del espacio.
Antecedente: El proyecto Transbordador Espacial (Spacial Shuttle) vino a sustituir el programa Apolo a mediados de los setentas y principios de los ochentas. La idea era hacer los viajes espaciales mucho más frecuentes pero también menos costosos. La NASA buscaba también que las personas se interesasen en los viajes espaciales y por ello, estos eran televisados a toda la nación. El Transbordador vino a ser esa solución durante al menos más de veinte años, construyéndose cinco de ellos (Columbia, Challenger, Discovery, Endeavour y Atlantis).
El diseño del Shuttle paso por muchos cambios, pero el primero es que la nave como el módulo del Apolo 1, tenía que recibir un impulso externo para romper la gravedad terrestre. Luego de varios diseños, finalmente se decanto por un par de cohetes aceleradores sólidos (SRB en inglés) y un tanque de combustible enorme. Mientras este último era desechable, los otros se podían utilizar de manera continua tal como el Transbordador.
El encargado de construir los SRB fue Thiokol, una compañía norteamericana que ya había colaborado con la NASA y que había tenido buenos resultados. El SRB que era modular, se ensamblaba por partes, lo cual facilitaba su transporte y mantenimiento. Sin embargo, desde su concepción en 1972, varios ingenieros externos habían expresado sus dudas con el diseño de los susodichos, en especial con las juntas tóricas, las cuales en el SRB apenas alcanzaban siendo dos.
Antes que eso, ¿Qué diablos es una junta tórica? Sencillamente es una "dona" de plástico o caucho que evita que un comportamiento que se ensambla con otro (y que tiene agua), evite el paso de la entrada de aire y por ello, tanto su entrada como la salida del liquido. Esto "refuerza" el sello entre dos partes y ahorra también que el acabado sea perfecto. Aunque el mantenimiento de una junta tórica es poco, también es delicado a la vez (evitar que le dé el sol o temperaturas muy bajas que pueden endurecerla y perder su elasticidad).
Thiokol desde principios de los ochentas verificó las juntas tóricas de los SRB y notó que tenían fallos estructurales sumamente graves, como los antes mencionados (no aguantaban la temperatura fría y ante presiones con cambios de clima cambiantes, se deformaban o perdían su elasticidad). Por ello, emitió importantes recomendaciones a la NASA para rediseñar los SRB y esperar al lanzamiento de los Shuttles. Sin embargo, debido al gasto y el tiempo, la organización desdeño tales recomendaciones, aun cuando las juntas tóricas alcanzaron un nivel de criticidad 1, es decir, que si esto fallaba, no había forma de detener el desperfecto y por consiguiente, la integridad del módulo estaba en riesgo total de un estallido.
Aquí es donde la NASA y Thiokol se comenzaron a echar la bolita: por un lado, la empresa constructora llegaba a culpar directamente a la NASA si algo grave sucediese. A la par, la organización apelaba a que los ingenieros de Thiokol rediseñasen el SRB a como diese lugar. Sin embargo, ambos finalmente dieron carpetazo al asunto y se escudaron en que habían hablado el problema, pero ninguno quería solucionarlo de manera contundente. Finalmente, las misiones éxitosas del Columbia y del Challenger en su momento calmaron los temores, hasta que llegamos a enero de 1986.
Tripulación del Challenger: Francis Scobee, Michael J. Smith, Ronald McNair, Ellison Onizuka, Gregory Jarvis, Judith Resnik y Christa McAuliffe conformaban la misión STS-51-L (numeración dada en la NASA). Aunque la rutina de la tripulación era simplemente poner sátelites en órbita y hacer mantenimiento, lo destacable es que McAuliffe no era propiamente una astronauta. Era maestra de escuela y había sido elegida mediante un programa para "civiles" de la NASA, con el objetivo de acercar más a la gente con la agencia espacial.
Situación alrededor del despegue: se supone que el lanzamiento del Challenger estaba programado para el 22 de enero. Sin embargo, situaciones como el clima o desperfectos menores, fueron retrasando el lanzamiento, el cual finalmente quedo para el 28 de enero. Sin embargo, el hielo que se formó en el inferior de la nave puso histérico a los de Thiokol. Si ya habían visto por su cuenta que un poco de agua fría a presión, provocaba una enorme deformidad de la junta tórica, el hielo podría hacerla totalmente afuncional. Estos no dudaron en llamar a la NASA y decirles que suspendieran el lanzamiento por ese riesgo.
Sin embargo, la Agencia hizo oídos sordos y continuo con sus planes a como diese lugar. Al contrario, los técnicos estaban ocupados conque pedazos de hielo se desprendiesen y dañasen las cubiertas térmicas que protegían al Transbordador en su reingreso (lo cual lamentablemente ocurriría con el Columbia en el 2003) y que sin ellas, el módulo se haría añicos. Por ello, se descuido el estado de las juntas y se continuo con el lanzamiento.
Algo que se noto en vídeos posteriores a raíz del análisis que se hizo del accidente, fue que al momento del despegue, cuando se encendieron los cohetes (los cuales marcaban una funcionalidad total, haciendo que los supervisores menos hiciesen caso) es que una nube negra salía de uno de los escapes del SRB derecho. Esto muchos lo ven como prueba de que en el momento del encendido, la presión y el hielo ya habían hecho añicos las juntas tóricas y que la entrada de aire hacia el interior del SRB estaba haciendo ya estragos, como doblar el fuselaje del SRB y hacer aun más inútiles las juntas tóricas. No obstante, en esos estudios posteriores, también se vio que una capa de óxido de aluminio se había formado alrededor de la zona y servía por el momento de tapón. Esta cosa hubiese sido suficiente, pero otro detalle más adelante, habría por sentenciar la misión de manera funesta.
El accidente: Finalmente se dio el despegue que fue exitoso en sus primeros 50 segundos. Sin embargo, pocos antes del minuto, se comenzó a ver un penacho de fuego que salía del SRB derecho. Resulta que el cizallamiento del viento (que consiste en una diferencia de velocidad del viento en diferentes puntos), el cual era muy potente en aquel día, termino por fregar el tapón de óxido de aluminio. El combustible líquido comenzó a regarse por todo el SRB derecho y llego directo al fuego del mismo, lo cual provoco un incendio que comenzó a hacer trizas al susodicho. Sin embargo, ni control de la NASA ni la tripulación se dieron cuenta del asunto, inclusive el capitán Scobee se dió el lujo de decir "Roger, a acelerar", lo cual fue la última transmisión del Challenger.
A los pocos segundos, ocurrió lo que se temía: el SRB derecho, ya totalmente desestabilizado, golpeó la conexión que tenía con su gemelo y así con el tanque de combustible externo, lo cual provocó una desintegración de todo el complejo del Shuttle. Este también se hizo añicos por la presión y voló en pedazos. La última grabación que se tiene fue un "oh oh" del capitán cuando el SRB derecho había tocado las demás estructuras de manera descontrolada. La cabina del Transbordador resistió la desintegración, pero el caer de una alta de 15,000 metros y a una velocidad de más de 300 kilómetros por hora contra el agua, fue lo que termino matando a los tripulantes. Aunque en su momento se pensó que la situación había provocado el desmayo de todos, en realidad luego se vió que algunos trataron de apoyarse o ayudarse, pero el impacto contra el agua los termino haciendo trizas.
Aquí hay que aclarar que el Challenger no "estalló". Lo que paso es que al momento que el SRB perdió capacidad y empuje, desestabilizo toda la estructura del Transbordador, su tanque y cohetes al grado que se desintegraron literalmente en la atmósfera. La nube que se ve en los vídeos, simplemente es el combustible líquido regándose por todos lados, pero nunca hubo fuego ni una verdadera explosión. La velocidad lo hizo todo.
Posteriormente, los SRB fueron volados en pedazos a distancia, ya que estos seguían aun propulsándose, pero sin control alguno. Los restos del Shuttle, en especial de la cabina, fueron a caer al mar, justo en el Atlántico frente a Florida. Pese en que su momento se vio un paracaídas, en realidad era un pedazo del SRB que se había activado por sí solo. La cabina, junto con los restos de los tripulantes, fue encontrada en el fondo del mar.
Consecuencias: ese día se declaro luto nacional. Ronald Reagan iba a dar un discurso a la nación, pero tuvo que cambiarlo por uno totalmente fúnebre. Lo más horroroso fue la transmisión que estaba haciendo la cadena CNN en vivo y que el narrador se quedo sin decir nada cuando se vio la explosión en el aire y luego como se enfocaba las caras de horror y de desconsuelo de quienes estaban viendo el despegue. Las investigaciones no se hicieron esperar y las comisiones llegaron a las causas ya mostradas previamente. Aunque se llego a modificar ciertas cosas, como el aumento de juntas tónicas (llegando a ser tres, en lugar de dos), los problemas continuaron y derivaron mucho en el desastre del Columbia, 17 años después.
Algunos autores hoy afirman que la NASA estuvo bajo un período estresante, tratando de cumplir objetivos y que los hizo perder la objetividad y la minuciosidad. Sin embargo, también se ve que como en muchos aspectos técnicos, la agencia tuvo algo llamado "desviación de la normalidad", la cual ocurre en ciertas instituciones o trabajos, que al haber tantos inconvenientes, que los dejas pasar, porque se supone que ya no puedes hacer más por ellos. Esto me ocurre a nivel personal en especial con algunos pediatras, que al catalogar niños, dejan pasar muchas cosas, porque se supone que a esa edad, no pasa "nada" o es algo normal. Pero al tomar en cuenta eso, es cuando caes en cuenta que pudiste haber diagnosticado o prevenido algo peor. Así que cuando se habla de eso y con los accidentes que sufrió la NASA con el Challenger y el Columbia, no me extraña en absoluto.
Lamentablemente, el incidente manchó demasiado la reputación de la Agencia que no ha podido recuperar hasta la fecha. El programa Transbordador continuo, pero los costos y la poca publicidad, terminarían por sepultarlo definitivamente y lo cual, curiosamente se ve reflejado inclusive en la película de "The Martian", donde las relaciones públicas son materia de primer orden para la Agencia, aun cuando haya otras cosas más prioritarias. En fin.
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Saludos a la dueña de mis quincenas :3, así a quienes gustan de este tipo de eventos.
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