Continúan mis andanzas con Dr. Who. Hace un par de meses que comencé a ver la serie y ahora ya llevo tres episodios del mismo (me refiero a los de la época moderna, porque de la viejita, como ya comente, me chute varios). El punto es que pensé en reseñar el especial de 50 aniversario, “El día del Doctor”, pero entrar en tales terrenos no me pareció lo más adecuado, ya que podría hacer una crítica como “lego” y sería bastante razonable, pero me quedaría fuera del paradigma de muchos fans de la serie y podría caer en errores de apreciación muy graves. Por ello opte por mejor en conocer más la serie moderna y ya teniendo más experiencia, no solo reseñar dicho episodio (que por cierto, me encanto) sino también el especial medio cómico que sacaron por esas fechas.
Por lo tanto, me he dedicado a ver más episodios de la serie, no de manera ordenada como es mi costumbre, sino salteados y dando especial enfoque en los favoritos entre los fans. Como detalle, he querido irme de “Doctor” en “Doctor”. Ya vi un par del décimo, interpretado por David Tennant, pero ahora quise irme con el noveno, que estuvo bajo la batuta de Christopher Eccleston. Debo decir que ahora Tennant es mi favorito (ya que la personalidad de Eccleston todavía no me pega lo suficiente, falta ver ahora en “Niño vacío”, el cual llevo un poco visto. Matt Smith tiene lo suyo, pero luego brincare hacia sus temporadas) y por mucho. Si ya en su escasa participación en “Parpadeo” me había llamado la atención, en el siguiente episodio que voy a reseñar, la cosa alcanza tintes de genialidad.
La chica en la chimenea (The Girl in the Fireplace) es el cuarto episodio de la segunda temporada moderna de la serie británica de ciencia ficción Doctor Who, emitido originalmente el 6 de mayo de 2006. Fue nominado para un Premio Nebula y ganó el premio Hugo 2007 a la mejor presentación dramática en forma corta.
Detalles técnicos: La chica en la chimenea (The Girl in the Fireplace) es el cuarto episodio de la segunda temporada de Dr. Who (de la serie moderna), teniendo a David Tennant como el décimo doctor y a Rose Tyler (Billie Piper) como la acompañante Rose Tyler y ya en compañía de su “peor es nada”, Mickey (Noel Clarke). Fue emitido el 6 de mayo del 2006.
La idea original vino del productor de la serie en aquel entonces, Russel T. Davis, que un año antes, había producido una serie costumbrista de la revolución francesa, así que decidió incorporar dicho instante en Dr. Who. Para el guión, estuvo a cargo el genial Steven Moffat, que tomo elementos de varias novelas para crear una línea de tiempo donde pudiese mezclarse una historia de amor y un personaje tan emblemático como Madame de Pompadur. Por cierto, la actriz que interpreto a dicho personaje histórico, fue la guapa Sophia Myles, que por aquellos tiempos, estaba saliendo con David Tennant (y que como comenta, no tuvo que hacer casting, sino le ofrecieron dicho papel). El episodio tuvo unas excelentes críticas y estuvo nominado a los premios Nebula y Hugo, del cual gano este último en el 2007.
Argumento: El doctor, Rose y Mickey se encuentran una nave abandonada en los confines del espacio. Luego de revisarla, se dan cuenta de que su tripulación ha desaparecido, pese a que la nave se encuentra funcional. Durante la revisión de la misma, se encuentran una misteriosa chimenea, donde la cual el doctor visualiza a una niña pequeña. Luego de unos momentos, se decide a investigar y se encuentra a la chiquilla ya un poco más grandecita, lo cual se va repitiendo en el resto del episodio, donde en los instantes que el Doctor regresa y va de la nave, la joven se convierte en una hermosa joven llamada Jeanne. Esta inmediatamente comienza a coquetear con él (a lo cual también corresponde), pero en el intervalo, unos villanos hechos de piezas de reloj tratan de capturar a la susodicha joven para robar su cerebro e instalarlo en la matriz central de la nave y así conquistar el universo. La susodicha chica, no es otra que la célebre amante de Luis XIV, Madame de Pompadur.
Opinión personal: luego de ver el mítico episodio de “Parpadeo”, pensé que había arruinado mi entrada a la serie, ya que este era considerado el mejor de los mejores de Dr. Who. Por lo tanto, el resto de los episodios, aun los recomendados por los fans, no tendrían una calidad tan alta y me terminaría aburriendo. Por suerte, me equivoque y por algo el “Doctor” sigue siendo una serie mítica, donde puedes encontrar genialidades a cada rato. Como prueba este episodio, que aunque maneja cuestiones temporales muy al estilo de Moffat, es genial por donde lo veas.
Para empezar, el argumento es fabuloso, ya que mezcla dos ambientes totalmente distintos: uno al estilo de una nave como de Aliens y otro, donde nos movemos en las épocas clásicas de la Francia de Luis XV. Si algo admiro de Moffat (no solo por esta serie, sino lo que ha hecho con Sherlock), es la capacidad de conectar diferentes momentos, ambientes o estilos de tal manera que formen parte de una sola trama. Y aunque acá nos volvemos a encontrar uno de sus clichés favoritos, que son las líneas temporales, nadie las utiliza como él, dando a un episodio bastante rítmico y sumamente divertido, lleno de comentarios con mucho sci-fi y también de historia.
Sin embargo, si uno viese estos episodios con actores regulares a mediocres, las cosas no funcionarían tan bien. Por suerte, aca Tennant, Piper y Myles hacen genialidades con sus personajes. Ya había dicho que el décimo doctor se estaba convirtiendo en mi favorito, no solo por los geniales diálogos que le crean, sino también por la misma interpretación de Tennant. Cierto que por momentos se pasa un tanto de locuaz, pero la forma que tiene de resolver algunas situaciones y hacer creíble su personaje, no tiene comparación. Falta verlo en este episodio, donde oscila en muchas frecuencias de la actuación: romance, comedia, drama, etc. etc. Aparte, gracias a Dios, no lo veo con esa sobreactuación que le vi en Harry Potter siendo Barty Crouch Jr.
De la que no puedo dar mucha opinión es de Rose, que aunque muchos la describen como una de las mejores “companions”, acá si hace un buen papel, siendo más la mano derecha del doctor que una chica que se mete en líos (como estoy notando en la temporada del doctor de Eccleston).
Pero nuevamente, la protagonista invitada es la que se lleva las palmas, no solo por belleza, sino por su contundencia: Sophia Myles. Si ya Carey Mulligan me había hechizado en “Parpadeo”, acá Myles la mueve y muchísimo, mostrándose como una mujer segura pero a la par inteligente y con bastante carácter, pero sin perder ese aire de princesa que debe ser rescatada. No sé que tienen las actrices inglesas, que no rebozan una belleza física impresionante, pero en su forma de moverse y andar, son brutales. Aparte de que la química entre Tennant y la susodicha era bastante alta (como dije, eran pareja en aquel entonces). Lamentablemente el único que desentona es el pobre Mickey, que resulta ser un postizo demasiado pesado por momentos.
Nuevamente Moffat nos saca unos villanos bastante emblemáticos, que sin necesidad de tener un arma poderosa, su presencia y físico son lo suficientemente aterradores para que los veas como una amenaza constante (aun cuando de repente sacan una especie de navaja suiza como arma). A tal grado son tan potentes que basto que mi esposa los viera unos momentos para que no quisiera ver el episodio. Y pues sí, los condenados que intimidan, intimidan.
En conclusión, “La chica en la chimenea”, es un episodio formidable de la serie. Si “Parpadeo” había dejado la nota muy alta, este capítulo tampoco desmerece y personalmente me encanto. Curiosamente, pensé que el romance iba a fregarlo (aunque me gusta, queda un poco de más en las series de ciencia ficción), pero al contrario, le dio un toque muy nostálgico y hasta triste al final. Aparte, que a nivel personal me llego, debido a que soy un fan de la historia y cuando la sabes conjugar con algo de ciencia (no llegando tanto al estilo steam punk), es de llamar la atención. Altamente recomendable y aunque si necesitas saber un mínimo de Dr. Who (a diferencia del otro, que allí si podías entrar sin preámbulos), aun así, es bastante entendible y disfrutable.
¿Y ahora que sigue? Bueno, espero hacer una próxima entrada sobre “Niño vacío/Dr. Baila”, pero a ver si no me termino decantando por las temporadas de Matt Smith, porque insisto que Eccleston no me termina de convencer (eso y que la forma en que están hechos estos capítulos no me pegan tanto). Tal vez está pasando como decían en el podcast de la Órbita de Endor, donde Antonio Monfort comentaba que siempre habrá un doctor favorito para cada persona. A ver si Tennant es ese doctor. Eso lo veremos en un futuro.
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Saludos a mi esposa :3, así a quienes gustan de Dr. Who.
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