martes, 1 de abril de 2014

The Pacific: Análisis del Cuarto disco

Se supone el análisis de toda la serie de The Pacific, terminaría el año pasado, pero repito las excusas de siempre: tesis, graduación, lócura y flojera. En fin, ahora teniendo un poquitin de tiempo, me dedico a rellenar los huecos y cumplir las promesas.

Debo decir que la primera vez que ví esta serie, hasta el tercer disco, tuve una ligera decepción. Sí, es cierto que hay buenas batallas, hay personajes carismáticos, pero le faltaba ese punch que había tenido su antecesora, Band of Brothers.
Y aunque el cuarto disco no es una maravilla, si logró dar un buen empujón a la serie, ya que tiene unos momentos de drama geniales. Aparte, gracias a Dios, al fin pude ver porque todos los gringos tienen en alta estima a John Basilone, que me había parecido un personaje apático, sin chiste y que al menos, aca mejora de manera ostensible...aunque a que precio.

Espero ya ponerme al corriente y comenzar nuevamente con la reseña de batallas, sea de otros tiempos o de la Segunda Guerra Mundial. Pues vamos a darle a esto.

Capitulo VII: Peleliu Hills

18 de Septiembre de 1944. La zona del aeródromo de Peleliu ha caido en manos de los marines, pero la lucha continúa en el interior de la isla. La zona de las colinas, fuertemente defendida y fortificada por las tropas japonesas, se revela como una dura prueba para Sledge y sus compañeros, enfrentados a un tipo de guerra en el que el fanatismo de las tropas japonesas lleva a ambos bandos a no dar cuartel al enemigo y en el que se combate a muerte por cada palmo de terreno.

El mejor episodio de toda la serie. Aunque el noveno también tiene lo suyo, este me gusto, me impacto, me deprimio, me hizo reír, me hizo brincar con las escenas de acción. Todo. Y es que el problema con The Pacific, a diferencia de Band of Brothers, fue darle un tono mucho más patriotero y unos dialogos supuestamente profundos, pero carentes de punch, que la serie no avanzaba. Debo admitir que había sacado uno que otro bostezo, pero este fue el episodio que me tuvo todo el rato pegado y en parte se debe a que al fin vemos la evolución de Sledge como personaje y que supera en ese rubro a su antecesora.

Mientras en Band of Brothers vemos que los personajes son carismáticos, pero ya desarrollados, aca vemos como Sledge pasa de ser un chico ingenuo, ávido de servir a su país, a tener miedo, a desarrollar un odio profundo (y con justificación) hacia el soldado japonés, como a tomar la actitud que tanto aborrecía de sus compañeros. Para rematar esto, la convivencia con sus compañeros de unidad, tanto veteranos como reemplazos, llega a ser sublime. Algunos se revelan geniales, mientras otros son a la par patéticos, que tienes ganas de dispararles por su forma de ser. Y aunque aquí vemos más seguido a los soldados nipones, al menos la producción sigue con el tino de verlos como profesionales, y lo más fiel posible a su ideología: aguerridos, fuertes, imbatibles. Para prueba de ello, la toma del bunker es de las mejores secuencias de toda la saga.

Para remate, las escenas cuando algunos buenos soldados que habían destacado en batallas anteriores, aca se caen moral y físicamente, al grado que ves como la guerra va arrancando el alma de cuanto tenga enfrente.

Y es que esto es lo más relevante, aunque el episodio no nade en acción, las escenas mismas se mezclan tan bien con los momentos de calma y de convivencia, que todo queda bien engranado. El problema es que sí, nuevamente vemos escenas subidas de tono (violencia gráfica) y el tono del episodio es demasiado funesto, demasiado depresivo. Terminas con una sensación de tristeza e impotencia bastante fuertes. Por suerte, el siguiente episodio quiso compensar eso, aunque con poco éxito.


Capitulo VIII: Iwo Jima

Noviembre de 1944. Tras conseguir una costosa y sangrienta victoria en Peleliu, los marines son retirados del frente. Mientras tanto, el sargento John Basilone, cada dia más frustrado por su papel meramente decorativo en la campaña de venta de bonos de guerra solicita volver a la acción. Su deseo se verá finalmente cumplido permitiendosele hacerse cargo de la instrucción de los nuevos reclutas del cuerpo de marines en Camp Pendleton, un centro de entrenamiento cerca de Los Angeles. Allí Basilone se enamora de una sargento del cuerpo auxiliar femenino llamada Lena, a la que tras un breve cortejo, propondrá contraer matrimonio. Mientras tanto, los marines se entrenan para su próximo objetivo: la captura de una isla volcánica llamada Iwo Jima.

Este episodio se puede dividir en dos partes. Por un lado tenemos la vida de John Basilone y sí, la segunda parte involucra su muerte en las playas de Iwo Jima. Pero vamos por partes.

Los primeros 30 minutos relatan las viscicitudes de Basilone con su puesto como "animador" de la Guerra, coleccionando bonos para ayudar a las atribuladas tropas americanas. Claro, pese a que en anteriores episodios lo vemos jugando golf alegremente o acostandose con cuanta mujer se le ponga enfrente, ya esta medio fastidiado, por no decir harto, de su vida. Es como un Capitán America, que esta cansado de ser tratado como un mono de circo. Por lo tanto, decide volver al cuartel y debido a su calidad, lo meten como entrenador de los nuevos reclutas.
Debo decir que esta parte me convenció. Aun cuando el actor que interpreta a Basilone (Sena) no derrocha carisma ni actuación, se vio convincente y me gusto como le dieron ese giro al personaje.
El problema es que el giro no fue tan bien hecho y si pasamos de un soldado disfrutando la vida alegre a extrañar la soldadesca, no queda tan bien la transición.

Como sea, para un amante de la novela rosa, me gusto mucho como va conociendo a su futura esposa y el manejo del mismo, desde que cortejarla hasta proponerle matrimonio. Aunque a muchos les parecio excesivo y hasta fuera de lugar, si me parecio adecuado, para los últimos 15 minutos, donde ya Basilone esta combatiendo en Iwo Jima y cae víctima en el desembarco, ante la azorada mirada de sus hombres que lo veían como un superhombre.

Lamentablemente, aunque el episodio es bueno cuando lo ves a la primera, a la segunda y tercera ya no te cala y comienzas a ver los fallos. En el papel suena bien esto, pero si esta transición se hubiese dado de manera paulatina en los anteriores capítulos, tal como sucedio con el teniente que admiraba Sledge, la cosa hubiera funciona y a las mil maravillas. Pero quisieron comprimirlo en un episodio y cuando ves la vida feliz de Basilone, aunque no sepas de historia, ya sabes que se lo van a cargar. Lo cual le da un aire predecible, un poco engorroso y para colmo, no justificas del todo el fondo romántico.

Luego del magnífico episodio anterior, este vuelve a la calidad un poco baja de los anteriores y ves que The Pacific se queda ya corta comparada a su hermana mayor, a falta de dos episodios por acabar.

En resumidas cuentas, el cuarto disco es de los mejorcitos, junto con el segundo y el quinto de toda la saga. Lamentablemente, aun con la acertada y bien retratada muerte de Basilone, el octavo episodio no es una buena comparsa de la genialidad del séptimo.

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Saludos a mi princesa :3, así a quienes gustan de la Segunda Guerra Mundial.

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