martes, 17 de septiembre de 2013

Symphony of Goddesses: un concierto para la posteridad

Para los que me conocen, saben que la música de Videojuegos es una de mis grandes debilidades. Mi gusto por este tipo de "melodías" inicio hace más de 20 años, cuando mi padrino de primera comunión me regalo "una credencial" en un videoclub donde rentaban videojuegos y aparte, unos 1,000 pesos de aquel entonces.

Eso fue más que suficiente para "rentar" uno de mis cartuchos preferidos de la NES: Megaman 3.

Lejos del despliegue técnico del "Bombardero Azul", la música que traía el videojuego fue lo que más me impacto, al grado que tome la videa cassetera de mi hermano y me puse a "grabar" parte de la música. Ese cassete fue de las primeras "producciones" domésticas que hice y por mucho tiempo me acompaño, en especial cuando me iba caminando a la escuela.

De allí comenzo un enorme fanatismo por este tipo de soundtracks, determinando muchas veces el gusto de un videojuego en base a la música que resonaba en mi oído mientras iba controlando al protagonista del mismo.

Al tiempo, compositores como Nobueo Uematsu o Koji Kondo fueron haciendose un hueco en mi cabeza como referencia de buena música. De este último, podemos decir que es un maldito genio, en toda la extensión de la palabra. Solo falta escuchar las canciones de fondo de Super Mario Bros o de Starfox, para darse cuenta de su enorme talento como compositor.

Pero tal vez, la banda más emblemática de este singular músico, ha sido la de la Leyenda de Zelda.


"Legend Of Zelda: Symphony of the Goddesses" es una gira de conciertos espectaculares con una orquesta en vivo que interpreta los temas musicales de la franquicia "The Legend of Zelda" de Nintendo. Basada en una de las series de juegos de video más populares y queridas de todos los tiempos. Un clásico moderno. 

Apoteótico resultó el concierto "Legend Of Zelda: Symphony of the Goddesses" que ofreció la Orquesta Sinfónica Nacional (OSN) ante 10 mil personas que anoche asistieron al Auditorio Nacional, como parte de una gira mundial que incluye Monterrey el próximo 1 de diciembre.

La velada, que incluyó dos actos divididos en cuatro movimientos y 10 piezas sinfonías, inició con una obertura seguida de un interludio y luego "Dungeons of Hyrule", "Kakariko Village-Hope and Calm" y "Songs of the Hero". 

Piezas a las que le siguieron: "La sinfonía", "Prelucio- The Creation of Hyrule", "Movimiento I- Ocarina of Time", y "Movimiento II- The Wind Waker".

La música de la Leyenda de Zelda ha permanecido al menos en mi Top Cinco de mejores bandas sonoras de todos los tiempos. Mis primeros encuentros con esa genial melodía viene de mis primeros años como videojugador, cuando en las tiendas comerciales, llegaban a tener "máquinas" especiales donde podías acceder a diferentes videojuegos y probarlos un rato para ver si te convencías de comprarlos.

Aunque mi primer encontronazo con Zelda, fue a través de la segunda parte, y que aparte me dejo un tanto decepcionado, ya que lejos de ser el videojuego clásico de hacer avanzar al personaje, sino también de resolver puzzles y acertijos, la música literalmente me engancho al lugar donde estaba. Realmente te hacía sentir parte de la aventura, como si fueses Link, con espada y escudo en mano, tratando de rescatar a la princesa Zelda, mientras te enfrentabas a un sinfin de peligros y enemigos.

Mi enamoramiento final llego cuando jugue "A Link to the Past", el cual como ya comente en una ocasión, le dedique un verano completo, junto a mi hermano. Jamás un videojuego me había dejado tan completo y satisfecho cuando ví los creditos finales de Zelda III. Había sido divertido, emocionante y por momentos frustrante, pero todo había valido la pena, no solo por aquellos buenos tiempos que pase con mi bro, sino también por el nivel de aventura y claro, la música que acompañaba a este juego, a tal grado que mi pobre madre nos gritaba que le bajaramos a la TV, por el ruido que estabamos haciendo.

Lo mismo se repitió con Ocarine of Time, que tecnicamente, fue el último de la saga que jugue. De allí, entre la facultad y el trabajo, todo se fue perdiendo...hasta hace un par de años, cuando gracias al emulador de SNES, nuevamente me dedique a terminar Zelda III, con una emoción parecida a cuando era un puberto.

Pero en todo este tiempo, mi atención se centro en recolectar la música de Zelda. Es una suerte que el internet me halla proveído de un medio para conseguir los CDs de la saga, así de creaciones aparte de otros tantos que les gusta este tipo de música.


Por eso, cuando hace un par de meses, me enteré de manera fortuita que la Orquesta de las Diosas iba a venir a México, no pude parar de brincar de emoción, ante la mirada de escepticismo de mi esposa.

Pero ¿Qué es esta sínfonia? En realidad son una serie de arreglos, aprobados por la franquicia de Nintendo y del mismo Koji Kondo, hechos por un par de músicos y videojugadores freaks, para unir la música de la mayoría de los juegos que componen la saga de Zelda, en una forma de "historia musical". A través del concierto, vemos como se va contando la historia de Zelda, no a partir de su primer videojuego, sino desde la misma creación de Hyrule, hasta el enfrentamiento final que tiene Link con su mortal enemigo, Ganon.

Ya se habían presentado con singular éxito, no solo en Estados Unidos y Canadá, sino también otras partes del mundo, como en la lejana Londres.
Pero fue gracias al auspicio de Gamers de México, que se decidieron traer a los dos compositores, entrenar a la Órquesta Sínfonica Nacional y abrir una única fecha en el Auditorio Nacional, para el pasado 3 de septiembre.

Y aquí comienza mi muy particular aventura de como fui a este mítico concierto.

Aunque para finales de julio, se había revelado la fecha de la presentación, en la página principal del Auditorio aun no habían confirmado nada. Fueron dos semanas donde estuve checando tanto el site como el twitter del lugar para ver si anunciaban algo. Claro, no era el único loco, ya que todos los días por lo menos alguien preguntaba al respecto y se daba la negativa respectiva. Esto solo podía deducir que había una cantidad de gente importante esperando el concierto.
Pero no creí que fuese tanto, como se vió a continuación.

Finalmente, a principios de agosto, dijeron que soltarían la venta del concierto, precisamente para el 8 de agosto.
Por un momento pensé en ir el fin de semana posterior a esa fecha a conseguir los boletos, en compañía de mi esposa, pero la lócura que se desato en redes sociales con el anuncio de la venta, me hizo cambiar los planes. Aproveche un resquicio que hubo en el trabajo y me lance con todas mis chivas al Auditorio.

Hay quienes acamparon

Cual fue mi horror, al constantar que había una cola pero grande. Todos chavillos y adolescentes, algunos acompañados de sus padres, así los típicos freaks con pinta de los protas de The Big Bang Theory. Un servidor no pudo evitar la pena ajena, vestido de manera formal, entre tanto chamaco.
Pero bien que valió la pena cuando logre obtener los ansiados boletos y aparte en el sitio que esperaba, luego de una media hora de estar formado.


Si mi cara era de felicidad, las reacciones entre los presentes eran aun peores. Algunos gritaban de felicidad, otros marcaban por celular al cuate diciendo "ya los tengo, ya los tengo", hasta quienes lloraron de la emoción. Digo, era un concierto único, pero algunos se pasan.

Ya mi esposa me había comentado que podía soltar la cartera para conseguir los mejores lugares, pero también no quería fastidiarla, ya que lógico, ella iba a acompañarme.
Y eso fue el aspecto más divertido y tierno del asunto. Mi esposa jamás había jugado Zelda, y solo entornaba los ojos cuando me ponía a recitar mi perotada sobre el concierto. Sin embargo, siempre me apoyo en esta cuestión, escuchando pacientemente mis relatos sobre el juego. Inclusive, acepto que nos fueramos directamente del trabajo al Concierto, a dar la vuelta, en lugar de regresarnos a la casa.

Y sí, finalmente llego el 3 de septiembre. Como comenté, estuve dando vueltas con mi esposa alrededor del Auditorio, matando tiempo, hasta que nos decidimos irnos a las 7 de la noche.
Ya había escuchado que las entradas se habían agotado en menos de una semana, pero la cantidad de gente presente resulto ser mucho más grande de lo que había previsto.


Para rematar, el lugar estaba lleno de "Links" y de toda persona que se había puesto al menos un distintivo del videojuego. Y algo que había visto en algunos conciertos en EUA, no pensé que se viera aquí y fue ver a mucha gente con cosplayer. Las Zeldas eran bastante abundantes.
Pero si la noche con esta música estupenda no fue lo mejor, otra cosa que valió la pena, fue estar con un ídolo de mi infancia, alguien que idolatraba, no solo porque llevaba el mensaje del videojugador, sino porque aun pese a ser "adulto", seguía siendo un freak: Gus Rodríguez.


¡Gus Rodríguez!..y yo. Obviamente censurada mi cara

Finalmente, llegamos al gran Concierto. La sala estaba a rebosar, pletórica. Jamás pensé que tanto loco por la música o por Zelda estuviese allí o que llenara el asiento, pero ese mismo día, por medio de los dos compositores, se confirmó que había 10,000 espectadores, la mayor cantidad que habían recibido para un concierto. Un record.

Es imposible reseñar los 4 movimientos que componían la "Sinfonía de las Diosas", solo que fue estupendo como orquestaron los temas de los diferentes juegos de Zelda. Para eso uno tendría que ir y escucharlos directamente. Solo puedo decir que mis 2 movimientos favoritos fueron los relativos al juego de Ocarina of Time y el A Link to The Past.


Por suerte, mi esposa no se aburrió tanto como esperaba y es que aparte de la música, había un apoyo visual, que eran tres pantallas que proyectaban imagenes del juego del cual se inspiraba la sinfonía. Inclusive mi mujer estuvo preguntandome entre cada movimiento, de que trataba cada cosa.

Tal vez el punto débil de la función fue la "traducción", que estuvo a cargo de una jovencita que seguro se prestaba para estos eventos de convertir en castellano, los comentarios en inglés de los presentadores. Y es que cuando salieron los compositores a comentar sobre tal y cual, esta no parecía seguir el hilo de lo que decían bien, llegando a traducir literalmente algunos conceptos. El público literalmente se la "trago" entre risas y comentarios no muy bien intencionados (simplemente, debieron elegir a una "freak" y no alguien nomás contratado).

En fin, "Symphony of Goddesses" valió la pena y por mucho. Aunque ya había escuchado remix o variaciones sinfónicas, jamás había sido mediante una orquesta y mucho menos de tal manera. Algunos se quejaran de que no hubo suficiente practica y que algunas notas estaban desafinadas o que algunas melodías que sirvieron de introducción a los cuatro movimientos principales no tenían fuerza, pero a mi me parecieron estupendas y la emoción no me dejo percibir eso al instante. El momento es lo que valía la pena.

Y fue tal el impacto que se logro, que la sinfónica se dió el gusto de realizar 3 interpretaciones más, entre ellas, del controvertido juego de "Majora´s Mask".

Como remate a esta noche sublime, fue luego salir corriendo del Auditorio tan pronto termino la última nota y es que uno sabe que cuando va a estos eventos, la gente se vuelve loca y atiborra los medios de transporte más cercanos.
Cuando mi mujer y yo entramos al metro, luego nos enteramos de que iban a cerrar la estación temprano por estas cuestiones, por lo cual nos alegramos involuntariamente de haber corrido como locos por los pasillos del Auditorio. 

Como ven, esta experiencia no solo fue divertida a nivel cultural, sino tuvo un montón de cosas aparte. Valió la pena el costo del boleto por la compañía y el resultado final.
Por cierto, fue tal el impacto de la sinfonía, que ya se abrieron 3 fechas más, dos en el Distrito Federal y una en Monterrey para diciembre.


Todo por el héroe del Tiempo: Link.

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Saludos a mi princesa ^^, así quienes gustan de este tipo de conciertos.


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