viernes, 23 de marzo de 2012
La toma de Eben-Emael
La Segunda Guerra Mundial, pese a estarla leyendo desde que era un niño, aun me sigue ofreciendo batallas, anecdotas e historias que estan llenas de valor, de estrategia, pero sobre todo, de altísima creatividad.
Aunque esta tecnicamente no es una batalla, la forma en que fue tomado el fuerte de Eben-Emael por el ejército alemán, es tal vez de lo más original que he visto en mucho tiempo. Merece estar en la historia, no solo por su concepción, sino por la forma en que a veces una pelea puede terminar, sin necesidad de derramar tanta sangre.
Eben-Emael fue una fortaleza belga ubicada entre las ciudades de Lieja y Maastricht, cerca del Canal Alberto, cuya función era defender Bélgica de una posible invasión alemana.
Fue construida entre 1931 y 1935, y se ganó la reputación de ser impenetrable. Sin embargo, el 10 de mayo de 1940, 85 Fallschirmjäger (soldados paracaidistas) de los comandos brandenburgueses alemanes aterrizaron en el techo de la fortaleza utilizando planeadores. Después de duros combates dentro de la fortaleza, la guarnición se rindió y los 1.200 soldados belgas que la constituían fueron hechos prisioneros.
La batalla de Francia, ya descrita en una anterior entrada, tuvo muchos matices y sub-batallas, que dieron de que hablar.
Una de las más características y que revistió de importancia a la maquinaría de guerra alemana, fue la toma del famoso fuerte Eben-Emael, al inició de la batalla de Francia.
Ya antes había dicho del pensamiento francés y aliado sobre una guerra con Alemania, en especial el subestimar a la Wehrmacht como un medio eficaz para derrotar al todopoderoso ejército aliado que se encontraba en las llanuras de Francia, listo para cualquier ataque.
Sin embargo, igual los aliados tenían razones para confiarse. Si Alemania planeaba atacarlos de algún modo, tenía que pasar por Belgica y Holanda, países que tienen un terreno poco apto para la batalla, en especial por ser terrenos que estan bajo el nivel del mar y que pueden ser fácilmente inundables, en especial Holanda.
La fortaleza o el fuerte de Eben-Emael había sido construído justamente en el cruce de varios canales belgas. Si un ejército iba de frente por esta ruta, la fortaleza no solo servía como un freno para el ataque, sino también tenían la posibilidad de abrir los canales e inundar toda la zona. El fuerte estaba defendido por fuertes casamatas y así "torretas" moviles que eran capaces de girar y disparar a quien se le pusiera enfrente. El fuerte estaba enteramente hecho de concreto y hormigón, que aun disparandole con tanques o cañones de 88 mm, estos tardarían varios días en ceder, dandole suficiente tiempo al ejército aliado para acudir al rescate del fuerte.
Vamos, un ataque con un ejército regular contra la fortaleza, era casí como ir corriendo contra una ametralladora como un suicida.
Por eso, Hitler paso un buen rato pensando en como atacar esta fortaleza sin perder tiempo ni hombres en el proceso.
La posibilidad se abrió gracias a una unidad de elite que él mismo había fomentado y creado desde sus inicios: los Fallschirmjager.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la Luftwaffe promovió varias unidades de Fallschirmjäger. A diferencia de las prácticas de la Commonwealth y Estados Unidos, esas infanterías formaban parte de la Fuerza Aérea más que del ejército regular. Comenzando con una pequeña colección de batallones de Fallschirmjäger al principio de la guerra, la Luftwaffe acumuló tres regimientos formando una unidad del tamaño de una división de Fallschirmjäger, más grupos de apoyo y activos, conocida como la 7ª División del aire.
Más adelante en la guerra, los activos de la 7ª División de Fallschirmjäger fueron reorganizados y utilizados como el núcleo de una nueva serie de divisiones de infantería de elite de la Luftwaffe, numerada en una serie que comenzaba por la 1ª División Fallschirmjäger. Estas formaciones estaban organizadas y equipadas como las divisiones de infantería motorizada, y desempeñaron a menudo un papel de "unidades de ataque" en el frente occidental.
Los Fallschirmjager eran unidades de elite, de primera, no solo para la aviación alemana, sino del mismo ejército. Tenían un entrenamiento de alto nivel, que los hacía soldados capaces de todo. Las posteriores divisiones aerotransportadas, como la famosa 101 americana o la 1o. división aerotransportada inglesa, derivaron sus estandares de calidad en base a lo visto con los Fallschirmjager.
Los Aliados llegaron a llamar a los paracaídistas alemanes, como "diablos verdes", por su valor, tenacidad, inteligencia y por su agresividad al atacar.
Hitler, viendo el potencial de los paracaídistas, decidió un plan ambicioso, que fue juzgado de una verdadera lócura por los expertos de entonces.
Pretendía envíar una tropa de Fallschirmjager en planeadores (ya que si usaba aviones normales para su lanzamiento, el ruido de los motores, alertaría a los defensores), para llegar silenciosamente sobre el fuerte y desplegar a los paracaídistas a tal velocidad, que los belgas se rendirían, más en base a la sorpresa, que a una fuerza de mayor tamaño.
Gracias al general Kurt Student, que estaba al mando de la división paracaídista, el plan se desarrollo con una perfección milimétrica. Pese a los problemas, donde un planeador se estrello en otro lugar y otro no pudo despegar, 9 de 11 batallones de paracaídistas, aterrizaron sin problemas en el fuerte el 10 de mayo de 1940. Los defensores se dieron cuenta casí al momento, pero fue demasiado tarde. Los Fallschirmjager, en lugar de atacar a los belgas, se encargaron de volar las casamatas y las torretas con cargas huecas, que lejos de matar, partían en pedazos el concreto de las construcciones, dejando inútiles las protecciones belgas, para luego llenar de fuego las estructuras, a base de lanzallamas.
Al tanto, otros aviones soltaron "seudoparacaídistas" en otra parte del país, donde el ejército belga fue corriendo para encontrarse con espantapájaros que explotaban al hacer contacto (y con una enorme sonrisa dibujaba en sus cabezas de papel). Todo en una maniobra de distracción, mientras los verdaderos Fallschirmjager, luchaban contra los defensores del fuerte.
Luego de unas horas de combate y viendo que no podían destruír ni los canales ni puentes que rodeaban el fuerte, los defensores belgas se rindieron, pese a tener aun 200 hombres listos y en perfecto estado.
Los paracaídistas, cansados pero felices, fueron relevados por unidades de infantería regular. Las pérdidas fueron irrisorias: 20 bajas alemanas, solo 3 muertos y el resto heridos leves.
Esto aumento el prestigio de los Fallschirmjager, al grado que fueron usados de manera aplastante durante la batalla de Creta. Lamentablemente, lo duro de la batalla, provocó que tuvieran bajas tan terribles, que ya no volvieron a ser usados de manera total, salvo para misiones especiales, como el rescate de Mussoulini, dos años después, así como una preciosa reserva, que llego a combatir en todos lados, desde la batalla de Normandía, la operación Bagration y la defensa de Montecassino, donde adquirieron su peculiar apodo.
Los llamados "diablos verdes", ya no volvieron a ser una unidad paracadísta, sino a formar parte del ejército regular, lo cual es una lástima.
Saludos a mi esposa ^^, así a quienes gustan de este tipo de tópicos.
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